Las redes que se tejen al interior del Frente Amplio

Pasado ya medio año desde las elecciones parlamentarias que le brindaron al conglomerado un espacio en el Congreso y una figuración pública importante, las distintas orgánicas de la coalición intentan articularse con diferentes objetivos. Mientras Revolución Democrática intenta seguir consolidando la hegemonía que le dan sus 10 parlamentarios, otras organizaciones comienzan diálogos para una eventual convergencia que le haga el peso a lo que han denominado como "las fuerzas progresistas".

Pasado ya medio año desde las elecciones parlamentarias que le brindaron al conglomerado un espacio en el Congreso y una figuración pública importante, las distintas orgánicas de la coalición intentan articularse con diferentes objetivos. Mientras Revolución Democrática intenta seguir consolidando la hegemonía que le dan sus 10 parlamentarios, otras organizaciones comienzan diálogos para una eventual convergencia que le haga el peso a lo que han denominado como "las fuerzas progresistas".

Las elecciones presidenciales y parlamentarias de noviembre pasado constituyeron un éxito inesperado para el Frente Amplio (FA). Al 20 por ciento de los votos que sacó Beatriz Sánchez en su carrera a La Moneda –y que estuvo a punto de aguarle la fiesta a la candidatura de Alejandro Guillier por la Nueva Mayoría-, se sumó un contingente de 19 diputados y un senador para el Congreso.

Convergencia

De todas las orgánicas frenteamplistas fueron nueve las que obtuvieron representación parlamentaria: Revolución Democrática (RD), con nueve diputados y un senador, Partido Humanista (PH) y Movimiento Autonomista (MA) con tres diputados cada uno, Partido Liberal (PL) con dos, y el Partido Ecologista Verde (PEV), Partido Poder, Izquierda Libertaria (IL) e Izquierda Autónoma (IA) con un diputado por movimiento.

Así el mapa, las fuerzas al interior del Frente Amplio comenzaron a configurarse con un objetivo claro: disputar la hegemonía que Revolución Democrática consolidó con una fuerte representación parlamentaria y evitar que toda la discusión política del conglomerado se “parlamentarice”.

Es en ese contexto en el que ha comenzado a sonar fuerte la idea de una convergencia entre distintas fuerzas que se identifican mayoritariamente con una posición a la izquierda de RD. Públicos son los esfuerzos de organizaciones como IA, IL, MA, Socialismo y Libertad (SOL) y Nueva Democracia (ND) por conformar una plataforma que unifique los esfuerzos del “polo socialista” que se forja –incipientemente- al interior de la coalición.

El fin de semana recién pasado Movimiento Autonomista –la organización más grande de las posibles fuerzas convergentes- llevó a cabo un referéndum para plebiscitar la decisión de unir esfuerzos. El resultado fue aplastante en favor de la voluntad de converger, con más de un 80 por ciento de los sufragios. Aun así, desde el frenteamplismo se sostiene que serían las direcciones de MA las que estarían poniendo una piedra de tope: la convivencia con IA.

En 2016 una facción de la Izquierda Autónoma evidenció serias diferencias políticas con la tendencia identificada con la fundación Nodo XXI, lo que resultó en la escisión de lo que hoy es el Movimiento Autonomista, liderado por el diputado Gabriel Boric y el alcalde Jorge Sharp entre otros. A pesar de la resistencia de algunas personalidades del autonomismo, la posibilidad de “veto” con miras a una convergencia está cada vez menos validada, posición que ha empujado fuertemente SOL, organización que no ha mostrado mayores inconvenientes a la hora de compartir el espacio con IL, el movimiento del cual se desprendieron hace poco más de un año.

Es así como la IA se acerca a la posibilidad de pertenecer a este grupo y se aleja de la otra alternativa que manejaba: una convergencia con Poder y el Movimiento por la Dignidad (MPD), un grupo liderado por Atilio Herrera que se descolgó del Partido Igualdad. Según Valentina Saavedra, secretaria general de IA, “creemos que es necesario articular una fuerza de izquierda que permita convivir con las distintas fuerzas progresistas al interior del Frente Amplio. Una fuerza amplia, sin vetos y con sectores que incluso están fuera del FA. Idealmente avanzar hacia la constitución de un partido, pero tampoco vamos a acelerar el proceso”.

Desde Nueva Democracia también hay voluntad de converger. Así lo asegura Marjorie Cuello, miembro de la mesa directiva de ND: “Como ND hoy estamos por reposicionarnos en el escenario y poder ser un aporte real a la convergencia, que debería terminar en una organización única que debiera ser un partido legal. Creemos que hoy la realidad de la izquierda chilena implicaría un partido de tendencias como piso mínimo. Estamos en esa discusión, pero definimos como fuerzas prioritarias a Movimiento Autonomista e Izquierda Libertaria”.

Ahora Movimiento Autonomista, la organización llamada a liderar un eventual proceso de convergencia –por las dimensiones de su orgánica-, convocó a su militancia a un precongreso que ayude a definir los lineamientos de la iniciativa y las posibles fuerzas a considerar dentro de la misma. Constanza Schonhaut, secretaria general de MA, sostiene que “solos no bastamos. Todos aquellos que tengamos preguntas y que apunten a respuestas similares debiésemos hacer un ejercicio conjunto y eso esperamos que pase en un proceso de convergencia. Hemos tenido conversaciones con ND, IL y SOL, sin embargo, la militancia en su conjunto definirá con quién es posible converger y en qué términos hacerlo. No queremos sumar siglas o un número más grande, sino que queremos ver nuestras experiencias y nuestra participación social y política puestas sobre la mesa para superarnos como organizaciones particulares”. Sobre la inclusión de IA, Schonhaut sostiene que “hemos tenido una política contra los vetos. Esa discusión está abierta y se dará en los territorios”.

Valparaíso

En paralelo, las nueve organizaciones con representación parlamentaria intentan desenvolverse sin generar mayores grietas en el conglomerado. A pesar de eso, fuentes del Frente Amplio señalan que “la bancada en sí misma no tiene mucha capacidad de articulación propia. La parlamentarización no implica necesariamente una conducción de ese proceso. Si uno se fija en las votaciones, es súper común que no voten igual”.

Una de las mayores diferencias se la llevan los asuntos de política internacional. Sabida es la férrea oposición que ha ejercido desde Chile el Partido Liberal en contra del gobierno de Nicolás Maduro y su intenso lobby para declarar inconstitucional las elecciones de este domingo 20 de mayo en Venezuela.

A pesar de eso, todavía no ha ocurrido una votación que marque un antes y un después en las relaciones de los movimientos y partidos del FA.

“Lo que ha mantenido cierta estabilidad política, lo que mantiene determinada cohesión, es principalmente la relación con lo que digan o no digan los movimientos sociales. Una de las cosas que más consenso genera, incluso más que Beatriz Sánchez –que cada día que pasa se disipa más-, son temas como No+AFP, o la causa de los honorarios, por dar un par de ejemplos. Donde hay más diferencias es en temas en donde no hay una posición unitaria del movimiento social, como por ejemplo el caso del Sename”, señala una fuente del conglomerado.

Respecto a la posición que ha adaptado el FA en cuanto a las negociaciones con la ex Nueva Mayoría, no se ha dirimido una negociación formal. Hay ciertos partidos que han entablado un diálogo, pero la mayoría de los partidos han sido cautelosos en esa área.

Lo que es una realidad es que la inminente parlamentarización del FA ha excluido de la escena pública a las fuerzas que no tienen escaños en Valparaíso. Las organizaciones que viven esa situación, como SOL y el Partido Igualdad, han intentado fortalecer su trabajo territorial en espacios sociales. Otras, como el Movimiento Democrático Progresista –organización que nace de una fuga masiva de militantes del PRO de Marco Enríquez-, han optado por restarse de las instancias de dirección del FA.





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