A la luz de la luna, la señora ‘Trini’ cuenta por qué esta localidad, a 10 kilómetros de Cauquenes hacia la alta montaña, es tan especial y por ende, fuera declarada como un patrimonio cultural de la zona y del país. “Vivimos en un sector muy privilegiado, que es Pilén, todas las que viven acá en Pilén son artesanas, con tradición” – dijo.
Su abuela empezó con ollas y cántaros, y Trini desde muy pequeña la observaba, y con el tiempo, a pesar de estudiar para profesora de educación básica, con la muerte de la matriarca comenzó a tomar las riendas de la locería ancestral. “Jubilé a los 60 años con 60 mil pesos. En los colegios me echaban porque yo les decía que esa era una tradición de Pilén y que por qué no seguíamos con los niños, y no querían” – relató la maestra locera.
Como presidenta de un grupo de mujeres artesanas que trabaja el oficio de la cerámica por generaciones, Trinidad Lara ha puesto en un sitial de honor la artesanía de la greda hecha enteramente a mano. La variedad de objetos es amplia y va de utensilios y figuraciones humanas para adornos hasta la creación de tinajas guardadoras de agua y cereales, es decir, “de lo que pida la gente”, agregó.
La greda se encuentra en un fundo cercano a los cerros de Pilén Alto y desde hace más de 200 años que se extrae en dicho lugar para el deleite de las artesanas. Las obras son bruñidas de color rojizo que contiene metales (oropel) y le otorgan un brillo muy particular a través del engobe colorante. Esta particularidad ha creado una marca única en su especie, el sello ‘Pilén’.
Sobre la manera de comercializar estas creaciones, a las ferias libres de Cauquenes van las artesanas 2 veces a la semana, aunque la señora ‘Trini’ reconoce que cada vez se vende menos entre los lugareños. Otra forma de despachar sus trabajos se realiza a través de las tiendas de ‘Artesanías Chile’, pero, regularmente venden desde los propios hogares de la socias de esta cooperativa de artesanas maulinas, explicó la presidenta de la agrupación.
En la actualidad, varias de las socias realizan un trabajo en las escuelas con el fin de enseñar a las nuevas generaciones este oficio patrimonial de la greda. “Ahora mismo me llevan por Indap a Curicó, a una feria de caldos y caldillos” – expresó la locera del Maule.
Uno de los mitos urbanos más recurrentes del uso de ollas y objetos gastronómicos se relaciona con la forma de curar la greda, en este sentido, la cultora de la arcilla señaló que solo se debe vaciar agua hirviendo durante varias horas, y por tanto, echarle leche o manteca que no cumple la función de cocido, “y después la prueba con una cazuelita de ave de campo”, recomendó la ‘Trini’, ya que es una greda muy especial que no requiere mayores sellados a los poros de la greda, contó a los auditores ciudadanos.
Otra curiosidad de estas artesanas es la manera de tratar y moldear la greda, ya que no usan torno como en otras localidades alfareras, tales como Quinchamalí y Pomaire, para dar las terminaciones a los objetos de culto patrimonial que realizan las ‘loceras de Pilén’ de la Región del Maule.