Para salvar el incumplimiento al Plan Regulador de la comuna que establecía que, debido al tamaño, el centro comercial debía contar con un acceso a una calle de mayores dimensiones que la considerada en el proyecto inicial, fue que la empresa Pasmar decidió comprar otro terreno y construir una sola estructura, uniendo los permisos de las torres que tenía para cada sito. Además, contaba con autorización para levantar estructuras de cuatro pisos, pero el mall es más alto.
Estos antecedentes fueron entregados por Obras de la municipalidad a la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, en respuesta a un recurso de protección que presentó la empresa donde se le acusa al municipio de cambiar los criterios para medir las superficies del proyecto. Juan Pablo Sotolichio, abogado de la municipalidad afirmó que la empresa hace esto para regularizar los problemas en la construcción.
Además, afirmó que, en su debido momento, fiscalizaron a la empresa, lo que terminó en otro conflicto judicial.
En este sentido, el abogado representante del municipio precisó que “lo que se hizo en su oportunidad fue fiscalizar, efectivamente, hay registro y hay constancia de que se fiscalizó el cumplimiento de los permisos, cuando se hicieron estas fiscalizaciones y se pudo constatar de que los permisos no se estaban construyendo de acuerdo a lo autorizado, lo que puede hacer la dirección de obras es dictar una orden de paralización, se dictó esa orden de paralización y no se cumplió, porque la empresa siguió ejecutando sus faenas”.
El jurista añadió que estos antecedentes pasaron al Juzgado de Policía Local como establece la Ley General de Urbanismo, el juzgado aplicó dos multas, una por cada permiso, sin embargo la empresa apeló y la causa está también en el juzgado de Puerto Montt, el que debería fallar por este caso en los próximos días.
Pero las irregularidades no sólo pasan por los permisos de obra. Sobre esto se refirió el arquitecto, Jorge Espinoza, integrante de movimiento “Ciudadanos por Castro”.
Respecto de las fallas técnicas que presenta la construcción del centro comercial, el arquitecto detalló que “los principales problemas tienen que ver con la escala del edificio, hay una nomenclatura que no fue respetada, el enfrentamiento que hace a la vía y la caracterización de la vía que enfrenta, están erradas las dos situaciones, la interpretación de la carga de ocupación, interpretación de la escala del edificio y la interpretación de la vía que enfrenta. Además, se podría añadir el tema de los destinos, se está diciendo que en el segundo y tercer nivel se declaran bodegas, pero sabemos perfectamente que esos son locales comerciales y patio de comida, el número de estacionamientos también está alterado”.
El dirigente afirmó que la empresa busca judicializar los conflictos para lograr autorizaciones nuevas que le permitan sostener un proyecto que está mal planteado “a todas luces” y que se mantiene “al borde de la legalidad vigente”. En ese sentido, coincidieron con la municipalidad al sostener que este proyecto no se debió haber autorizado.