No solo se trata de uno de los integrantes de la primera línea de la nueva generación de la UDI. También de la carta que no pocos en el gremialismo aspiran a consolidar, incluso, como el futuro presidente del partido.
“Estas no son decisiones individuales. Por definición son decisiones colectivas. Yo no creo en los mesías, salvadores ni llaneros solitarios que piensan que pueden cambiar o renovar los partidos”. Así lo plantea, en conversación con el Diario Electrónico Universidad de Chile, el diputado por San Bernardo y otras comunas del sur de Santiago Jaime Bellolio.
Con 35 años, el ex presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC) en 2003, ha adquirido gran relevancia mediática, precisamente en el ámbito educativo, como integrante de la comisión respectiva de la Cámara.
Un liderazgo que para muchos debe ser aprovechado en el proceso de la nueva imagen del partido que se han propuesto implementar. No solo en cuanto a “limpiarse” de los casos Penta, SQM y Corpesca, que afecta a varios de sus más representativos militantes, como Jovino Novoa y Pablo Longueira. También para contrarrestar el cuestionado poder de los “coroneles”.
“Lo que se está tratando de generar es que exista un cambio importante y de fondo, de conducción y de dirección”, aclara Bellolio, para quien “por supuesto que eso le resulta incómodo a algunas personas, pero liderar es precisamente eso. Es querer cambiar el estatus quo”.
Con experiencia en directivas anteriores, como cuando cumplió el rol de prosecretario durante la presidencia del diputado Patricio Melero, insiste en la necesidad de modificaciones profundas al interior del gremialismo.
“Si el cambio significa una cuestión unánime, entonces se mantendrá el estatus quo. La UDI necesita cambiarlo. Es como un avión que va en bajada. Y si se mantiene tal como está, entonces se estrellará. Para elevarse, se necesita cambiar la dirección y meterle energía”.
Por ello, el que ya se hable de una estrecha carrera por la presidencia del partido con el diputado Juan Antonio Coloma, jefe de bancada e hijo del senador del mismo nombre –uno de los “coroneles” de la sede de calle Suecia–, para Bellolio no representa un inconveniente.
“Nosotros jugamos en el mismo equipo y jugamos relativamente cerca. No tenemos ningún problema y estamos trabajando en conjunto”, sentencia el parlamentario, a propósito de las críticas de quienes consideran que aquella opción representaría un absoluto continuismo de quienes hoy se encuentran en la mira de las críticas.
De la transición pactada a la renovación del partido
Hace algunos días, el presidente del partido, senador Hernán Larraín, reconoció que el 2015 ha sido el peor año en la historia de la UDI.
“Cambió el ciclo de la política, lo que tiene que ver con renovación. Y no solo se relaciona con la edad”, advierte el diputado Bellolio. “Tiene que ver con entender este nuevo ciclo de la política, que es distinta a la época de postdictadura y de la transición democrática”.
Con la misma sinceridad, no duda en reconocer que “existe un escándalo en la ciudadanía que nos exige algo totalmente distinto. Y en ese juego, puede que sea yo u otra persona. Eso aún está en veremos”. Si bien evita ser categórico cuando se trata de la posibilidad de encabezar la próxima directiva, en ningún momento lo descarta.
Una cautela que se asocia a la fallida y violentamente interrumpida presidencia del diputado Ernesto Silva, quien en medio del destape del caso Penta se vio obligado a renunciar a la conducción del partido.
“Siempre hay personas que creen que la juventud es un problema. Hay cosas que se pueden arreglar y otras no. La experiencia y la edad que uno tiene es así nada más. Por eso se requiere trabajar en equipo”, explica Bellolio.
Y agrega: “La directiva con Ernesto Silva quería hacer una transformación, pero evidentemente se vio truncada por los casos que hoy seguimos viviendo, como Penta, Soquimich, etcétera. Estoy seguro que el camino que se planteó en ese momento hay que profundizarlo”.
En ese contexto, como referente de la colectividad y actual presidente de consenso, la figura de Hernán Larraín le genera respeto y esperanza de continuar con un proceso que, asegura, quedó gravemente interrumpido.
“A Hernán le ha tocado un período difícil, como una bisagra, una transición para terminar el período de la directiva anterior”. En suma, aclara el diputado, un proceso de necesarias transformaciones. “La inmensa mayoría estábamos de acuerdo en que a él le tocaba primero apaciguar ánimos, sacar a la UDI de la urgencia en la que estaba en ese momento, pero después poder encaminar los cambios”.
Y así como destaca que Larraín ha hecho un buen trabajo, “que permite que hoy estemos discutiendo cómo le cambiamos la dirección a la UDI”, también se detiene en lo que muchos reconocen como una insistencia de los “coroneles” de aferrarse a la conducción del partido y mantener su poder e injerencia sobre las nuevas generaciones.
“Si antes fue una transición pactada, hoy debe haber una renovación muy potente, en ideas, liderazgos, en recuperar lo que fue la UDI en sus inicios, que era una manera distinta de hacer política, sintonizando con el mundo popular. Ofrecer al país una alternativa distinta a la que está ofreciendo la izquierda”.
Judicialización de la política
“Obviamente que son casos muy difíciles de llevar”, reconoce el diputado Bellolio respecto de las investigaciones del Ministerio Público por financiamiento irregular de campañas políticas y que tan fuerte han golpeado a la UDI.
“La política está en el suelo y hay que recuperarla. Eso no significa que exista impunidad y de hecho hoy no la hay, pues las causas están en tribunales. Uno espera que haya justicia y que sea imparcial”.
Por ello, no duda en destacar lo ocurrido en enero, cuando los legisladores aprobaron lo que considera un nuevo estándar en política, a propósito de las leyes de probidad. “Son medidas súper estrictas. Durante la campaña el candidato puede perder el cargo y también penas de cárcel. La ciudadanía nos exige a los partidos subirnos a un nuevo estándar”. Algo que marca un antes y un después, según el parlamentario, con el objetivo de recuperar, precisamente, la confianza de la ciudadanía.
Y si se trata de probidad y transparencia dentro de su partido, especialmente cuando se plantea la necesidad de renovar las figuras de los “coroneles”, Bellolio es categórico. “Si consenso significa estatus quo, en ningún caso. Pero obviamente tiene que haber una mayoría que permita asegurar los cambios”.
¿Existen diferencias con los parlamentarios más experimentados? “Por ejemplo, me gustaría que la próxima elección en la UDI fuera un militante, un voto”.
A esto se suma que a diferencia de la mayoría de sus militantes, Bellolio ha sido uno de los pocos que ha manifestado su desacuerdo con no rechazar públicamente la participación de sus renombradas figuras en las investigaciones del Ministerio Público. “Ningún político puede estar por encima de la ley. Eso es parte del Estado de Derecho y de la igualdad”.
Incluso comparte con el fiscal Carlos Gajardo el que no sean los fiscales los que tengan que tener miedo, a propósito de una reciente entrevista del persecutor en Radio Universidad de Chile. “Por eso espero más apoyo del Gobierno con aquellos fiscales que persiguen delitos terroristas en La Araucanía, que sí tienen miedo y tienen miedo sus familias. Nadie debe tener miedo”.
“Espero del fiscal Gajardo y de los otros fiscales que actúen apegados a la ley, como creo que lo han hecho, y que también sean imparciales. Es decir, que persigan a todos por igual, en el mismo estándar de la ley, para que haya igualdad”.
En suma, para el diputado se requiere “una validez desde las bases y desde los dirigentes, lo que obviamente no será unánime. No existe ninguna conducción de ningún grupo que sea unánime, porque estamos en una crisis. Liderar significa cambiar el estatus quo y eso es lo que hoy tiene que hacer la UDI”.
Discusión que concentrará la atención el próximo 19 de marzo, cuando se realice el consejo general del partido, instancia en la que además se analizará el proceso regional de propuestas políticas, en el que ha estado trabajando la actual directiva, además de ratificar el pacto electoral de Chile Vamos.
¿Nueva Alianza de centro derecha o solo una estrategia electoral?
Mientras al interior de Chile Vamos las críticas cruzadas se repiten con insistencia, Bellolio admite sentirse cómodo en la nueva coalición opositora. “Genera una cultura en la coalición que es distinta”, plantea con seguridad.
Sin embargo, las recientes críticas de Felipe Kast, presidente de Evópoli, a que tanto Sebastián Piñera como Pablo Longueira deben sincerar su participación en los casos SQM y Corpesca, evidencian que las relaciones no son las mejores.
Esto, a propósito de las duras críticas y cuestionamientos que surgieron como respuesta desde los socios de coalición. Desde la UDI y RN e incluso desde la fundación del propio Piñera.
No obstante, para el diputado Bellolio la reflexión apunta a que no basta con formar un equipo solo cada cuatro años. “Chile Vamos ayuda a generar una diversidad que es necesaria dentro de toda agrupación política. Nos falta harto trabajo, pero queremos ofrecer una alternativa real a lo que está haciendo la izquierda en Chile”.
Y agrega: “Lo que más valoro es tener a un grupo de independientes, quienes no están dentro de los partidos, pero se sienten parte de la cultura de centroderecha. Algo que es parte del cambio de las reglas del juego en la política”.
Pero más allá de las oportunidades que identifica, también reconoce los complejos obstáculos que surgen en el nuevo escenario. “Militar en los partidos es una cuestión difícil. Y no solo en Chile. Siento que los partidos estamos siendo como dinosaurios. Si no nos ajustamos a las nuevas necesidades de la ciudadanía, vamos a pasar a la extinción. La lógica de Chile Vamos ayuda a sintonizar con las necesidades de la nueva política”.
¿Pero estarán todos los que tienen que estar? Y es que no son pocos los que se preguntan sobre la posibilidad de que desde la coalición gobernante algunos sectores pudieran sumarse al bloque de centroderecha.
“Uno no puede forzar a nadie a que integre ciertos grupos, pero es bastante obvio que hay todo un mundo de la ex Concertación que hoy quedó completamente fuera de la Nueva Mayoría. Algunos están con Andrés Velasco y también con Amplitud”.
Su diagnóstico advierte sobre una inminente reconfiguración de fuerzas en el corto plazo. “Pero se requieren liderazgos fuertes que estén dispuestos a cruzar los ríos. Hoy el debate no puede seguir siendo si Pinochet o Allende. El debate hacia el futuro es completamente distinto. Y ahí podrían haber personas que hoy están en el mundo de la Concertación que quieran venirse a un mundo de centroderecha”.
La necesidad del candidato propio
“La UDI debe tener su propio candidato”, sentencia Jaime Bellolio cuando se trata de proyectar las próximas elecciones presidenciales de 2017. “Necesitamos presentar a alguien a las primarias, que represente este nuevo ciclo”.
“Si alguien quiere respaldar a Piñera o Lagos me parece totalmente legítimo”, agrega el parlamentario, quien aclara que “hoy no existe una conducción clara del país y se les recuerda a ellos dos como personas que ejercieron un liderazgo, pero en un contexto distinto. Hoy hay un cambio de ciclo que es muy potente, por lo que me gustaría un candidato que represente precisamente este cambio de ciclo”.
En ese sentido, advierte que “a todos nos han hecho un escáner completo de ida y vuelta. Y por supuesto que la ciudadanía espera que quienes vayan a las elecciones cumplan con un nuevo estándar. Si bien nadie es perfecto, tenemos que ofrecer credibilidad”.
Por ello insiste en lo complejo que se ha vuelto el ámbito de la política. “Para quienes quieran ser candidatos será difícil, porque estaremos muy analizados, lo que me parece muy bien. Que la ciudadanía nos exija en términos de transparencia, cumplimiento y coherencia. Esto es una buena noticia para la política”.