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Mentalidad de Empate

Columna de opinión por Hugo Mery
Jueves 11 de abril 2013 14:42 hrs.


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El empate electoral al que conduce el sistema binominal –con la mitad para cada una de las dos grandes coaliciones- ha conformado en la práctica legislativa y fiscalizadora una mentalidad: “tú haces o sostienes una cosa y yo hago o retruco con lo mismo”.

Así se vio claramente con la acusación constitucional contra el ministro de Educación. Personeros del oficialismo más algunos de la oposición adujeron que se estaba actuando en revancha por el libelo que despojó de sus unciones a una antecesora en la cartera, Yasna Provoste. Todos recordaron aquel episodio, con lo que se avaló, una vez más, la práctica del empate. Con el agravante de la inconsecuencia de los que rechazan hoy lo que antes impulsaron y viceversa y de que se enrostró a un ministro actual  lo que la Concertación no hizo: rechazar y fiscalizar el ilegal lucro en las universidades.

“Bayer fue el primer ministro que lo persiguió en 20 años”. Esta aseveración contiene dos imprecisiones: fue, en realidad, en 22 años, lo que incluye los dos anteriores  titulares de Educación de Piñera. Lo que quiere decir que ni Lavín ni Bulnes tampoco hicieron nada; al contrario, el primero, según admitió, recuperó su plata  invertida en la universidad del Desarrollo.

Lo peor para el menguado prestigio del Congreso –la última encuesta Adimark le dio apenas un 16  por ciento de aprobación a la Cámara de Diputados y un 20 % al Senado- se produjo un día antes de la votación del libelo, cuando las bancadas gobiernistas elevaron a la segunda vicepresidencia de aquella al condenado ex alcalde de Coquimbo Pedro Velásquez, quien aún no paga 280 millones de pesos de los fondos públicos que defraudó. Como la sentencia sólo le prohibió  ejercer como alcalde, logró ser elegido diputado. Varios oficialistas consideraron impresentable votar por él, llegando el candidato presidencial de RN le a sugerirle “dar un paso al costado”. Pero el ex edil amenazó con votar en contra del ministro Bayer. Al final, asegurar un voto que podía ser decisivo estuvo de más. La acusación se aprobó por 58 contra 56.El empate se habría dado con un opositor que se saliera de línea y el gobierno hizo lobby con varios. En 2008 la votación  dirimente en  el Senado contra Povoste fue también estrecha: 20 votos y 18.

Para justificar la elección de Velásquez, no faltaron quienes  recayeron en el juego del empate. La ministra Evelyn Matthei, quien impulsó en sus tiempos de senadora las querellas contra el edil de su región, comparó ahora su situación con la que afrontó Guido Girardi, designado en la testera del Senado pese a que se vio envuelto en una irregular emisión por terceros de boletas en su  campaña para la reelección. Este recordó que no fue condenado, sino un encargado de llevar el asunto, en el cual, por lo demás, se vio involucrado el candidato presidencial Sebastián Piñera.

Para el pronunciamiento como jurados de los senadores sobre el caso Beyer, se conminó a inhabilitarse a quienes han tenido alguna forma de relación con universidades. Casi todos se negaron, logrando que se les sumaran los senadores de derecha Carlos y Hernán Larraín, vinculados en forma más o menos directa con  establecimientos de enseñanza superior. Son casos en que el empate se rompe con el concurso de algunos del bando opuesto.

Esto ocurrió también con el “copy paste” que se atribuyó  a los autores del libelo. Ellos reconocieron que esta práctica –que ejercen, dijeron, todos en el Congreso- llevó  a un error a en sólo uno de los capítulos de la acusación, al aplicar al ministro de Educación argumentos que correspondían  contra el ministro del Interior y que se copiaron de un informe presentando anteriormente en su contra. Eso lo hicieron algunos de los numerosos abogados que actuaron en la confección del texto, pero se agregó –y he aquí otro empate- que los equipos defensores de Harald Beyer tampoco se percataron de la desprolijidad  y no la hicieron ver en la defensa ante los diputados.

Un juego que puede ponerse en la misma línea fue la decisión del Presidente de la República ra de salirle al paso a  su antecesora, emplazándola a contestar todas las preguntas que se le hagan. Como ella dijera  “paso, paso” al inquirírsele sobre el emplazamiento presidencial, la palabra fue repetida majaderamente por sus oponentes, manteniendo a la candidata en un nivel de protagonismo aún  antes de que empezara a hablar y presentar sus equipos con irregular suerte, lo que, según el candidato a senador de RN Manuel José Ossandón, tiene el efecto de hacerle la campaña día a día.

Lo que está detrás de la movida de Piñera es un convencimiento de La Moneda de que los dos precandidatos a las primerias del sector no logran levantar vuelo. Esto hace necesario anteponerle a la ex Presidenta la figura del actual Mandatario, quien con el 38 por ciento de aprobación que le otorga Adimark a su gestión es el único que se acerca aunque sea poco al más del 50 de popularidad que ha registrado Bachelet (¿hasta cuándo?).

Es otra búsqueda de empate en una política que por muy crispada que esté no hace sino aburrir a la gente,  por el cruce de inconsecuencias y cabildeos de una élite que no quiere aprender de lo que ocurre en la sociedad y persiste en los malos hábitos de siempre.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.