Senadores estadounidenses anunciaron este lunes que llegaron a un acuerdo de principio para evitar un nuevo cierre del gobierno de Estados Unidos al final de esta semana.
El acuerdo incluye 1.375 millones de dólares para construir un muro en la frontera con México, lejos de los 5.700 millones reclamados por Trump. El pacto contempla la implementación de 90 kilómetros de barreras fronterizas, en vez de 320 kilómetros de muro exigidos por la Casa Blanca, en el área del valle del Río Grande, en el sur de Texas.
Fue a este estado fronterizo donde Trump llevó el lunes su campaña para construir un muro en la ciudad fronteriza de El Paso.
El mandatario considera que la inmigración ilegal impone un riesgo a la seguridad nacional, y que solo puede detenerse con la construcción de un muro en la frontera sur, pues afirma que traficantes, violadores y criminales ingresan desde México, un mensaje que sus detractores califican de xenófobo y basado en información manipulada.
El excongresista local, figura emergente de la oposición demócrata y potencial rival de Trump en los próximos comicios presidenciales, Beto O’Rourke, contraprogramó al presidente al otro lado de la calle.
“Los muros no salvan vidas, las terminan”, afirmó por su parte el demócrata.
Según O´Rourke, el índice de criminalidad en El Paso estaba más de la mitad por debajo de la media nacional antes de la expansión del muro, lo que demuestra su inutilidad.
Trump, ajeno a estos datos, cambió su mantra. De “Construyamos el muro” se pasó a “Terminemos el muro”.