Alexandria Ocasio Cortez es la nueva sensación del partido Demócrata. Esta jóven de 28 años de edad derrotó en las primarias de junio para el Congreso del Distrito 14 de Nueva York al candidato del establishment Joseph Crowley, que desde 1999 había ganado 10 períodos consecutivos. ¿Qué es lo que atrajo a los votantes a Ocasio? Aparentemente sus ideales progresistas y que ella misma ha identificado como principios demócratas socialistas.
“Hay una lucha interna dentro de las fuerzas del partido Demócrata y la victoria de Alexandria Ocasio como la de otros representantes han ganado cierta fuerza, cierto cambio a esa tendencia”, explicó el abogado y analista internacional, con residencia en Washington, Mariano de Alba.
Pero para este analista esto no es nuevo pues se viene gestando desde las elecciones de 2016 con la candidatura de Bernie Sanders.
Esta etiqueta de Demócrata Socialista con la que ella se ha denominado ha traído controversia en un país como Estados Unidos, donde la palabra “socialismo” es vista históricamente como un insulto. En otros tiempos -no muy lejanos- ningún candidato postulando a un puesto público se habría identificado como socialista. Pero Ocasio no es la única, con ella un grupo de aspirantes a cargos públicos en las próximas elecciones de de mitad de período (midterms) que se efectuarán en noviembre, están aceptando la etiqueta públicamente.
De Alba explica que lo que proponen políticos como Sanders y Ocasio no es un socialismo en el sentido clásico, de intervención estatal en todos los sectores de la economía y políticas de control de mercado. El experto destacó que “es más lanzado al socialismo de Michelle Bachelet. Donde hay un gran énfasis en políticas públicas, desde educación, salud y gasto público muy fuerte, quizás excesivo, en beneficio a los problemas de la población”.
La mala palabra
Hablar de ideales de izquierda ha tenido una connotación negativa en la cultura estadounidense y hasta es interpretada como antipatriota por los ciudadanos. Sin embargo, el profesor e internacionalista de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda aclara que la izquierda siempre ha existido dentro de la sociedad norteamericana, pero han sido tendencias aisladas.
Dentro del mismo partido Demócrata ha existido un ala más de izquierda llamada los Demócratas Socialistas de América, pero que ha sido marginada, no obstante, según encuestas y expertos eso parece estar cambiando. El diario The New York Times afirma que desde 2016 la membresía de los Demócratas Socialistas pasó de 5000 a 35000 a nivel nacional.
De acuerdo con una encuesta Gallup de agosto de 2018 las personas que se identifican como demócratas ven mejor al socialismo que al capitalismo. Su percepción a los ideales de izquierda no han mejorado con el tiempo sino que su descontento con el capitalismo ha aumentado. Actualmente 57 por ciento de los estadounidenses ven con buenos ojos el socialismo mientras 47 por ciento no tienen una buena percepción del capitalismo. Especialmente en personas entre los 18 y 29 años.
De Alba señaló que “en Estados Unidos hay varios sectores de la población, que independientemente, de su ideología, están descontentos, sienten que no tienen oportunidades, creen que la dirección del país no es correcta y eso explica la victoria de Donald Trump, al mismo tiempo explica que están surgiendo estas nuevas tendencias en el partido Demócrata”.
Para la encuestadora Gallup es posible que la caída de las opiniones positivas de los demócratas sobre el capitalismo esté relacionada con la presidencia de Donald Trump. Exponen que el Presidente es un capitalista entusiasta y los esfuerzos de su administración para hacer retroceder las regulaciones sobre negocios e industria, así como la ley de reducción de impuestos que es ventajosa para las empresas y corporaciones, puede haber causado que los demócratas vean al capitalismo con ojos menos positivos.
“No quiero decir que es causa de Trump, este fenómeno ya estaba presente antes que llegara a la presidencia, lo que sí tiene relación con Trump es que obviamente su llegada al poder hace que las personas que piensan distinto a él en respuesta a lo que están viendo quieren algo radicalmente distinto, hacer algo totalmente contrario a lo que está haciendo, cosa que no necesariamente debería ser la respuesta política en Estados Unidos”, indicó el abogado.
Giro a la izquierda
La gran interrogante para el partido Demócrata cerca de las elecciones de medio periodo, para el cual es vital retomar el Senado y Congreso, es si de hecho logran recuperarlo gracias, en parte, a estos candidatos, es si significaría que el partido para las presidenciales de 2020 pueda que tome un giro más a la izquierda y abandone el centro.
Para De Alba este movimiento podría tener un avance sustancial, por lo visto en los últimos meses, pero eso no va a ser tan definitivo que lleve a que el candidato presidencial demócrata de las elecciones de 2020 vaya a ser uno de carácter socialista.
El analista internacional agregó que “si efectivamente en estas elecciones de mitad de período, esas fuerzas avanzan en gran medida, vamos a ver en esteroides lo que se vio en la campaña de 2016”. Cuando se refiere a esto el abogado explica que podríamos ver un partido Demócrata abandonando el centro y girando más hacia la izquierda en algunas de sus propuestas.
Aranda opina que si va a haber una representación importante de candidatos progresistas y socialistas, van a dejar su irrelevancia, pero las próximas elecciones va a depender más de las fuerzas de centro de ambos partidos. “Es el centro sistémico el que pueden cambiar la composición del Congreso en estas elecciones de medio tiempo alterando así la configuración del mapa político norteamericano”.