Malos olores que ya no se pueden aguantar, contaminación al medio ambiente e insectos que nunca antes habían visto en el sector y que los afectan de una manera incontrolable son parte de las denuncias que hacen vecinos del sector El Arbolillo, en la comuna de San Javier, desde hace ya varios meses.
La situación que los aqueja responde al funcionamiento de un plantel de cerdos de la empresa Coexca, que opera en la crianza y engorda de más de 140 mil cerdos, para abastecer a su planta faenadora en la comuna de Maule.
Las diversas movilizaciones y acciones legales que ha llevado a cabo la comunidad han comenzado a dar resultados favorables para ellos, pues el 4 de febrero el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) acogió parcialmente el reclamo de los vecinos y suspendió de forma temporal la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del proyecto de modificación de la faenadora de Coexca.
Sin embargo, esta ha sido la única decisión a favor de los vecinos luego de años de reclamos y se mantienen expectantes, ya que no confían en que la empresa respete este dictamen, pues en ocasiones anteriores ha operado sin RCA.
Jaqueline Abarza, abogada de los vecinos de la comunidad del Arbolillo, señaló que les importa que la institucionalidad vele por el cumplimiento de esta resolución: “Queremos que se ejecute el acto administrativo. Es una resolución plenamente válida y si no se ejecuta, que significa que tiene que paralizar el plantel porcino, significaría que ese acto administrativo sería una mera declaración sin ninguna eficacia y seguirían operando. La administración tiene que actuar”, dijo.
La dirigenta agregó que “el problema es que ellos empezaron a operar incluso antes de tener esta RCA que se anuló, a pesar de no tener los permisos sectoriales del 2008. Ahí ya estaban en infracción. Se hicieron las denuncias y ahora siguen operando a pesar de que les anularon la RCA, entonces nuevamente hay una infracción, están eludiendo”.
La abogada de la Defensoría Ambiental y también representante de la comunidad, Alejandra Donoso, también hizo referencia a esta situación de irregularidad en la empresa. “Coexca puso en ejecución su biodigestor, lo construyó sin tener RCA y por eso hay en trámite una denuncia ante la Superintendencia de Medio Ambiente. Incluso en la prensa, en reuniones con el SEA, se reconoció que el biodigestor estaba en funcionamiento antes de existir RCA. Eso es una ilegalidad, es una infracción que se llama elusión”, explicó.
Además, Alejandra Donoso comentó que “más allá de si está o no está en ejecución, lo cierto es que entró en ejecución antes de tener RCA y la resolución favorable que tenían ya no es tal, porque el SEA ordenó retrotraer el procedimiento para considerar adecuadamente las observaciones ciudadanas y evaluar los impactos”.
Más de 30 kilómetros de mal olor
En la actualidad la empresa no está funcionando al cien por ciento de su capacidad, por lo que el perjuicio sobre la comunidad podría ser aún mayor.
En un video que los vecinos aún conservan se observa cómo Carlos Montoya, gerente de Asuntos Corporativos de Coexca S.A., comentó en un consejo municipal que la planta porcina no afectaría a los vecinos. “Hay una casa que está a 800 metros, que es la más cercana, y no va tener problemas de olor, fíjese usted, esa casa no va tener problemas de olores”, dice.
Sin embargo, su afirmación dista mucho de la realidad que ahora viven los vecinos, pues la casa a 800 metros que se mencionó sí se ha visto afectada por los malos olores. Aún más, hay vecinos que viven a 30 kilómetros del plantel porcino que sienten el mal olor y los malestares físicos que ello conlleva.
Para Valeska Morales, vecina del sector de Caliboro, si la institucionalidad se hiciera cargo de fiscalizar, Coexca ya estaría cerrada. “Necesitamos que realmente se vayan porque están contaminando, están faltando a las resoluciones, las brechas que ellos tienen son enormes y no van a poder superarlas. Si hay un departamento que realmente los controle, va a encontrar que son tan amplias sus brechas, que tendrían que clausurarlos”.
“Que se aplique lo mismo que en Ñuble”
En lo que refiere al apoyo de autoridades para oponerse a la empresa, los vecinos aseguraron que ha sido poco. Si bien se han reunido con senadores que han garantizado apoyarlos, quisieran que el alcalde de San Javier, Jorge Silva, colabore más. Según indicaron, las gestiones serían más eficaces si desde la alcaldía hubiese mayor presión para fiscalizar y retirar la empresa.
Álvaro Letelier, miembro de la comunidad del Arbolillo y parte de la Junta de Vecinos de La Puntilla, dijo que el alcalde Jorge Silva se comprometió a apoyarlos, pero no ha tomado ninguna medida a favor de los vecinos. “El apoyo ha sido nulo y él tiene herramientas legales. Es cosa de mirar lo que hizo el alcalde de Coihueco, que fue protagonista en la paralización de la planta de cerdos. El alcalde de Pelarco ha sido protagonista en los problemas de olores que ha tenido una avícola. En otros eventos los alcaldes son protagonistas, pero el alcalde de San Javier ha estado ausente”, comentó.
En declaraciones públicas anteriores e incluso en conversación con nuestro medio, el alcalde Jorge Silva se ha manifestado a favor de velar por la protección del medio ambiente y la inexistencia de malos olores, pero la comunidad no ha sentido que esto se haya plasmado en acciones concretas. Diario y Radio Universidad de Chile intentó contactarse con la autoridad para obtener su versión, pero hasta el cierre de esta nota la autoridad comunal no respondió.
Lo que ahora interesa a la comunidad es avanzar hacia el cierre de esta planta de cerdos, tal como ocurrió en 2018 en Coihueco, región de Ñuble, donde la Seremi de Salud clausuró una planta de cerdos por emisión de malos olores y afectación a la calidad de vida de los vecinos. “Lo queremos como comunidad y esperamos que se aplique lo mismo que en Ñuble, que esta empresa paralice sus funciones”, comentó Álvaro Letelier.
La planta porcina tiene 24 pabellones en los que se puede trabajar con miles de cerdos. Sin embargo, no tiene un sistema de tratamiento de purines adecuados y ya no tiene RCA ni permisos sectoriales aprobados, por lo que mantener sus operaciones está fuera de la norma y podría significar eventualmente un peligro sanitario a la comunidad.