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Resultados Simce 2009 reiteran inequidad y bajo rendimiento

Educación nuevamente al banquillo

Cada año se nos anuncia que nuestros niños y jóvenes no cumplen con el nivel de enseñanza esperado en las aulas. Estas cifras obedecen a la medición que realiza el Mineduc y que reitera la tendencia preocupante de que la formación que reciben está lejos de la ansiada calidad que todos defienden. Los expertos hablan de un problema de fondo, de malos sistemas de evaluación y de la necesidad de encontrar soluciones concretas que la saquen de la crisis.

Diana Porras

  Miércoles 2 de junio 2010 20:24 hrs. 
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Que el 62 por ciento de los estudiantes de octavo básico sólo cumpla con el nivel inicial de enseñanza en Matemáticas, o sea, dos años atrasados en contenidos, es sólo un síntoma de la grave enfermedad que muestra el Sistema de Medición de Calidad de la Educación (Simce). Lo cierto es que los resultados de las últimas pruebas aplicadas por el gobierno (INICIA, Evaluación Docente y Simce) sólo aclaran más las innumerables deficiencias del sistema educativo chileno.

La amplia brecha entre los grupos socioeconómicos de la que dan cuenta además estas mediciones, es otro antecedente que preocupa por la posibilidad de que los estudiantes actuales pasen a engrosar una lista de generaciones perdidas en educación, lo que en definitiva marcará una sociedad adulta más ignorante. En el último Simce, el 82 por ciento de alumnos de más bajos recursos alcanzaron un nivel inicial en la prueba de Matemática mientras sólo un 16 por ciento está en esa categoría perteneciente el grupo de más altos recursos.

Rodrigo Bosch, presidente de los Colegios Particulares de Chile (Conacep), asegura que no hay que sorprenderse. “¿Por qué deberíamos esperar algo distinto si en general no ha cambiado prácticamente nada?”, dice, y agrega que debe concretarse la creación de la Agencia de Calidad y Superintendencia de Educación, que son parte del proyecto de ley que se encuentra en el Congreso.

Para Bosch, el anuncio del Presidente Piñera de entregar mapas comunales a los padres y apoderados con el detalle del nivel alcanzado por cada establecimiento en el Simce es un avance porque da más transparencia, pero alerta que “el tema no termina ahí, por la heterogeneidad de los resultados. Un establecimiento quizás tiene un promedio que no está en el nivel más alto, pero tiene una gran cantidad de alumnos destacados que en forma individual pueden superar los 300 puntos y de eso no se hace cargo el mapa”.

Pero las comparaciones entre unos y otros no nos llevan a la calidad esperada porque, además de la brecha, se debe tomar en cuenta que los mejores puntajes en los colegios particulares pagados y/o en los grupos socioeconómicos altos tampoco superan la expectativa. Los alumnos de cuartos básicos de este grupo alcanzaron un 69 por ciento en el nivel avanzado en el test de Matemática, mientras en los octavos sólo un 49 por ciento corresponde a aquellos estudiantes que logran los aprendizajes esperados para ese grado.

Y efectivamente deberíamos preguntarnos ¿por qué esperar algo distinto?, si no han existido cambios sustanciales en el sistema. El ministro de Educación, Joaquín Lavín, dijo que  “necesitamos un punto de inflexión que marque una nueva era, si seguimos así nos vamos a demorar 100 años en lograr el aprendizaje esperado”. Por eso, recordó algunas de las medidas de este gobierno, como los incentivos a los colegios y profesores que tengan buenos resultados, la creación de un plan de capacitación para los directores de colegios y revisar la actual forma de administración. Ésta última no tiene claridad y formó parte de una de las peticiones centrales para mejorar la educación pública. Hoy el proyecto de ley sobre la materia, que creaba corporaciones, duerme en el Congreso y no le gusta ni a la Concertación ni a los profesores.

Nelson Viveros, presidente de los funcionarios del ministerio de Educación agrupados en Andime, está preocupado por los cambios institucionales que se avecinan. Asegura que tienen tintes privatizadores, lo que generará menos preocupación hacia la educación municipal, por lo que el dirigente criticó esta línea del gobierno, que también se refleja en las evaluaciones.

“Los países del norte de Europa aplican otro concepto, no aplican pruebas estándares nada más que de lo cognitivo, sino que se hacen cargo de planes de desarrollo del establecimiento que son evaluados año a año y van corrigiendo su propio programa con toda la comunidad. No con estos estándares que terminan siendo un buen negocio”, concluyó el presidente de Andime.

Cristian Bellei, académico del Centro de Estudios Avanzados en Educación de la Universidad de Chile, aclaró que las medidas dadas por el gobierno no están muy fundamentadas en evidencia científica en términos de mejorar la calidad y equidad.

“La noción de que las familias pueden hacer un tipo de shopping y que van a elegir según los puntajes del Simce para abandonar las escuelas de bajos puntajes tiene muchos problemas. Uno de ellos es la calidad de la información ¿es razonable que todo el sistema escolar se oriente sólo a conseguir puntajes Simce? Esto puede ser muy discutible y, por otra, el mismo Simce puede estar sesgado”, manifestó Bellei.

El profesor de la Universidad de Chile agregó que igualmente “las escuelas pueden seleccionar y cobrarles, por eso finalmente estas medidas son un especie de perfeccionamiento del mercado. Además, en el mundo no se tiene una visión tan simplista, los países que obtienen mejores resultados no pagan porque se tengan más puntos en alguna prueba”.

Cristian Bellei destacó que es imperativo que el gobierno tenga conciencia igualmente de que hay que hacer algo con la educación pública, “pero no han dicho qué (harán)”.

El próximo 30 de junio se cumple el plazo para que el panel de expertos citado por el ministerio de Educación informe sobre las propuestas que marcarán la agenda de esta cartera y que buscarían sacar de la UTI al sistema educacional chileno. Una respuesta que también es esperada por el nuevo Frente por la Educación, formado por parlamentarios, profesores y estudiantes, quienes ojalá esta vez puedan defender con claridad los cambios que requiere la educación pública en nuestro país.

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