Luego de las deficiencias energéticas que experimentaron miles de personas al quedarse sin luz durante el fin de semana, la atención quedo puesta en la débil inversión tanto en infraestructura como en la mantención del tendido eléctrico.
Sin embargo, desde Enel, compañía que posee el monopolio del servicio eléctrico en la Región Metropolitana, aseguraron que “se enfrentó esta urgencia con la máxima capacidad”. Argumento que ha sido cuestionado por sus trabajadores.
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A través de un comunicado, el Sindicato de Profesional Enel declaró que desde el año 2000, cuando Endesa España tomó control de Enersis y ésta de Chilectra, se aplicó el “Plan Génesis” dentro de la compañía.
Esta medida se tradujo en la tercerización de todos los servicios operativos en terreno y de atención de público, como los call center y las oficinas comerciales. Fue así como dentro de la empresa, quedó solo un grupo de funcionario dedicado a tareas administrativas.
Según se indica en el escrito, “en esa oportunidad fueron despedidos cerca de 1300 trabajadores propios, principalmente técnicos, los cuales en su mayoría pasaron a ser contratados por empresas contratistas, precarizando sus condiciones laborales”.
Este problema se habría agudizado a partir del año 2015, cuando “el Grupo Enel, nuevo controlador de Chilectra, impulsó un nuevo plan de reestructuración, exigiendo mayor eficiencia a cada una de las áreas de la compañía, lo que se tradujo en una importante reducción de costos, en especial el de las empresas contratistas”.
De este modo, el escrito sostiene que “cada día sus contratos se reducen, en aras de incrementar las utilidades de la compañía, dando como resultado que al día de hoy no resulta atractivo para las empresas contratistas trabajar en los planes de emergencia, toda vez que los contratos son más rentables en la construcción de nuevas redes que en la atención de fallas”.
De acuerdo al sindicato, las utilidades de Enel durante el año 2016 superaron los 141 mil millones de pesos, las que habrían sido “obtenidas mediante la reducción indiscriminada de costos, tanto mediante recortes de personal propio, como de reducción en presupuestos de operación, entre ellos el mantenimiento preventivo”.
Los funcionarios explicaron que actualmente las decisiones se toman en Italia, lugar desde donde se imponen los criterios y montos de reducción de los gastos, desconociendo la situación de cada país latinoamericano, denunciando que si los ejecutivos se niegan a estas medidas son despedidos.
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Por último, los trabajadores hicieron un llamado a “revisar el modelo de la empresa distribuidora de energía eléctrica que tenemos hoy, modelo donde la totalidad de las operaciones de terreno descansa en empresas contratistas, con contratos que se precarizan cada vez más, mientras las utilidades de la empresa aumentan”.
Por su parte, la Asociación Chilena de Municipalidades presentó una denuncia contra Enel en la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC), por los prolongados cortes de electricidad.
En ese momento, Felipe Delpin, alcalde de La Granja y presidente de la entidad manifestó que la compañía debe asumir que no estaba preparada, fue negligente y que no ha destinado los recursos a hacer los trabajos que por ley les corresponden.