Van y vienen, como por una vía de dos direcciones. Como es habitual durante el fin de un Gobierno, muchos ex ministros y subsecretarios pasan prontamente a trabajar a empresas o instituciones del sector privado.
A veces el traspaso es inmediato, tranquilo, sin ruido. En otras ocasiones, el salto contiguo conlleva todo tipo de conflictos entre los intereses públicos y su satisfacción por el mercado. Surgen como una contradicción permanente y sin tener conciencia de lo que es la cesantía.
Algunos ejemplos de cargos asegurados. En el primer Gobierno de Sebastián Piñera resaltan los casos del ex ministro Laurence Golborne o del ex titular de Salud Jaime Mañalich, quien posteriormente asumió como director de la Clínica Las Condes.
En las administraciones de centro izquierda sobresalen procesos históricos como de los ex ministros Eduardo Aninat o Ximena Rincón en las isapres, Guillermo Pickering, en compañías mineras, telefonía celular y ahora en Aguas Andinas. Un caso emblemático que hoy salta a la palestra es el de Pilar Armanet, vocera de la ex Presidenta Michelle Bachelet en su primera administración y hoy representante de la Corporación de las Universidades Privadas (CUP). Fue quien presentó el téngase presente en el Tribunal Constitucional, organismo que ratificó el requerimiento y declaró inconstitucional el artículo que establece la prohibición para que las universidades pudieran tener controladores con fines de lucro.
El ex ministro de Medio Ambiente, Marcelo Mena asumirá de manera casi inmediata como gerente de Innovación y Mercados de Carbono del Banco Mundial. Una entidad internacional acusada por organizaciones ecologistas de financiar a estados y privados en proyectos energéticos que devastan territorios, que han ido en directo perjuicio de pobladores, comunidades indígenas, con la instalación de hidroeléctricas o termoeléctricas que utilizan combustibles fósiles altamente contaminantes.
Recordemos que Mena se caracterizó durante su estadía en la cartera por singulares hechos que lo proclamaban como un personero comprometido con el medioambiente. Destacaron ejemplos como sus promocionadas llegadas en bicicleta al ministerio, la instalación de paneles solares en el edificio corporativo, lo que le dio el calificativo de ministro de “Entero Ambiente” o la auto adjudicación de normas, como el diseño del denominado impuesto verde a los automóviles y que inmediatamente generó recriminaciones por parte de su antecesor en el cargo Pablo Badenier.
Para el director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca, el ex secretario de Estado no tiene merecimiento para dictar catedra en ningún organismo internacional, ni política para manejar el medioambiente.
El representante de OLCA, agregó que la gestión del secretario de Estado fue bastante pobre, especialmente en cuanto al avance en políticas públicas para disminuir las denominadas zonas de sacrifico en Chile o en el tema de la calidad del aire.
Lucio Cuenca advirtió que también existe un velado conflicto de interés, ya que el Banco Mundial y su brazo crediticio, la Corporación Financiera Internacional, ha estado detrás del proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, cuestionado por su negativa incidencia en comunidades, a través de la depredación del territorio y las aguas de la precordillera de la Región Metropolitana.
“El ex ministro Marcelo Mena tiene una ética bastante laxa, porque antes de asumir, él fue asesor del proyecto Octopus, de la compañía que quiere instalar termoeléctricas y un terminal de gas en la Región del Bío Bío. Entonces es un comodín de la institucionalidad nacional, por un lado, y luego, internacional. Ex personero que busca proyectar una imagen de amigo del medioambiente, pero, por otro lado, avala iniciativas económicas, que son verdaderas atrocidades contra las comunidades”, afirmó.
La directora de Chile Sustentable, Sara Larraín, tiene una mejor valoración de la labor del ex secretario de Estado en la cartera de Medio Ambiente. Sin embargo, la ecologista se refirió en duros términos a la labor realizada por el Banco Mundial, que se ha caracterizado por financiar mega proyectos “destructivos” en Asia, América Latina y África, incluso precisó, para instalar termoeléctricas a carbón.
“Es un banco que no tiene una opción ética por la defensa de los Derechos Humanos, al contrario, ha habido muchos problemas, habitantes de las zonas afectadas, comunidades indígenas, han denunciado al Banco Mundial por intervencionismo y destrucción de territorios de comunidades, hasta el día de hoy, el presidente del banco Mundial no se ha hecho cargo de aquello, muchas veces se le ha pedido que retire su patrocinio de ciertos proyectos donde ha habido asesinatos de dirigentes indígenas, como es el caso de Berta Cáceres en Honduras”, argumentó.
Desde el punto de vista político, para Antoine Maillet, investigador y profesor asistente en el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, el nuevo empleo de Marcelo Mena no se contempla en el contexto de la llamada “Puerta giratoria”, donde secretarios de Estado salientes pasan sin titubeo a empresas privadas, asumiendo funciones de lobbystas con los gobiernos de turno. Sin embargo, advirtió, un posible conflicto de interés se podría desencadenar posteriormente, tomando en cuenta el rol que el ex personero desempeñará en el Banco Mundial.
“El paso a una organización internacional, en mi opinión, no configura una situación de puerta giratoria, porque se mantiene en el ámbito público, eso no quita que se pueda discutir después lo que esto representa, puede haber cuestionamientos de todas formas, habrá que ver qué tipo de trabajo desarrollará en su calidad de gerente de innovación y mercados de carbono”, subrayó.
Para la actual presidenta de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados, Catalina Pérez, el rápido traslado de Marcelo Mena al Banco Mundial tampoco significa un conflicto de interés. Sin embargo, indicó, su labor debe ser evaluada durante su gestión en el Banco Mundial, tomando en cuenta sus proclamados principios medioambientales.
“Si va implicar esta designación un compromiso real con el fomento de políticas internacionales en materia de cambio climático, que fue también uno de los ejes en el Gobierno de Michelle Bachelet, me parece positivo. Ahora, yo espero que no se repliquen las deudas que dejó su gestión en las regiones del norte de nuestro país, ejemplo es el anhelado plan de descontaminación para Calama o el conflicto ambiental por las plantas de reciclaje de baterías de plomo”, aseveró.
Destacar además que según la legislación vigente, un ex personero de Gobierno debe permanecer al menos seis meses en el país antes de asumir funciones laborales en el extranjero. En este caso se desconoce si Marcelo Mena solicitó el permiso correspondiente, ya que su designación en el Banco Mundial se supo en las últimas semanas de mandato de Michelle Bachelet.
Otro caso a analizar es el de Ernesto Ottone, otrora personero de la cartera de cultura, y que recientemente fue integrado en el cargo de Subdirector General de Cultura en la UNESCO.