Fueron más de medio millón de hectáreas las que consumió el imparable fuego que avanzó desde la región de Valparaíso hasta la Araucanía, devastando bosques completos durante el verano de este 2017.
La catástrofe, que dejó más de 7 mil damnificados, despertó la preocupación de las autoridades, que implementaron planes de acción que fueron blanco de críticas por su carácter improvisado y poco moderno.
Desde la Corporación Nacional Forestal (Conaf) recogen el guante y han implementado una serie de medidas que pretenden evitar episodios como los vividos este enero. Este sábado la Conaf, en alianza con la Onemi, lanzó una campaña bajo el slogan: “Prevenir un incendio es más fácil que combatirlo”. Esto, apuntando directamente hacia las estadísticas que señalan que un 99,9% de los incendios tienen origen humano.
Rolando Pardo, jefe nacional de Prevención de Incendios de Conaf, da cuenta de algunos de los avances que se han implementado: “Se ha reforzado lo que es prevención de carácter social. El 99,9% de los incendios son generados por acciones antrópicas, negligentes, accidentales o bajo el carácter de intencionalidad. En ese contexto se han reforzados tres aspectos importantes: la campaña comunicacional, el fortalecimiento de la educación ambiental formal (a través de la capacitación de profesores) y el fortalecimiento de educación informal, con charlas e interacción con la población”.
Una de las críticas esbozadas durante la emergencia decía relación con la excesiva plantación de árboles secos y fácilmente combustibles. Sobre medidas a largo plazo que puedan ayudar en esa materia, Pardo es enfático al señalar que el problema, más que la especie, es la distribución de la vegetación: “Lo que se busca dentro de las acciones mitigatorias es la modificación del tipo de la composición, de la especie de la vegetación. Por ejemplo, si tengo un árbol aledaño a otro, a un metro y se entrelazan las ramas, el fuego se va a propagar rápidamente. Independiente de eso, más relevante que la especie, es como está dispuesto en el territorio. Si tiene o no continuidad”.
Esta temporada todos los ojos estarán sobre las zonas afectadas. La prensa, los políticos y la ciudadanía estarán expectantes en caso de que el fuego vuelva a expandirse por el sector. Es por eso que tanto el gobierno como las empresas privadas dueñas de bosques han decidido incrementar el presupuesto dedicado al ítem incendio. Los privados han señalado que aumentarán entre US$10 y US$20 millones incrementales respecto de su gasto promedio para el combate de incendios. El gobierno asignó casi un 30% más de financiamiento para la Conaf.
Esto se refleja en más brigadas, más equipos aéreos y algunas innovaciones. Dentro de ellas, destaca la implementación de brigadas nocturnas, grupos especialmente equipados y capacitados para trabajar durante la noche con el objetivo de que el trabajo de extinción del fuego durante los días no se pierda durante jornadas nocturnas.
Otra de las novedades es la creación de brigadas enfocadas al trabajo con personas y brigadas dedicadas a la extinción de los incendios. Asimismo, durante el año tanto la Conaf como privados han puesto especial dedicación en la identificación de zonas riesgosas y en el despeje de vegetación de las mismas.
Julio Torres es ingeniero forestal y secretario ejecutivo del Colegio de Ingenieros Forestales. Según indica, la reacción del gobierno durante la catástrofe de enero fue más que adecuada considerando que era un fenómeno prácticamente imposible de predecir. Una situación que en otros países tarda meses en ser controlada, en Chile no tardó más de 20 días.
Torres cree que las condiciones naturales no son suficientes para generar incendios de estas proporciones y que el foco de las políticas públicas debiese estar en el desarrollo de inteligencia que detecte a los autores del fuego: “Se olvida mucho la gente, hablando del 30-30-30, del viento, la humedad, la temperatura, como si las altas temperaturas bastaran para encender incendios forestales. No basta con el 30-30-30. Falta una cosa principal: una persona que encienda un fuego. Los fuegos no son naturales. Hay que trabajar mucho en identificar quiénes están prendiendo fuego por negligencia, camping, fogatas o directamente por intencionalidad”.
En esa línea, Rolando Pardo, de la Conaf declara que “se ha reforzado el tema de inteligencia, en el sentido de mejorar la gestión de información en cuanto a la motivación del origen de los incendios forestales. Se implementaron seis unidades de análisis de diagnóstico, que son equipos multidisciplinarios con ingenieros forestales y profesionales del área social, de manera de entender la razón o causa de los incendios”. En caso de precisarlo, la información que obtengan dichas unidades se derivará al ministerio Público.
Durante la jornada de hoy, alcaldes miembros de la Asociación de Municipalidades de Chile de las zonas afectadas manifestaron su preocupación por la falta de coordinación del gobierno y los distintos municipios. William Arévalo, alcalde de Santa Cruz (VI Región) y presidente del Centro para la Gestión de Riesgos Locales de Amuch critica la poca acción del gobierno: “Está toda la buena intención en el papel, pero en la acción, en cuanto a la obra y el financiamiento, no hay mucho. Ya estamos con un riesgo y por lo que estamos viendo en terreno, sobre todo por el clima y la vegetación, el tema nos preocupa. Especialmente porque estamos en un periodo en que un gobierno está saliendo y hay otro que está entrando. ¿Quién se hace responsable?”.
Desde la Amuch consideran lento el actuar del gobierno, sin embargo de todas formas esperan que las autoridades del gobierno central tomen contacto para fortalecer los planes de prevención de cada una de las municipalidades.