Los representantes de cerca de 90 países se reunieron en Panamá en la reunión número 64 de la Comisión Ballenera Internacional que año a año decide el futuro de las poblaciones de ballenas a nivel global.
En esta oportunidad se presentó nuevamente la propuesta para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur liderada por el bloque de países latinos y que brindaría protección a más de 50 especies de cetáceos en la cuenca marina de esta región.
Esto después de 10 años desde su presentación, la que cuenta con la firme oposición de países con intereses balleneros, encabezados por Japón, Noruega y Estados Unidos, quienes han impedido alcanzar el 75 por ciento de los votos necesarios, pero a través de una política de compra de votos, que está ampliamente comprobada.
Y esta vez, nuevamente lograron bloquear la iniciativa, pese a que ésta contó con un histórico 65 por ciento de aprobación. Además, enfrentaron una dura derrota, ya que, después de cuatro años, los procesos democráticos de votación fueron rescatados. Con esto los países pueden someter temas de a votación y su participación no se limita sólo a los consensos que se puedan alcanzar entre naciones.
Otro tema complejo a discutir este año era la propuesta de renovación de cuotas de caza aborigen, para la captura y la matanza de ballenas de Groenlandia, ballenas de aleta y jorobada, y presentaba además un fuerte aumento en el número de cetáceos a capturar en los próximos 6 años, alcanzado una cifra total de más de mil 200 ballenas.
Pese a que Groenlandia sostuvo que este comportamiento era necesario para la subsistencia de sus pueblos originarios, diversos estudios revelaron la creciente comercialización de carne y productos de ballenas, en supermercados, cruceros, restaurantes y hoteles, por lo que la iniciativa fue negada, con el rechazo del bloque de países de Latinoamericanos, conocido como “Grupo Buenos Aires”, del que Chile también es parte.
Para la directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea y coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas, Elsa Cabrera, a pesar que en esta reunión ganó la conservación de las ballenas y la gobernanza de los océanos, no se puede bajar la guardia frente a la presión ejercida por los Estados Unidos para revitalizar la caza comercial, la que calificó de “inaceptable”.
Al respecto la ambientalista concluyó que es necesario que el mundo se informe sobre el rol que está jugando Estados Unidos, porque sólo la presión ciudadana podrá bloquear sus futuros intentos de revitalizar la moribunda y decadente industria ballenera.
Los representantes de cerca de 90 países se reunieron en Panamá en la reunión número 64 de la Comisión Ballenera Internacional que año a año decide el futuro de las poblaciones de ballenas a nivel global.
En esta oportunidad se presentó nuevamente la propuesta para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur liderada por el bloque de países latinos y que brindaría protección a más de 50 especies de cetáceos en la cuenca marina de esta región.
Esto después de 10 años desde su presentación, la que cuenta con la firme oposición de países con intereses balleneros, encabezados por Japón, Noruega y Estados Unidos, quienes han impedido alcanzar el 75 por ciento de los votos necesarios, pero a través de una política de compra de votos, que está ampliamente comprobada.
Y esta vez, nuevamente lograron bloquear la iniciativa, pese a que ésta contó con un histórico 65 por ciento de aprobación. Además, enfrentaron una dura derrota, ya que, después de cuatro años, los procesos democráticos de votación fueron rescatados. Con esto los países pueden someter temas de a votación y su participación no se limita sólo a los consensos que se puedan alcanzar entre naciones.
Otro tema complejo a discutir este año era la propuesta de renovación de cuotas de caza aborigen, para la captura y la matanza de ballenas de Groenlandia, ballenas de aleta y jorobada, y presentaba además un fuerte aumento en el número de cetáceos a capturar en los próximos 6 años, alcanzado una cifra total de más de mil 200 ballenas.
Pese a que Groenlandia sostuvo que este comportamiento era necesario para la subsistencia de sus pueblos originarios, diversos estudios revelaron la creciente comercialización de carne y productos de ballenas, en supermercados, cruceros, restaurantes y hoteles, por lo que la iniciativa fue negada, con el rechazo del bloque de países de Latinoamericanos, conocido como “Grupo Buenos Aires”, del que Chile también es parte.
Para la directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea y coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas, Elsa Cabrera, a pesar que en esta reunión ganó la conservación de las ballenas y la gobernanza de los océanos, no se puede bajar la guardia frente a la presión ejercida por los Estados Unidos para revitalizar la caza comercial, la que calificó de “inaceptable”.
Al respecto la ambientalista concluyó que es necesario que el mundo se informe sobre el rol que está jugando Estados Unidos, porque sólo la presión ciudadana podrá bloquear sus futuros intentos de revitalizar la moribunda y decadente industria ballenera.
Los representantes de cerca de 90 países se reunieron en Panamá en la reunión número 64 de la Comisión Ballenera Internacional que año a año decide el futuro de las poblaciones de ballenas a nivel global.
En esta oportunidad se presentó nuevamente la propuesta para la creación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur liderada por el bloque de países latinos y que brindaría protección a más de 50 especies de cetáceos en la cuenca marina de esta región.
Esto después de 10 años desde su presentación, la que cuenta con la firme oposición de países con intereses balleneros, encabezados por Japón, Noruega y Estados Unidos, quienes han impedido alcanzar el 75 por ciento de los votos necesarios, pero a través de una política de compra de votos, que está ampliamente comprobada.
Y esta vez, nuevamente lograron bloquear la iniciativa, pese a que ésta contó con un histórico 65 por ciento de aprobación. Además, enfrentaron una dura derrota, ya que, después de cuatro años, los procesos democráticos de votación fueron rescatados. Con esto los países pueden someter temas de a votación y su participación no se limita sólo a los consensos que se puedan alcanzar entre naciones.
Otro tema complejo a discutir este año era la propuesta de renovación de cuotas de caza aborigen, para la captura y la matanza de ballenas de Groenlandia, ballenas de aleta y jorobada, y presentaba además un fuerte aumento en el número de cetáceos a capturar en los próximos 6 años, alcanzado una cifra total de más de mil 200 ballenas.
Pese a que Groenlandia sostuvo que este comportamiento era necesario para la subsistencia de sus pueblos originarios, diversos estudios revelaron la creciente comercialización de carne y productos de ballenas, en supermercados, cruceros, restaurantes y hoteles, por lo que la iniciativa fue negada, con el rechazo del bloque de países de Latinoamericanos, conocido como “Grupo Buenos Aires”, del que Chile también es parte.
Para la directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea y coordinadora de la campaña Cero Caza de Ballenas, Elsa Cabrera, a pesar que en esta reunión ganó la conservación de las ballenas y la gobernanza de los océanos, no se puede bajar la guardia frente a la presión ejercida por los Estados Unidos para revitalizar la caza comercial, la que calificó de “inaceptable”.
Al respecto la ambientalista concluyó que es necesario que el mundo se informe sobre el rol que está jugando Estados Unidos, porque sólo la presión ciudadana podrá bloquear sus futuros intentos de revitalizar la moribunda y decadente industria ballenera.
