“La idea de trabajar en esta exposición surge en 2012, a partir de un estudio que hice en torno al espacio urbano y que luego derivó en el publicitario, espacios que más bien son términos igualitarios que no pueden surgir el uno sin el otro”, dice Iván Olivares sobre Desocultamiento de la (in)conciencia, muestra que exhibe la sala Juan Egenau desde este jueves 5.
En ella, el artista aborda “la belleza transfigurada y suprimida del soporte publicitario como componente arquitectónico en el espacio urbano que, con el pasar de los años, se va descascarando y mostrando su real estructura, la tramoya, convirtiéndose en un ente inmutable que se mantiene a través del tiempo, diluyéndose los límites entre pasado y presente”.
A partir de fotografías que tomó a distintos carteles publicitarios, Iván Olivares creó las obras que expondrá en esta muestra, imágenes que tras ser retocadas en photoshop fueron traspasadas directamente a la tela para hacer “patente una particular transformación de objetos a través del tiempo, el que va desde su origen práctico, esto es, desde aquello para lo que fueron concebidos, hasta su condición de residuo y recuerdo en el que pierde su razón de ser”.
Olivares optó por transformar los esqueletos de los carteles fotografiados en los protagonistas de las pinturas y maquetas a las que dio forma, manifestando de esa manera “la naturaleza falsa del mensaje, develando así su verdadero artificio, su verdadera fragilidad”.
Interesado en reinterpretar situaciones y objetos propios del imaginario colectivo actual, este artista decidió desvincular a los carteles publicitarios de su función inicial para transformarlos en imágenes destinadas a la contemplación estética, convirtiéndolos en objetos pictóricos. “Esto me permitió desligarme de la pintura de caballete y jugar más con los desplazamientos de la pintura para pensar en instalaciones con carácter pictórico por sobre el espacio”, señala.
Por eso, las obras que conforman esta exposición son “fruto de una reflexión en torno a lo pictórico, una búsqueda que se presenta en distintos grados, desde lo fotográfico a lo abstracto”.
Desocultamiento de la (in)conciencia se puede visitar de lunes a viernes, entre las 10 y las 21 horas, hasta el 20 de diciembre en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile).
“La idea de trabajar en esta exposición surge en 2012, a partir de un estudio que hice en torno al espacio urbano y que luego derivó en el publicitario, espacios que más bien son términos igualitarios que no pueden surgir el uno sin el otro”, dice Iván Olivares sobre Desocultamiento de la (in)conciencia, muestra que exhibe la sala Juan Egenau desde este jueves 5.
En ella, el artista aborda “la belleza transfigurada y suprimida del soporte publicitario como componente arquitectónico en el espacio urbano que, con el pasar de los años, se va descascarando y mostrando su real estructura, la tramoya, convirtiéndose en un ente inmutable que se mantiene a través del tiempo, diluyéndose los límites entre pasado y presente”.
A partir de fotografías que tomó a distintos carteles publicitarios, Iván Olivares creó las obras que expondrá en esta muestra, imágenes que tras ser retocadas en photoshop fueron traspasadas directamente a la tela para hacer “patente una particular transformación de objetos a través del tiempo, el que va desde su origen práctico, esto es, desde aquello para lo que fueron concebidos, hasta su condición de residuo y recuerdo en el que pierde su razón de ser”.
Olivares optó por transformar los esqueletos de los carteles fotografiados en los protagonistas de las pinturas y maquetas a las que dio forma, manifestando de esa manera “la naturaleza falsa del mensaje, develando así su verdadero artificio, su verdadera fragilidad”.
Interesado en reinterpretar situaciones y objetos propios del imaginario colectivo actual, este artista decidió desvincular a los carteles publicitarios de su función inicial para transformarlos en imágenes destinadas a la contemplación estética, convirtiéndolos en objetos pictóricos. “Esto me permitió desligarme de la pintura de caballete y jugar más con los desplazamientos de la pintura para pensar en instalaciones con carácter pictórico por sobre el espacio”, señala.
Por eso, las obras que conforman esta exposición son “fruto de una reflexión en torno a lo pictórico, una búsqueda que se presenta en distintos grados, desde lo fotográfico a lo abstracto”.
Desocultamiento de la (in)conciencia se puede visitar de lunes a viernes, entre las 10 y las 21 horas, hasta el 20 de diciembre en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile).
“La idea de trabajar en esta exposición surge en 2012, a partir de un estudio que hice en torno al espacio urbano y que luego derivó en el publicitario, espacios que más bien son términos igualitarios que no pueden surgir el uno sin el otro”, dice Iván Olivares sobre Desocultamiento de la (in)conciencia, muestra que exhibe la sala Juan Egenau desde este jueves 5.
En ella, el artista aborda “la belleza transfigurada y suprimida del soporte publicitario como componente arquitectónico en el espacio urbano que, con el pasar de los años, se va descascarando y mostrando su real estructura, la tramoya, convirtiéndose en un ente inmutable que se mantiene a través del tiempo, diluyéndose los límites entre pasado y presente”.
A partir de fotografías que tomó a distintos carteles publicitarios, Iván Olivares creó las obras que expondrá en esta muestra, imágenes que tras ser retocadas en photoshop fueron traspasadas directamente a la tela para hacer “patente una particular transformación de objetos a través del tiempo, el que va desde su origen práctico, esto es, desde aquello para lo que fueron concebidos, hasta su condición de residuo y recuerdo en el que pierde su razón de ser”.
Olivares optó por transformar los esqueletos de los carteles fotografiados en los protagonistas de las pinturas y maquetas a las que dio forma, manifestando de esa manera “la naturaleza falsa del mensaje, develando así su verdadero artificio, su verdadera fragilidad”.
Interesado en reinterpretar situaciones y objetos propios del imaginario colectivo actual, este artista decidió desvincular a los carteles publicitarios de su función inicial para transformarlos en imágenes destinadas a la contemplación estética, convirtiéndolos en objetos pictóricos. “Esto me permitió desligarme de la pintura de caballete y jugar más con los desplazamientos de la pintura para pensar en instalaciones con carácter pictórico por sobre el espacio”, señala.
Por eso, las obras que conforman esta exposición son “fruto de una reflexión en torno a lo pictórico, una búsqueda que se presenta en distintos grados, desde lo fotográfico a lo abstracto”.
Desocultamiento de la (in)conciencia se puede visitar de lunes a viernes, entre las 10 y las 21 horas, hasta el 20 de diciembre en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile).
