“La pobreza cada vez tiene más rostro de mujer”, aseguró el Presidente Sebastián Piñera al revelar nuevos datos de la encuesta Casen 2011, relacionados con la participación laboral de las mujeres y su influencia en la pobreza.
Porque aunque se celebra que las mujeres se han ido incorporando cada vez más al mundo del trabajo -lo que en los estratos altos llega a un nivel de participación de un 63 por ciento-, en los sectores más pobres de la sociedad solo lo hace un 24 por ciento, principalmente por el nivel educacional.
Asimismo, el porcentaje de mujeres jefa de hogar se duplicó, llegando al 39 por ciento, confirmando una tendencia que viene desde principios de los noventa, y que en el caso de los hogares más pobres llega al 51 por ciento y sube al 55 por ciento en el caso de los indigentes.
Al respecto, la ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Carolina Schmidt, reconoció en el programa Frecuencia de Mujer de nuestra emisora, que el proceso de inclusión laboral femenina “no ha venido acompañado de otros cambios que implican que eso se haga de buena manera, el mundo del trabajo sigue tremendamente masculinizado y hemos sido las mujeres las que hemos tratado de adaptarnos a eso para que no nos vayan a mirar como posibles malas trabajadoras”.
Sin embargo, la titular del Sernam valoró la promulgación de la ley de post natal de seis meses en este sentido, cuestión que también fue destacada por el ministro del Desarrollo Social, Joaquín Lavín, dentro de las políticas públicas que apuntan a revertir los números entregados por la Casen, junto con el acceso universal a salas cunas y el ingreso ético laboral, que incluirá un bono especial para las mujeres trabajadoras que perciban menos de 300 mil pesos y sean parte del sector más vulnerable.
A pesar de ello, la directora nacional del Programa de Economía del Trabajo (PET), Carmen Espinoza, afirmó que “más que políticas dedicadas a la mujer, tienen que haber políticas dedicadas a la equidad de género. Los programas de formación tienen que serlo y no programas de contención para que las personas se contenten con algunos recursos, no basta con entregar bonos, hay que entregar herramientas para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida, y eso está bastante lejos de los programas que yo conozco”.
La experta agregó que para ello es necesario un cambio estructural que no vaya con soluciones parches a medida que aparezcan nuevas encuestas o emergencias. “Es vital incorporar la intervención cultural, que las personas dejen de sentir que ‘esto es así, porque es así’ y aprendan a resolver sus problemas ejerciendo sus derechos y para eso tienen que conocer sus derechos”, añadió Espinoza.
En esto coincidió el director de la Fundación para la Pobreza, Leonardo Moreno, quien sostuvo que las actuales políticas sociales “no tienen perspectiva de género, no hacen la distinción entre hombres y mujeres. Muchas veces creemos que las políticas extendidas podrían tener efectos de igual manera, pero no es así”.
“Este enfoque tiene que estar presente también en la salud, en la educación, en la vivienda, que debieran contemplar que gran parte de la población más pobre está a cargo de mujeres y tener políticas que tengan preocupación especial por las jefas de hogar”, agregó Moreno, quien apuntó a que también se deben realizar capacitaciones permanentes con este enfoque, para lograr mayor ingreso al mundo laboral así como mejores puestos de trabajo para la mujer.
Por ahora, aunque el Presidente Piñera subrayó que “las políticas sociales tienen que poner en el centro a la mujer para erradicar la pobreza”, solo ha enunciado en este ámbito que el ingreso ético laboral será uno de los puntales para lograr este objetivo.
“La pobreza cada vez tiene más rostro de mujer”, aseguró el Presidente Sebastián Piñera al revelar nuevos datos de la encuesta Casen 2011, relacionados con la participación laboral de las mujeres y su influencia en la pobreza.
Porque aunque se celebra que las mujeres se han ido incorporando cada vez más al mundo del trabajo -lo que en los estratos altos llega a un nivel de participación de un 63 por ciento-, en los sectores más pobres de la sociedad solo lo hace un 24 por ciento, principalmente por el nivel educacional.
Asimismo, el porcentaje de mujeres jefa de hogar se duplicó, llegando al 39 por ciento, confirmando una tendencia que viene desde principios de los noventa, y que en el caso de los hogares más pobres llega al 51 por ciento y sube al 55 por ciento en el caso de los indigentes.
Al respecto, la ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Carolina Schmidt, reconoció en el programa Frecuencia de Mujer de nuestra emisora, que el proceso de inclusión laboral femenina “no ha venido acompañado de otros cambios que implican que eso se haga de buena manera, el mundo del trabajo sigue tremendamente masculinizado y hemos sido las mujeres las que hemos tratado de adaptarnos a eso para que no nos vayan a mirar como posibles malas trabajadoras”.
Sin embargo, la titular del Sernam valoró la promulgación de la ley de post natal de seis meses en este sentido, cuestión que también fue destacada por el ministro del Desarrollo Social, Joaquín Lavín, dentro de las políticas públicas que apuntan a revertir los números entregados por la Casen, junto con el acceso universal a salas cunas y el ingreso ético laboral, que incluirá un bono especial para las mujeres trabajadoras que perciban menos de 300 mil pesos y sean parte del sector más vulnerable.
A pesar de ello, la directora nacional del Programa de Economía del Trabajo (PET), Carmen Espinoza, afirmó que “más que políticas dedicadas a la mujer, tienen que haber políticas dedicadas a la equidad de género. Los programas de formación tienen que serlo y no programas de contención para que las personas se contenten con algunos recursos, no basta con entregar bonos, hay que entregar herramientas para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida, y eso está bastante lejos de los programas que yo conozco”.
La experta agregó que para ello es necesario un cambio estructural que no vaya con soluciones parches a medida que aparezcan nuevas encuestas o emergencias. “Es vital incorporar la intervención cultural, que las personas dejen de sentir que ‘esto es así, porque es así’ y aprendan a resolver sus problemas ejerciendo sus derechos y para eso tienen que conocer sus derechos”, añadió Espinoza.
En esto coincidió el director de la Fundación para la Pobreza, Leonardo Moreno, quien sostuvo que las actuales políticas sociales “no tienen perspectiva de género, no hacen la distinción entre hombres y mujeres. Muchas veces creemos que las políticas extendidas podrían tener efectos de igual manera, pero no es así”.
“Este enfoque tiene que estar presente también en la salud, en la educación, en la vivienda, que debieran contemplar que gran parte de la población más pobre está a cargo de mujeres y tener políticas que tengan preocupación especial por las jefas de hogar”, agregó Moreno, quien apuntó a que también se deben realizar capacitaciones permanentes con este enfoque, para lograr mayor ingreso al mundo laboral así como mejores puestos de trabajo para la mujer.
Por ahora, aunque el Presidente Piñera subrayó que “las políticas sociales tienen que poner en el centro a la mujer para erradicar la pobreza”, solo ha enunciado en este ámbito que el ingreso ético laboral será uno de los puntales para lograr este objetivo.
“La pobreza cada vez tiene más rostro de mujer”, aseguró el Presidente Sebastián Piñera al revelar nuevos datos de la encuesta Casen 2011, relacionados con la participación laboral de las mujeres y su influencia en la pobreza.
Porque aunque se celebra que las mujeres se han ido incorporando cada vez más al mundo del trabajo -lo que en los estratos altos llega a un nivel de participación de un 63 por ciento-, en los sectores más pobres de la sociedad solo lo hace un 24 por ciento, principalmente por el nivel educacional.
Asimismo, el porcentaje de mujeres jefa de hogar se duplicó, llegando al 39 por ciento, confirmando una tendencia que viene desde principios de los noventa, y que en el caso de los hogares más pobres llega al 51 por ciento y sube al 55 por ciento en el caso de los indigentes.
Al respecto, la ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Carolina Schmidt, reconoció en el programa Frecuencia de Mujer de nuestra emisora, que el proceso de inclusión laboral femenina “no ha venido acompañado de otros cambios que implican que eso se haga de buena manera, el mundo del trabajo sigue tremendamente masculinizado y hemos sido las mujeres las que hemos tratado de adaptarnos a eso para que no nos vayan a mirar como posibles malas trabajadoras”.
Sin embargo, la titular del Sernam valoró la promulgación de la ley de post natal de seis meses en este sentido, cuestión que también fue destacada por el ministro del Desarrollo Social, Joaquín Lavín, dentro de las políticas públicas que apuntan a revertir los números entregados por la Casen, junto con el acceso universal a salas cunas y el ingreso ético laboral, que incluirá un bono especial para las mujeres trabajadoras que perciban menos de 300 mil pesos y sean parte del sector más vulnerable.
A pesar de ello, la directora nacional del Programa de Economía del Trabajo (PET), Carmen Espinoza, afirmó que “más que políticas dedicadas a la mujer, tienen que haber políticas dedicadas a la equidad de género. Los programas de formación tienen que serlo y no programas de contención para que las personas se contenten con algunos recursos, no basta con entregar bonos, hay que entregar herramientas para que las personas puedan mejorar sus condiciones de vida, y eso está bastante lejos de los programas que yo conozco”.
La experta agregó que para ello es necesario un cambio estructural que no vaya con soluciones parches a medida que aparezcan nuevas encuestas o emergencias. “Es vital incorporar la intervención cultural, que las personas dejen de sentir que ‘esto es así, porque es así’ y aprendan a resolver sus problemas ejerciendo sus derechos y para eso tienen que conocer sus derechos”, añadió Espinoza.
En esto coincidió el director de la Fundación para la Pobreza, Leonardo Moreno, quien sostuvo que las actuales políticas sociales “no tienen perspectiva de género, no hacen la distinción entre hombres y mujeres. Muchas veces creemos que las políticas extendidas podrían tener efectos de igual manera, pero no es así”.
“Este enfoque tiene que estar presente también en la salud, en la educación, en la vivienda, que debieran contemplar que gran parte de la población más pobre está a cargo de mujeres y tener políticas que tengan preocupación especial por las jefas de hogar”, agregó Moreno, quien apuntó a que también se deben realizar capacitaciones permanentes con este enfoque, para lograr mayor ingreso al mundo laboral así como mejores puestos de trabajo para la mujer.
Por ahora, aunque el Presidente Piñera subrayó que “las políticas sociales tienen que poner en el centro a la mujer para erradicar la pobreza”, solo ha enunciado en este ámbito que el ingreso ético laboral será uno de los puntales para lograr este objetivo.
