Pablo Longueira es la mejor carta de la UDI para enfrentar una derrota presidencial sin mayor costo en las parlamentarias; y su proclamación como candidato es la trinchera perfecta para defenderse -a si mismo y al Gobierno- del escándalo del INE.
Eso explica el desenlace de la frenética jornada del lunes en el gremialismo, cuya plana mayor entró a la sede de Suecia detrás de un abanderado presidencial cuestionado por ocultar su fortuna y perpetrar prácticas abusivas contra los clientes del retail, para salir más tarde liderada por otro candidato que enfrenta responsabilidades políticas tanto o más graves por la manipulación de las estadísticas del Censo.
El común involucramiento en distintas irregularidades demuestra que, por sobre el reproche moral a las faltas contra la fe pública, lo que realmente cambió el escenario en la derecha fue el fracaso de una estrategia de seducción electoral por la vía del carisma de Laurence Golborne, y la necesidad de emprender un operativo de rescate del voto duro, a través de la maquinaria pesada que controla Longueira.
Aunque Golborne nunca perdió su ventaja sobre el candidato de RN Andrés Allamand, tampoco logró desempatarle en el segmento de electores que realmente importa: aquellos decididos a votar en primarias. Fue eso lo que finalmente dejó su suerte a merced del precario equilibrio interno entre su principal aliado, Jovino Novoa, y su gran detractor, Pablo Longueira.
El ex ministro de Economía nunca ocultó sus dudas frente a Golborne. Tempranamente sugirió una primaria a tres bandas entre el ex ministro de OO.PP. un UDI y un RN, que conduciría a la segura derrota del único independiente en competencia. Luego, mantuvo su nombre latente como recurso de cambio ante cualquier adversidad. En sordina alentó las alertas de varios dirigentes ante el alto costo parlamentario que pagaría la UDI si no enmendaba el rumbo que lo estaba conduciendo hacia una victoria tímida en las primarias de Junio y una derrota aplastante en las presidenciales de Noviembre.
En eso estaba cuando llegó el fallo de la Corte Suprema que sentenció a Golborne ¿alguien se imagina que el director del SERNAC, servicio dependiente de Ministerio de Economía, pudo generar con gran pompa una conferencia de presa para anunciar un fallo judicial contra Cencosud y Golborne, sin el visto bueno de su Ministro?
Después de eso, lo de las cuentas de Golborne en las islas Vírgenes, que solo pueden haber sido descubiertas por una filtración desde su círculo íntimo, más parece un tiro de gracia para rematar al candidato moribundo y asegurar tiempo suficiente para el despliegue del plan B.
En ese marco, el accionar de Allamand fue torpe e ingenuo, al saltar ansioso sobre la garganta de su presa y adjudicarse gratuitamente el crimen de un candidato que estaba siendo hábil y secretamente envenenado desde su propio círculo.
Lo que no previó Longueira fue que el escándalo del INE lo golpearía antes de salir del closet. La amenaza de una Acusación Constitucional contra el Ministro, por la falta de la debida supervisión, puede terminar volteando ahora al ideólogo del crimen de Lourence, aunque sin duda esta mejor blindado hoy como candidato que ayer como Ministro.