Un estudio reveló que las organizaciones sociales aumentaron considerablemente durante los últimos diez años. Los resultados fueron del Proyecto Sociedad en Acción, iniciativa impulsada por el Centro de Política Públicas de la Universidad Católica y Fundación Chile + Hoy que busca mostrar el estado actual de las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en Chile.
La primera entrega de resultados es un mapa de la sociedad civil que muestra el número de organizaciones existentes hoy, que se caracterizan por ser: privadas, voluntarias, sin fines de lucro y por tomar sus propias decisiones. Es decir, entidades como fundaciones, juntas de vecinos, clubes deportivos, uniones comunales, entre otras.
El estudio arrojó que en 2006 había 106 mil 880 organizaciones vigentes y hoy ya son 234 mil 502, lo que representa un aumento de 120 por ciento en los últimos diez años.
Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, señaló que “la conclusión más importante del estudio es que esta sociedad civil -distinta del Estado y del sector privado- tiene una importante capacidad de movilización, y la gran noticia es que son muchas a nivel país. La taza de organizaciones en Chile comparada con otros países del mundo es muy alta”.
La actividad principal de estas entidades se divide mayoritariamente entre el desarrollo social y vivienda (32,8 por ciento), cultura y recreación (31,6 por ciento) y educación e investigación (13,3 por ciento).
Además los primeros resultados de Sociedad en Acción muestran que la mayor parte de las organizaciones son relativamente recientes y descentralizadas. En cuanto a la distribución regional, Ignacio Irarrázaval recalcó que, “parte del rol de la sociedad civil es reunir el interés público, y esta movilización no está centralizada. Chile es un país concentrado y, en este sentido, es muy positivo que las organizaciones tengan una distribución más pareja”.
Respecto de las temáticas de interés por parte de los organismos, el académico comentó que, “el grueso son organizaciones de base como, por ejemplo, clubes deportivos. Son dos o más personas que se unen para proteger o avanzar en algo”. De esta manera, el estudio demuestra que existe un aumento en las organizaciones comunitarias en desmedro de asociaciones gremiales, profesionales y sindicatos.
En esta línea, Karina Narbona investigadora de Fundación Sol, considera que el incremento de las organizaciones siempre es buena noticia ya que el proyecto neoliberal “supone que los problemas sociales se trasladen al individuo, haciéndose cargo cada uno de sus éxitos y fracasos, produciendo un fuerte trabajo de desarticulación del tejido social”. Sin embargo, sugiere la politización de éstas para poder velar por la solución de los problemas en común y buscar fórmulas colectivas de transformación.
Un estudio reveló que las organizaciones sociales aumentaron considerablemente durante los últimos diez años. Los resultados fueron del Proyecto Sociedad en Acción, iniciativa impulsada por el Centro de Política Públicas de la Universidad Católica y Fundación Chile + Hoy que busca mostrar el estado actual de las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en Chile.
La primera entrega de resultados es un mapa de la sociedad civil que muestra el número de organizaciones existentes hoy, que se caracterizan por ser: privadas, voluntarias, sin fines de lucro y por tomar sus propias decisiones. Es decir, entidades como fundaciones, juntas de vecinos, clubes deportivos, uniones comunales, entre otras.
El estudio arrojó que en 2006 había 106 mil 880 organizaciones vigentes y hoy ya son 234 mil 502, lo que representa un aumento de 120 por ciento en los últimos diez años.
Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, señaló que “la conclusión más importante del estudio es que esta sociedad civil -distinta del Estado y del sector privado- tiene una importante capacidad de movilización, y la gran noticia es que son muchas a nivel país. La taza de organizaciones en Chile comparada con otros países del mundo es muy alta”.
La actividad principal de estas entidades se divide mayoritariamente entre el desarrollo social y vivienda (32,8 por ciento), cultura y recreación (31,6 por ciento) y educación e investigación (13,3 por ciento).
Además los primeros resultados de Sociedad en Acción muestran que la mayor parte de las organizaciones son relativamente recientes y descentralizadas. En cuanto a la distribución regional, Ignacio Irarrázaval recalcó que, “parte del rol de la sociedad civil es reunir el interés público, y esta movilización no está centralizada. Chile es un país concentrado y, en este sentido, es muy positivo que las organizaciones tengan una distribución más pareja”.
Respecto de las temáticas de interés por parte de los organismos, el académico comentó que, “el grueso son organizaciones de base como, por ejemplo, clubes deportivos. Son dos o más personas que se unen para proteger o avanzar en algo”. De esta manera, el estudio demuestra que existe un aumento en las organizaciones comunitarias en desmedro de asociaciones gremiales, profesionales y sindicatos.
En esta línea, Karina Narbona investigadora de Fundación Sol, considera que el incremento de las organizaciones siempre es buena noticia ya que el proyecto neoliberal “supone que los problemas sociales se trasladen al individuo, haciéndose cargo cada uno de sus éxitos y fracasos, produciendo un fuerte trabajo de desarticulación del tejido social”. Sin embargo, sugiere la politización de éstas para poder velar por la solución de los problemas en común y buscar fórmulas colectivas de transformación.
Un estudio reveló que las organizaciones sociales aumentaron considerablemente durante los últimos diez años. Los resultados fueron del Proyecto Sociedad en Acción, iniciativa impulsada por el Centro de Política Públicas de la Universidad Católica y Fundación Chile + Hoy que busca mostrar el estado actual de las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) en Chile.
La primera entrega de resultados es un mapa de la sociedad civil que muestra el número de organizaciones existentes hoy, que se caracterizan por ser: privadas, voluntarias, sin fines de lucro y por tomar sus propias decisiones. Es decir, entidades como fundaciones, juntas de vecinos, clubes deportivos, uniones comunales, entre otras.
El estudio arrojó que en 2006 había 106 mil 880 organizaciones vigentes y hoy ya son 234 mil 502, lo que representa un aumento de 120 por ciento en los últimos diez años.
Ignacio Irarrázaval, director del Centro de Políticas Públicas UC, señaló que “la conclusión más importante del estudio es que esta sociedad civil -distinta del Estado y del sector privado- tiene una importante capacidad de movilización, y la gran noticia es que son muchas a nivel país. La taza de organizaciones en Chile comparada con otros países del mundo es muy alta”.
La actividad principal de estas entidades se divide mayoritariamente entre el desarrollo social y vivienda (32,8 por ciento), cultura y recreación (31,6 por ciento) y educación e investigación (13,3 por ciento).
Además los primeros resultados de Sociedad en Acción muestran que la mayor parte de las organizaciones son relativamente recientes y descentralizadas. En cuanto a la distribución regional, Ignacio Irarrázaval recalcó que, “parte del rol de la sociedad civil es reunir el interés público, y esta movilización no está centralizada. Chile es un país concentrado y, en este sentido, es muy positivo que las organizaciones tengan una distribución más pareja”.
Respecto de las temáticas de interés por parte de los organismos, el académico comentó que, “el grueso son organizaciones de base como, por ejemplo, clubes deportivos. Son dos o más personas que se unen para proteger o avanzar en algo”. De esta manera, el estudio demuestra que existe un aumento en las organizaciones comunitarias en desmedro de asociaciones gremiales, profesionales y sindicatos.
En esta línea, Karina Narbona investigadora de Fundación Sol, considera que el incremento de las organizaciones siempre es buena noticia ya que el proyecto neoliberal “supone que los problemas sociales se trasladen al individuo, haciéndose cargo cada uno de sus éxitos y fracasos, produciendo un fuerte trabajo de desarticulación del tejido social”. Sin embargo, sugiere la politización de éstas para poder velar por la solución de los problemas en común y buscar fórmulas colectivas de transformación.
