Consorcios mediáticos encabezan la oposición a gobiernos progresistas de la región

Los conglomerados periodísticos de América Latina, ligados a grandes grupos económicos, han mostrado una activa crítica hacia los gobiernos validados en las urnas en Brasil, Venezuela y Argentina. Su involucramiento en política contingente es total, afirman los expertos.

Los conglomerados periodísticos de América Latina, ligados a grandes grupos económicos, han mostrado una activa crítica hacia los gobiernos validados en las urnas en Brasil, Venezuela y Argentina. Su involucramiento en política contingente es total, afirman los expertos.

Los medios de comunicación juegan un papel relevante en las democracias contemporáneas, por lo cual grupos económicos, partidos políticos, sindicatos y organizaciones de todo tipo han comprendido el poder que de ellos emana.

Por esto, marcos institucionales que garanticen la diversidad e impidan la concentración son, en general, valorados como contribuciones al perfeccionamiento de los sistemas democráticos.

Sin embargo, en países como Argentina, Brasil y Venezuela la propiedad de los medios se encuentra cada vez más concentrada. Ante la amenaza de leyes que enfrenten este problema, grupos periodísticos como O Globo, Clarín y El Universal son cada vez más elocuentes en manifestar sus posturas en contra de los gobiernos de Dilma Rousseff, Cristina Fernández y Nicolás Maduro, respectivamente.

En la otra cara de la moneda, las visiones críticas respecto del modelo capitalista, la asignación de los recursos por parte del mercado, las discriminaciones de género, entre otros temas, encuentran en los medios independientes y en las redes sociales su mejor canal de expresión.

En los últimos días se conoció que Erick Bretas, director de Medios Digitales del gigante O Globo, un reconocido opositor a las políticas del PT y del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, asistirá a la marcha de este 15 de marzo para exigir un juicio político a la Presidenta.

Entre los argumentos para justificar su participación en la manifestación, el directivo de la cadena brasileña indico que “los hechos de los últimos días me han convencido de que sólo la presión pública puede salvar a Brasil de otro asalto, ahora a las instituciones”.

Para el director del semanario Le Monde Diplomatique, Víctor De La Fuente, los medios de comunicación han tomado una participación activa en la contingencia, y colocó como ejemplo el golpe de 2002 en Venezuela, recordando que incluso fue llamado “golpe mediático” y que la televisión llamó a la población a ser parte del levantamiento contra el gobierno legítimo.

De la Fuente dijo respecto a la red brasileña que era un claro ejemplo de la profunda concentración de los medios en América Latina. “El caso de O Globo es el de una concentración gigante de medios de comunicación, que incluye periódicos, radios, medios digitales y televisión. Además es un conglomerado económico ligado a la banca, a la industria inmobiliaria, a la industria alimenticia y otras empresas, y entonces pasan a ser una suerte de partido político defensor de empresas a través de los medios de comunicación”, indicó.

Respecto del rol de los grandes grupos de comunicación, la presidenta del Colegio de Periodista, Javiera Olivares, indicó que el ejercicio periodístico debe garantizar y respetar la democracia, los valores y los derechos humanos de todas las personas, afirmando que quienes riñan procesos democráticos apoyados por las mayorías, estarían incurriendo en una falta ética grave.

En cuanto al rol crítico de los grandes conglomerados hacia gobiernos democráticos, la dirigente señaló que “sí, hoy existen conglomerados mediáticos que se oponen a procesos democráticos apoyados popularmente. Ellos aluden y argumentan el derecho a manifestar su opinión, pero que entonces no critiquen ni se opongan a que exista la posibilidad de que otros, al igual que ellos, tengan la potestad de tener medios de comunicación y también de emitir su opinión, porque si eso no se produce el diálogo ciudadano se vuelve insano”.

El periodista Wilson Tapia opinó que era lícito pedir un juicio político a la Presidenta Dilma Roussef, pero indicó que tenía que ser con justicia, en el sentido que se debería hacer una revisión de lo que está pasando con la política brasileña, señalando que la actual mandataria no inició la corrupción en Brasil, ni en Petrobras, y se preguntó por qué no se adopta la misma decisión de protestar contra Enrique Peña Nieto en México, a quien responsabilizó de la desaparición de los 43 estudiantes, y sostuvo que por este hecho no pasa nada a nivel mediático latinoamericano.

Wilson Tapia se refirió a la aguda crítica desde los grandes medios contra los gobiernos de Brasil, Argentina y Venezuela: “tienes el caso de O Globo en Brasil, el caso de Clarín en Argentina y del diario El Nacional en Venezuela. Si observamos el comportamiento de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) en que están representados todos los grandes medios por su poder económico, es posible darse cuenta que también están representados todos los grandes empresarios: el poder económico y el poder real”.

El pluralismo informativo en los medios de comunicación siempre será una garantía para una legítima libertad de expresión y una sana convivencia democrática.





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