Estudios de cambio climático, contaminación ambiental y calentamiento global han levantado el debate en torno a la gravedad de la sequía a nivel nacional.
El doctor en meteorología de la Universidad de Chile, René Garreaud, sostuvo que “la sequía que hemos experimentado desde 2008 se ha extendido desde el Norte Chico hasta la región de Los Lagos”.
“La parte más dramática se ve en el norte, con ríos y embalses secos. Ese escenario ha sido recurrente en la historia, en cambio, en la zona centro sur (Concepción, Biobío) nunca se ha visto una secuencia tan larga de años tan secos”, indicó Garreaud.
El meteorólogo explicó que, según estudios, los cambios climáticos proyectados muestran una tendencia a la sequía y un aumento de la temperatura en el interior y en la zona cordillerana.
“Hay sequías que podríamos llamar normales, con cierta extensión espacial y duración en el tiempo. Sin embargo, esta sequía se está empezando a salir de esta forma natural y podría ser por este cambio climático, que también apunta hacia la sequía. Hay dos tipos de sequía, naturales y antropogénicas; podría ser que este factor antropogénico se esté superponiendo con el natural y eso explique la larga duración de este evento y la extensión inusual hacia el sur”, afirmó.
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En ese sentido, el experto advirtió que la mayoría de las actividades del hombre requieren agua y siempre su disminución traerá problemas a la agricultura y el ambiente forestal.
En tanto, la directora ejecutiva de la Fundación Terram, Flavia Liberona, aseguró que en el país existe una tendencia a la desertificación y que las regiones Metropolitana y de O’Higgins, en unos años más, podrían ser similares a la de Coquimbo.
La bióloga criticó la mirada cortoplacista y la falta de atención por parte de los gobiernos anteriores para determinar la forma de acomodarse a este crítico escenario: “Esta irrupción del cambio climático en la agenda pública internacional ocurre en 2007. Desde entonces hasta ahora, en siete años, en Chile no ha habido acciones concretas, solo hay estudios y no políticas públicas ni recursos asignados. De hecho, en el anterior gobierno de la Presidenta Bachelet se hizo un plan de acción de cambio climático que nunca fue evaluado si se aplicó o no, si resultó o no”, aseguró.
Por su parte, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), José Graziano Silva, llamó a los gobiernos a mirar en serio el impacto del cambio climático y la reconfiguración productiva.
“Desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, lo más urgente con el cambio climático es lo que se llama adaptación. Tenemos que comenzar a adaptar variedad a las nuevas condiciones que están cambiando. Eso ya se está haciendo en otras partes del mundo, por ejemplo Bangladesh, un país pequeño con una población inmensa y que hoy es autosuficiente, porque comenzó a exportar arroz y ha hecho una adaptación del cereal que se cultiva bajo un metro de agua salada”, dijo Graziano.
En la misma línea, el ministro de Agricultura, Carlos Furche, afirmó que “una sequía como ésta sólo puede enfrentarse con medidas de emergencia y con soluciones parciales y temporales”.
“Lo que hemos hecho es refocalizar los recursos en la Comisión Nacional de Riego, que es el instrumento principal que tiene el ministerio y administra una ley que nos ha permitido llamar a concurso por 23 mil millones de pesos para el segundo semestre de este año, focalizado en pequeñas obras de riego que permitan, sobre todo a los pequeños productores, enfrentar esta situación en el corto plazo”, afirmó.
En el largo plazo, según el ministro Furche, la gradual disminución de las precipitaciones en todo Chile tendrá que ser enfrentada con un plan robusto de inversiones públicas y privadas que aborde los sistemas de acumulación de agua de distinto tamaño.
Además, tendrá que contemplar inversión en el mejoramiento de los canales de distribución y, por último, masificar el riego tecnificado, que tiene una eficiencia de dos a uno respecto del riego tradicional.