Siempre se habla de lo difícil que es debutar en un campeonato mundial. Las ansias, el largo tiempo de concentración y los preparativos, juegan en contra de la tranquilidad necesaria para estas instancias. Algunos dicen que hay que ganar como sea pero eso es muy conformista y en muchas ocasiones no basta. Al final, y pese a tanto hermetismo y dudas, Jorge Sampaoli mando a la cancha a lo mejor que tenemos dentro de la nomina y que desde hace días se venía anunciando en toda la prensa. Incluido Arturo Vidal.
Bravo, Isla, Medel, Jara, Mena, Vidal, Diaz, Aranguiz, Valdivia, Sanchez y Vargas. Uno podría dibujar un 4,3,1,2 pero lo cierto es que las libertades que poseen los laterales para subir, la apertura de los centrales y la movilidad defensiva que le otorga Marcelo Diaz cuando se mete entre los defensas hacen imposible determinar un esquema pues se pasa de uno a otro según las circunstancias defensivas u ofensivas del partido. En ese sentido Chile demostró un trabajo prolijo y memorizado. No se descubre nada nuevo analizándolo pues Sampaoli ya viene trabajando de ese modo y esa ha sido la clave de sus éxitos deportivos. La movilidad, la presión, la intensidad y el dominio de la posesión. Defensivamente se trata de estar bien parados pero lo principal es recuperar cuanto antes el balón.
Los treinta primeros minutos del debut demostraron que el equipo está fuerte en la idea y en los medios. El ataque fue eficiente, numéricamente superior y equilibrado. Sánchez se mostró como esperábamos todos y tuvo la compañía de un Valdivia que demuestra enormes ganas de encajar en un esquema altamente exigente desde el punto de vista físico, y que mantiene el talento intacto. Detrás de ellos, Díaz y Aranguiz estuvieron coordinados y precisos. Presionaron arriba y a las espaldas y casi siempre ganaron. Ambos se conocen a la perfección y también conocen de igual modo el gusto y exigencias del técnico. Los laterales fueron atacantes y pasaron constantemente abriendo la cancha y ofreciendo opciones, aunque sin un hombre fuerte en el juego aéreo, es difícil buscar el centro al área rival y eligieron otras opciones, a veces menos eficientes. Vidal estuvo bajó para lo que conocemos de él pero es comprensible y su presencia otorga otras cosas que también son importantes. Eso explica su inclusión.
En defensa es poco lo que puede criticarse hasta el gol. En esa jugada Medel se encontraba mal parado y en posición de anticipar pero el centro era pasado y no había tiempo ni distancia para llegar a la espalda de Cahill. De todas formas ahí hay un video para revisar y buscar soluciones. Después se produjo un claro relajo y la selección comenzó a perder precisión e intensidad. Apareció el juego lateral y faltó decisión para definir. Esos errores y abusos de confianza levantaron a Australia que con muy poco inquieto a Bravo. Vino el 2 a 1 en el error más notorio de la defensa y la incertidumbre acompaño el silbato final del primer tiempo.
En el segundo periodo la selección chilena intento retomar el control del juego y definir el partido pero se encontró con un equipo aguerrido y ordenado, que con poca prolijidad fue evitando los intentos chilenos y mermando sus fuerzas y seguridades. Además un par de remates de Cahill y de Bresciano mantenían latente la posibilidad del empate lo cual estimulaba temores y resguardos. Entonces Chile fue muy distinto del equipo del primer tiempo y tal vez por la importancia del resultado fue más cauto y parsimonioso. Intentando asegurar los puntos. El gol de Beausejour en el final puso justicia a un partido que debió ser sencillo pero terminó complicado en el tramite y el resultado. Hay que cuidar ese detalle porque las selecciones de mayor jerarquía sabrán sacar ventaja de ello haciendo muy difícil avanzar.
El 5 a 1 de Holanda sobre España no solo fue una sorpresa si no que además cambió todas las predicciones del grupo. El partido contra España resulta ahora fundamental y hay que superarlos para asegurar el paso y la posibilidad de evitar el cruce con Brasil. Después de lo visto parece que los pentacampeones serán sin duda el primer lugar de su grupo. No se debe cometer el error de creer que España vendrá rendida. No jugaron mal el primer tiempo y de haber tenido un poco de precisión habrían puesto el dos a cero y todo hubiera sido diferente. En la siguiente jugada vino el empate y el segundo tiempo fue realmente un desastre de inseguridades y terrores. España tiene un equipo realmente bueno que hace un fútbol encantador pero se complica enormemente cuando se le presiona desde la salida y se interrumpen las entregas a Xavi, Inesta y Silva. Defensivamente España mostró grietas enormes y la selección chilena deberá sacar provecho de ellas. Sanchez y Vargas tendrán espacios para atacar el área siempre que el medio campo chileno recupere la pelota bien arriba y en la habilidad individual son superiores. Será fundamental entonces el trabajo de Vidal, Aranguiz y Diaz.
La selección fue hasta el momento la mejor (durante treinta minutos) aunque el rival era claramente inferior y aunque costó mantener la intensidad. No sirve de mucho sobre todo cuando faltan por aparecer varias de las mejores selecciones del planeta y recién van tres días de competencia. De todas formas lo importante es comenzar ganando y que los mejores momentos hayan coincidido con los minutos en los que el equipo más se acercó a la idea que tiene el cuerpo técnico. Quiere decir que con sus argumentos y bondades alcanza para pelear contra los mejores del mundo.
Por lo que hemos visto en Brasil, lo importante será sostener el juego, los fundamentos y el físico a lo largo de la competencia. Por ahora los chilenos dieron el primer paso y fue en la dirección correcta.