Se sabía que sería un día de ambiente crispado. Cataluña amaneció temprano este día domingo, con la convicción de llevar a cabo el referéndum que zanjaría definitivamente si la población de la actual región autónoma optaría por una Cataluña soberana e independiente o por la continuidad de la condición actual.
Hace algunas semanas el Tribunal Constitucional de España había calificado de ilícito e inconstitucional la consulta y Mariano Rajoy dio insistentes muestras durante los últimos días de que la votación no tendría ninguna validez. Septiembre fue un mes de dimes y diretes entre el gobierno central de España y el gobierno Catalán. Carles Puigdemont, en una entrevista publicada esta semana, recalcó el hecho de que la consulta se llevaría a cabo sí o sí.
En medio de ese clima Cataluña hoy vivió un día de enfrentamientos. Al comienzo de la jornada el delegado del gobierno español en Cataluña, Enric Millo, pidió a las autoridades independentistas de la región que pongan fin a la “farsa” del referendo de autodeterminación. Según él, “el presidente Puigdemont y su gobierno son los únicos responsables de todo lo que ha pasado hoy y de lo que pueda seguir pasando a partir de ahora si no ponen fin a esta farsa”. En la misma línea del gobierno, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, pidió a Puigdemont y su equipo “que depongan de su actitud de una vez por todas”.
Con locales de votación cercados por agentes policiales del Estado español, los sufragantes catalanes se involucraron en pugnas para poder ejercer su derecho a voto. Autoridades catalanas denunciaban, cerca del fin del cierre de las mesas, un saldo de más de 840 heridos producto de la agresiva actuación de la Guardia Civil.
Pasado el mediodía fue la vicepresidenta española la que tomó la palabra. Saraya Sáenz de Santa María ha subrayado que “no hay referéndum ni apariencia de tal” y ha defendido la respuesta “firme y proporcional” de las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como su “profesionalidad”. “La Generalitat (gobierno catalán) se ha comportado con absoluta irresponsabilidad”, sentenció Sáenz de Santamaría.
Por orden judicial se bloqueó el internet de todos los centros de votación, lo que dificulta la logística de la jornada.
Mariano Rajoy declaró cayendo la noche que el referéndum “solo ha servido para causar un grave daño a la convivencia, un bien que tenemos que empezar a recurerar cuanto antes”. “Han tenido muchas oportunidad para abandonar su empeño ilegal. No han querido. Yo lo he intentado, pero no nos han escuchado. Esperemos que lo hagan ahora y que no se empecinen en el error, que renuncien a dar nuevos pasos en un camino que como ha quedado hoy de manifiesto no conduce a ninguna parte”.
A pesar de las críticas internacionales para con la violenta jornada que vivió Cataluña, Rajoy dijo sentirse orgulloso del manejo del gobierno este domingo: “Hemos sido un ejemplo para el mundo”. “El Gobierno mantuvo en todo momento que ese referéndum no se iba a celebrar, y lo sabían hace meses los promotores de ese desafío. Lo sabían y lo reconocieron ayer. Sabían que el referéndum era ilegal, improcedente e imposible pero prefirieron seguir adelante dando un golpe al Estado de derecho. Un ataque al que el Estado ha respondido con firmeza y serenidad. Un referéndum que pretendía liquidar la Constitución española simplemente no ha existido”.
El mandatario catalán, Carles Puigdemont, también tuvo palabras para la violenta velada dominical. Según el Presidente de la Generalitat “la imagen exterior del Estado español ha continuado empeorando y hoy ha llegado a unas cotas de vergüenza que le acompañará para siempre”. “Ante las porras, las balas de goma, la violencia injustificada que ha ordenado el Gobierno español a los cuerpos policiales contra gente que defendía urnas, papeletas, colegios electorales, describe perfectamente una vergüenza”. Puigdemont ha insistido en que “el Estado Español ha perdido aún mucho más de lo que ya había perdido hasta ahora, y los ciudadanos de Cataluña hemos ganado mucho más de lo que ya se había conquistado”.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha solicitado la dimisión del Presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Bajo una intensa lluvia y tras más de una hora haciendo cola en el colegio electoral donde aguarda para votar, La Sedeta, Colau ha exigido “como alcaldesa de Barcelona, que se paren las actuaciones policiales que se están produciendo”. “No es aceptable lanzar a la policía contra una población pacífica, indefensa y diversa que ha salido a la calle para guardar cola, votar y reivindicar sus derechos y libertades”. La alcaldesa ha afirmado que Rajoy “es un cobarde y no está a la altura de una responsabilidad de Estado, un presidente que lo está, busca soluciones y no complica las cosas”.
Pasadas las 12 de la noche el gobierno catalán informó los resultados oficiales: Con poco más de 2 millones de votos de adherencia, un 90,9%, se impone el Sí a la independencia. Por la opción No votaron 176 mil personas, mientras que un 2% votó blanco. En una jornada negra la última risa fue del independentismo que hasta tarde se apostó en la Plaza de Cataluña a celebrar la holgada diferencia de los resultados.