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“Galpones del sur”: Una técnica tradicional se instala en el frontis del Bellas Artes

Los arquitectos Héctor y Nicolás Ducci desarrollan desde esta semana una intervención en el frontis del museo que busca rescatar una tradicional forma de construcción, llegada de Europa junto a los colonos que se instalaron en la zona del lago Llanquihue.

Rodrigo Alarcón

  Martes 2 de junio 2015 19:02 hrs. 
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Una gran estructura de madera de más de 13 metros de ancho y cinco de largo, armada sin un solo perno o clavo. Eso es lo que los arquitectos Héctor y Nicolás Ducci están instalando desde el pasado fin de semana en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes.

Galpones del sur es una intervención que pretende destacar la llamada técnica del cajón y espiga, que utiliza ensambles y articulaciones de madera para levantar grandes construcciones. Son una serie de vigas diagonales, encastradas en postes, que además generan una edificación antisísmica.

Ambos hermanos, arquitectos de profesión, trabajan durante las noches para que el público del museo y los transeúntes del sector aprecien el desarrollo de la intervención, que retoma una tradición que se remite hasta varios siglos.

“Los templos griegos eran las primeras construcciones de este tipo. Llegaron a Europa, cambiaron y la Iglesia tomó estos galpones como catedrales y para guardar el trigo, además. Esto se fue desarrollando y es el comienzo de la arquitectura moderna”, explica el arquitecto Héctor Ducci.

De la mano de los colonos alemanes que llegaron al sur de Chile y los ingleses que se instalaron en otras zonas del país, el cajón y espiga también se replicó en este lado del mundo: “Es interesante que haya llegado a Chile y a los campos del Llanquihue, porque demuestra las raíces de la arquitectura. Con la llegada de Homecenter y todo eso, desapareció por completo a partir de los ’60, pero al llamarlo patrimonial, estamos refiriéndonos a que así se construyó Chile”, asegura Héctor Ducci.

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Los arquitectos ya habían instalado un galpón similar en el Centro Cultural La Moneda y tienen planes de replicar la experiencia en otro sector de Santiago y en Alemania. En el Bellas Artes, la intervención es acompañada por una muestra de cinco maquetas de madera que replican galpones construidos a fines del siglo XIX por inmigrantes europeos.

“Merecía estar en el Bellas Artes”, complementa Nicolás Ducci, quien explica que la idea surgió hace tres años, cuando supieron que uno de estos galpones, en el sur de Chile, estaba a punto de ser convertido en leña. “Es un reflejo de lo que sucede en el país: lo más patrimonial se va a la basura. Por eso, había que mostrarlo de una manera que esta forma arquitectónica se consagrara”, señala.

Esto, con el fin de rescatar una forma de construcción que, dicen, la arquitectura chilena debería retomar. Por ahora, al menos, pretenden contrastarla con la fachada neoclásica del Bellas Artes y que los visitantes del museo tengan la experiencia de ingresar a una de estas construcciones. “Al terminarlo, cuando esté entablado y techado, la estructura va a hablar por sí sola. Uno entra a un galpón y hay una sensación especial que queremos recrear. Está por verse, pero ojalá no haya que explicar mucho, que solo se sienta por un segundo lo que es entrar a un galpón. Nos interesa ese golpe de sentir el espacio”, adelanta Héctor Ducci. “Es la misma sensación que proponen las catedrales, una conexión con algo mayor”, complementa su colega.

fachada bellas artes con galponGalpones del sur se presenta hasta el domingo 28 de junio en el frontis del Museo Nacional de Bellas Artes.

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