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Fuerzas del Frente Amplio llaman a construir una “oposición autónoma”

El Frente Amplio como conglomerado sacó cuentas alegres luego de las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre. Si se analizan las cifras y escaños obtenidos, Revolución Democrática y Movimiento Autonomista son las que tiran el tren. Las fuerzas vinculadas ideológicamente al socialismo prácticamente no obtuvieron representación.

Martín Espinoza C

  Viernes 1 de diciembre 2017 16:52 hrs. 
FRENTEAMPLIO

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Sería injusto, y al mismo tiempo difícil, negar que lo del Frente Amplio en las elecciones pasadas fue un éxito. Ni las encuestas ni el pulso de la ciudadanía permitían prever un 20 por ciento de preferencias en la carrera presidencial y una bancada de 20 diputados y diputadas, además de un senador.

Ahora bien, desglosando la cifra y poniendo la lupa sobre los electos parlamentarios, se puede llegar a una conclusión: los sectores progresistas del conglomerado arrasaron en comparación a los sectores que se han definido como socialistas o de izquierda. Con un total de ocho diputados y un senador, Revolución Democrática se instaló como la fuerza más poderosa de la coalición. Movimiento Autonomista, de Gabriel Boric, logró tres escaños, dentro del mismo pacto de RD.

El Partido Humanista alcanzó tres asientos en la Cámara, mientras que el Liberal logró dos. Los partidos Ecologista Verde, Poder, Izquierda Libertaria e Izquierda Autónoma se anotaron con un cupo parlamentario cada uno.

De todas las organizaciones mencionadas, sólo Izquierda Autónoma podría ubicarse dentro del “polo socialista” del conglomerado emergente. Cartas como Francisco Figueroa, Doris González y Alberto Mayol, todas ellas afines a los sectores de izquierda del Frente Amplio, perdieron sus opciones de escaños al no tener votaciones o pactos suficientemente competitivos.

Así, el Frente Amplio celebra una victoria electoral que, a pesar de constituir un paso importante, no satisface del todo a las organizaciones identificadas con estas ideas.

Iván Carrasco es el representante del Partido Igualdad en la Mesa Nacional del Frente Amplio. Su partido no logró representación parlamentaria y, además, no alcanzó la votación para seguir constituido como partido legal. Al ser consultado sobre el diagnóstico, Carrasco coincide en que la los sectores “progresistas” del FA representan el despertar de la clase media más que del “pueblo trabajador”.

“El momento político en Chile no es de una emergencia del pueblo y los trabajadores, sino más bien de la clase media descontenta con el sistema neoliberal, que se expresan con partidos que representan a esas capas.  Respecto a  la posible confluencia de fuerzas de izquierda, Iván Carrasco señala: “es un tema que hemos conversado con varios movimientos hermanos. Si no hay elementos básicos de unidad política, es mejor no dar pasos en esa dirección. Construir un único partido del mundo anticapitalista en el FA es un desafío y una necesidad, pero no podemos dar pasos en falso en ese proceso. Llegado el minuto, si hay condiciones, estaremos a disposición, pero falta mucho por conversar”.

Independientemente de la identidad de cada uno de los partidos o movimientos de cada bloque, las composiciones de las organizaciones siguen siendo heterogéneas y dentro de ellas existen tendencias.

Desde Izquierda Autónoma creen que la conformación y el discurso opositor del Frente Amplio de cara al próximo gobierno será un eje medular a la hora de evaluar el peso y la orientación de cada fuerza dentro de la coalición. Así lo señala Javiera Toro, directora de la Fundación Nodo XXI: “Lo que va a ser determinante es cómo se articula la oposición el próximo año, independiente de quién sea  gobierno. Creemos que es muy importante que se articule una oposición del Frente Amplio que sea autónoma de la Nueva Mayoría y eso, desde las fuerzas de izquierda, lo vamos a empujar. Esperamos que haya parlamentarios de los sectores más progresistas que estén disponibles para constituir una oposición en ese sentido. Desde ahí se construye un Frente Amplio más a la izquierda, eso se va a ir construyendo durante los próximos años y no está cerrado hoy en día”.

Desde Nueva Democracia (ND) creen que es un poco temprano para sacar conclusiones aceleradas. Efectivamente coinciden en que no se logró transmitir un mensaje que le hiciera sentido a la ciudadanía, como sí lo hizo RD, pero creen que de todas formas supieron imprimir un sello que los identifica como los sectores de izquierda. Isabel Palominos, miembro de la mesa ejecutiva de ND, no ve el escenario como una derrota, sino como una etapa en la que la prioridad era el programa colectivo del Frente Amplio: “fortalecer los territorios del FA, ese es el gran valor que tenemos hoy desde la izquierda. Le damos sentido y fuerza a la orgánica territorial, a que se fortalezca, que le dé la identidad al FA. Eso es lo que yo creo que nos diferencia dentro del Frente Amplio. Estas elecciones nos dan muchas lecciones, yo creo que es muy luego para sacar conclusiones categóricas. Tenemos que hacer una reflexión profunda: qué pasó con nuestros parlamentarios. No supimos hacer el sentido en la ciudadanía, pero creo que un sector importante está más inquieto que antes, y esa era bandera de lucha de nosotros, los sectores de izquierda.  En esta elección las propuestas de izquierda no las supimos poner en primera línea, porque pusimos por delante el programa del Frente Amplio”.

Partido Igualdad, Nueva Democracia, Izquierda Autónoma y SOL conformarían las orgánicas que podrían llegar a evaluar la posibilidad de articular un bloque socialista dentro del Frente Amplio. Sin embargo, dentro de las organizaciones hay coincidencia en que no es tiempo aún de tomar definiciones de este tipo, sino que el terreno está fértil para comenzar a estrechar vínculos y retomar diálogos que la vorágine eleccionaria relegó a un segundo plano.

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