Por Gary González – Economista Fundación Terram
La generadora AES Andes (ex AES Gener) ha informado hace pocos días que la unidad termoeléctrica Ventanas 1 recibió finalmente la autorización de la Comisión Nacional de Energía (CNE) para desconectarla definitivamente del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), lo que permitirá concretar su retiro de manera anticipada del sistema eléctrico. Si bien esta unidad termoeléctrica se encontraba apagada desde fines del año 2020, la empresa se había acogido al denominado Estado de Reserva Estratégica (ERE), lo que le permitía seguir conectada al SEN como respaldo al sistema eléctrico y a la vez continuar recibiendo ingresos fiscales por estar “hibernando” a la espera de que el sistema eléctrico la necesitase.
El ERE forma parte del acuerdo entre el Estado y las empresas controladoras de las termoeléctricas a carbón, incluidos en el “Plan de retiro voluntario de centrales a carbón” o más conocido como Plan de Descarbonización, que se dio a conocer durante 2019 por el gobierno de Sebastián Piñera. Aunque el espíritu de este acuerdo fue cesar el funcionamiento de las 28 unidades termoeléctricas a carbón para el año 2040, este contemplaba un mecanismo voluntario denominado Estado de Reserva Estratégica (ERE), mediante el cual estas unidades son solo apagadas, siguiendo conectadas al SEN, y, por tanto, una vez que dejan de funcionar no son desmanteladas por considerarse un respaldo para el sistema eléctrico. En este sentido, desde Fundación Terram consideramos que el Plan de Descarbonización anunciado por el gobierno de Sebastián Piñera, resultó ser mucho más blando de lo anunciado, ya que tras el anuncio de paralización de operaciones, las termoeléctricas pueden permanecer por un mínimo de 2 y un máximo de 5 años aún conectadas al sistema, lo cual implica una tensión para los vecinos y comunidades de zonas de sacrificio donde se emplazan las centrales a carbón, que perciben esto como una historia sin fin.
La unidad Ventanas 1, si bien es la de menor capacidad de potencia (114 MW) de las cuatro que componen el Complejo Termoeléctrico Ventanas y que había dejado de generar electricidad tras casi 60 años de funcionamiento, es la única carbonera que por decisión de la propia empresa AES Gener, ahora AES Andes, se había acogido a este mecanismo de reserva estratégica. Si recapitulamos brevemente, esto posibilitó a que a pocos meses del anuncio de su cierre, el cual fue destacado con bombos y platillos por la autoridad y celebrado por la comunidad de Puchuncaví – Quintero, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) manifestó su intención de volver a echar a andar la unidad durante el año 2021, confundiendo entonces a la población por la poca claridad en este tipo de decisiones tan sensibles, ya que justamente han sido las propias comunidades las que por décadas han tenido que soportar la contaminación de estas generadoras y del parque industrial en su conjunto.
Aun cuando el anuncio del Coordinador Eléctrico no se materializó durante 2021, quedó presente en la percepción de la población local que, si se hubiese puesto en marcha utilizando el mecanismo, habría significado un retroceso en materia de los compromisos de descarbonización del país. Luego, en junio de este año, con posterioridad a los episodios de intoxicaciones masivas en la Bahía de Quintero, la empresa AES Andes solicitó el retiro, desconexión y cese de operaciones definitivo de Ventanas 1, hecho que ocurrió a solo un día del anuncio de la empresa estatal CODELCO de cerrar su fundición Ventanas y que, por cierto, no cesó la contaminación detectada a comienzos de junio.
En la resolución conocida durante esta semana que faculta el retiro final, la Comisión Nacional de Energía (CNE) justifica su autorización señalando que la salida “no degrada la seguridad del Sistema Eléctrico Nacional ni compromete su suministro”, por lo que es importante aclarar que el complejo termoeléctrico Ventanas sumaba una capacidad instalada total de 861 MW, y que, por importante que sea la decisión de cierre de una de sus cuatro unidades, si consideramos el consumo de carbón utilizado por Ventanas 1 durante su último año en funcionamiento (2020), esta solo representó un 3% de todo el carbón empleado por las termoeléctricas de AES Gener en la zona. Es por esta razón que la paralización de la termoeléctrica durante el 2021 no implicó una reducción significativa del consumo de carbón dado lo marginal de su consumo, repercutiendo en que en la zona siguen ocurriendo constantemente varamientos de carbón, así como altas emisiones contaminantes de dióxido de azufre (SO2), siendo la intoxicación de la población aledaña del 6 de junio la más reciente muestra de que aún no funcionando la termoeléctrica, ni tampoco la fundición, la contaminación en la zona tristemente persiste.
A pesar que desde Fundación Terram valoramos la desconexión definitiva y cese del funcionamiento de la unidad 1 de la central Ventanas, observamos con preocupación que la empresa AES Andes persista en utilizar el mecanismo de Estado de Reserva Estratégica -tal como ha manifestado en el pasado- para la unidad Ventanas 2, la cual cesará su producción eléctrica a partir de septiembre de este año. También nos inquieta cuándo finalmente se decidirá cerrar las dos unidades a carbón restantes, Nueva Ventanas y Campiche, ya que se esperaba que con la decisión de cerrar la Fundición Ventanas se acelerara el plan de salida definitivo de las otras tres unidades del Complejo Termoeléctrico Ventanas. Por el bien de las comunidades de zonas de sacrificio, esperamos que se descarte el paso intermedio de más centrales por el Estado de Reserva Estratégica, de manera de disipar de una vez por todas la enorme incertidumbre en torno a la urgente limpieza que requiere hoy nuestra matriz eléctrica y la Bahía de Quintero.