Pocas sorpresas se esperan en las elecciones generales que se desarrollarán este domingo en Argentina, en las que la Presidenta Crisitina Fernández de Kirchner tiene virtualmente asegurada su reelección para los próximos cuatro años con más del 50% de las preferencias.
La discusión de las últimas semanas ha estado centrada, principalmente, en conocer el nombre de quien logrará el segundo lugar en las votaciones. Dos son los candidatos que corren con posibilidades: el socialista Hermes Binner, actual gobernador de la provincia de Santa Fe; y el diputado radical Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsin, logrando cada uno alrededor de 12% de las preferencias, según las últimas encuestas. A pesar de lo escuálido que puedan parecer los números, la importancia estratégica radica en la posibilidad de convertirse en el referente de una oposición que se encuentra totalmente desarticulada.
Lejanos a ello se han mostrado durante la campaña tanto la Presidenta Fernández de Kirchner, como su candidato a vicepresidente, Amado Boudou. Y es que los resultados conseguidos, primero, en las inéditas elecciones primarias obligatorias realizadas en agosto pasado, sumado a los números que arrojan los diversos sondeos, le han permitido a la mandataria consolidar un discurso de unidad e independencia.
Precisamente, esa fue la tónica de su intervención en el cierre de campaña realizado este miércoles en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires. En la oportunidad, la Presidenta señaló que “nadie pierde su identidad si coopera con quienes la sociedad democráticamente ha elegido para construir un país con mayor inclusión, solidaridad y pluralidad”.
“¡Sé que no es fácil! Porque hay intereses obviamente, los sectores tienen siempre intereses. Pero lo importante es que cada uno de esos sectores, de esos espacios que defienden sus derechos y que es normal que así sea -en toda sociedad pasa lo mismo-, comprendan que esta argentina es Presidenta de los 40 millones de argentinos y tiene que articular los intereses para esos 40 millones”, declaró.
Los analistas coinciden en señalar que la base de la gran adhesión que ha logrado la Cristina Fernández, especialmente en esta segunda mitad de su mandato, radica en la mantención del nivel de crecimiento económico, el revestir a la economía local de cierta inmudad frente a los embates provenientes del exterior y en la implementación de programas sociales de carácter universal, todo ello sin dejar de lado la modernización del país.
Las elecciones de este domingo tendrán una gran carga emocional para Cristina Fernández, ya que pocos días después de los comicios, el próximo jueves 27, se cumplirá el primer aniversario de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, hito que marcó, además de su vida personal, su accionar al frente del Gobierno en el último año.
Además del cargo de presidente y vicepresidente, pasado mañana se renovará también la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, donde el oficialista Frente para la Victoria aspira a obtener una mayoría que le permita profundizar el modelo sin mayores trabas.
Para este domingo están habilitados para votar aproximadamente 29 millones de argentinos, de los cuales unos 2.500 lo podrán hacer en Chile, ya que la ley argentina permite el voto de sus ciudadanos residentes en el exterior.
Pocas sorpresas se esperan en las elecciones generales que se desarrollarán este domingo en Argentina, en las que la Presidenta Crisitina Fernández de Kirchner tiene virtualmente asegurada su reelección para los próximos cuatro años con más del 50% de las preferencias.
La discusión de las últimas semanas ha estado centrada, principalmente, en conocer el nombre de quien logrará el segundo lugar en las votaciones. Dos son los candidatos que corren con posibilidades: el socialista Hermes Binner, actual gobernador de la provincia de Santa Fe; y el diputado radical Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsin, logrando cada uno alrededor de 12% de las preferencias, según las últimas encuestas. A pesar de lo escuálido que puedan parecer los números, la importancia estratégica radica en la posibilidad de convertirse en el referente de una oposición que se encuentra totalmente desarticulada.
Lejanos a ello se han mostrado durante la campaña tanto la Presidenta Fernández de Kirchner, como su candidato a vicepresidente, Amado Boudou. Y es que los resultados conseguidos, primero, en las inéditas elecciones primarias obligatorias realizadas en agosto pasado, sumado a los números que arrojan los diversos sondeos, le han permitido a la mandataria consolidar un discurso de unidad e independencia.
Precisamente, esa fue la tónica de su intervención en el cierre de campaña realizado este miércoles en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires. En la oportunidad, la Presidenta señaló que “nadie pierde su identidad si coopera con quienes la sociedad democráticamente ha elegido para construir un país con mayor inclusión, solidaridad y pluralidad”.
“¡Sé que no es fácil! Porque hay intereses obviamente, los sectores tienen siempre intereses. Pero lo importante es que cada uno de esos sectores, de esos espacios que defienden sus derechos y que es normal que así sea -en toda sociedad pasa lo mismo-, comprendan que esta argentina es Presidenta de los 40 millones de argentinos y tiene que articular los intereses para esos 40 millones”, declaró.
Los analistas coinciden en señalar que la base de la gran adhesión que ha logrado la Cristina Fernández, especialmente en esta segunda mitad de su mandato, radica en la mantención del nivel de crecimiento económico, el revestir a la economía local de cierta inmudad frente a los embates provenientes del exterior y en la implementación de programas sociales de carácter universal, todo ello sin dejar de lado la modernización del país.
Las elecciones de este domingo tendrán una gran carga emocional para Cristina Fernández, ya que pocos días después de los comicios, el próximo jueves 27, se cumplirá el primer aniversario de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, hito que marcó, además de su vida personal, su accionar al frente del Gobierno en el último año.
Además del cargo de presidente y vicepresidente, pasado mañana se renovará también la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, donde el oficialista Frente para la Victoria aspira a obtener una mayoría que le permita profundizar el modelo sin mayores trabas.
Para este domingo están habilitados para votar aproximadamente 29 millones de argentinos, de los cuales unos 2.500 lo podrán hacer en Chile, ya que la ley argentina permite el voto de sus ciudadanos residentes en el exterior.
Pocas sorpresas se esperan en las elecciones generales que se desarrollarán este domingo en Argentina, en las que la Presidenta Crisitina Fernández de Kirchner tiene virtualmente asegurada su reelección para los próximos cuatro años con más del 50% de las preferencias.
La discusión de las últimas semanas ha estado centrada, principalmente, en conocer el nombre de quien logrará el segundo lugar en las votaciones. Dos son los candidatos que corren con posibilidades: el socialista Hermes Binner, actual gobernador de la provincia de Santa Fe; y el diputado radical Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsin, logrando cada uno alrededor de 12% de las preferencias, según las últimas encuestas. A pesar de lo escuálido que puedan parecer los números, la importancia estratégica radica en la posibilidad de convertirse en el referente de una oposición que se encuentra totalmente desarticulada.
Lejanos a ello se han mostrado durante la campaña tanto la Presidenta Fernández de Kirchner, como su candidato a vicepresidente, Amado Boudou. Y es que los resultados conseguidos, primero, en las inéditas elecciones primarias obligatorias realizadas en agosto pasado, sumado a los números que arrojan los diversos sondeos, le han permitido a la mandataria consolidar un discurso de unidad e independencia.
Precisamente, esa fue la tónica de su intervención en el cierre de campaña realizado este miércoles en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires. En la oportunidad, la Presidenta señaló que “nadie pierde su identidad si coopera con quienes la sociedad democráticamente ha elegido para construir un país con mayor inclusión, solidaridad y pluralidad”.
“¡Sé que no es fácil! Porque hay intereses obviamente, los sectores tienen siempre intereses. Pero lo importante es que cada uno de esos sectores, de esos espacios que defienden sus derechos y que es normal que así sea -en toda sociedad pasa lo mismo-, comprendan que esta argentina es Presidenta de los 40 millones de argentinos y tiene que articular los intereses para esos 40 millones”, declaró.
Los analistas coinciden en señalar que la base de la gran adhesión que ha logrado la Cristina Fernández, especialmente en esta segunda mitad de su mandato, radica en la mantención del nivel de crecimiento económico, el revestir a la economía local de cierta inmudad frente a los embates provenientes del exterior y en la implementación de programas sociales de carácter universal, todo ello sin dejar de lado la modernización del país.
Las elecciones de este domingo tendrán una gran carga emocional para Cristina Fernández, ya que pocos días después de los comicios, el próximo jueves 27, se cumplirá el primer aniversario de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, hito que marcó, además de su vida personal, su accionar al frente del Gobierno en el último año.
Además del cargo de presidente y vicepresidente, pasado mañana se renovará también la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, donde el oficialista Frente para la Victoria aspira a obtener una mayoría que le permita profundizar el modelo sin mayores trabas.
Para este domingo están habilitados para votar aproximadamente 29 millones de argentinos, de los cuales unos 2.500 lo podrán hacer en Chile, ya que la ley argentina permite el voto de sus ciudadanos residentes en el exterior.
