Cuando la tensión parecía haberse disipado tras la decisión de suspender el partido contra Israel, y la Selección argentina encontraba un poco de calma a poco más de una semana del debut en el Mundial, una tan inesperada como insólita noticia sacudió nuevamente el clima en la concentración: Comtec, la empresa encargada de la organización del fallido amistoso, pedirá formalmente en la FIFA que la Albiceleste sea excluida de Rusia 2018 por “discriminación religiosa”.
Luego de la determinación de no viajar a la zona en disputa de Jerusalén por supuestas razones de seguridad (otras versiones indican que los jugadores se opusieron al amistoso), desde la casa madre del fútbol argentino ofrecieron la devolución del dinero cobrado y la reprogramación del encuentro, pero no hubo acuerdo.
A partir de las fallidas gestiones, algunos directivos de la firma israelí viajaron a Zurich junto a un prestigioso grupo de abogados (los mismos que llevaron la defensa de OJ Simpson en el juicio por homicidio del que la estrella de la NFL salió absuelto) para presentar el reclamo.
Más allá de lo mediático de la situación, la realidad marca que es prácticamente imposible que el pedido de Comtec prospere.