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Un Reino Unido en crisis espera un nuevo Primer Ministro

Conocida al interior de su partido como Theresa "submarino" May por su escasa connotación pública durante el ejercicio de sus cargos previos, quien hasta este 7 de junio detenta el cargo de Primera Ministra británica apresta su despedida del gobierno en medio de una profunda crisis y sin soluciones plausibles en el mediano plazo. Los británicos, hastiados del vaivén del Brexit, reclaman mayor atención a los problemas internos como salud y vivienda, mientras el partido Conservador se repliega en la búsqueda de un nuevo líder.

Michael Knezevic y Claudia Carvajal

  Jueves 6 de junio 2019 17:59 hrs. 
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El viernes 24 mayo de 2019, Theresa May anunció que dimitiría como  Primera Ministra del Reino Unido. En un emocionado discurso, que acabó en lágrimas, advirtió a su aún desconocido sucesor sobre el reto que se avecina y expresó sus agradecimientos por haber servido a al país, describiéndolo como el mayor honor de su vida. Sin embargo, dejó su cargo en medio de un Brexit fracasado y una crisis nacional de discriminación, escasez de viviendas y protestas por el cambio climático. En su alocución apeló al patriotismo y solidaridad del pueblo británico en un momento tan difícil como el actual.

‘Porque este país es una unión. No solo una familia de cuatro naciones, sino una unión de gente: todos nosotros. No importa el origen, el color de nuestra piel, o a quien amamos. Vamos juntos y juntos tenemos un gran futuro. Tal vez nuestra política está bajo presión, pero hay mucho más en nuestro país que es positivo. Tanto de lo que debemos estar  orgullosos. Tanto que merece nuestro optimismo. Queda poco antes que deje este trabajo que ha sido la honra de mi vida tener. La segunda mujer primer ministro pero, por cierto, no la última. Me voy con una gratitud enorme y duradera por haber tenido la oportunidad de servir al país que amo”.

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Theresa May anuncia su dimisión, entre lágrimas, en las afueras del 10 de Downing Street.

Siendo una forastera en Westminster, May llegó al cargo más importante del gobierno inglés luego de la intempestiva renuncia de David Cameron. El mismo ex primer ministro la había apodado como “submarino May’ por su falta de connotación pública en los cargos que había ejercido hasta entonces. Sin embargo le correspondió encargarse de la salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea sin tener experiencia en las grandes ligas políticas, en medio del auge del Euro-escepticismo y siendo que ella  misma estaba en contra de dejar la comunidad de naciones.

Su rol como primera ministra finalmente se definió por el manejo de las negociaciones del Brexit y, aunque es indudable que esta tarea era casi imposible para cualquier político, May fracasó una y otra vez, incluso anotándose la peor derrota histórica en el Parlamento, cuando  432 legisladores, incluidos 118 de su propio sector, rechazaron el acuerdo del Brexit en enero pasado.

Cameron y May: dos caras de la moneda del Brexit

Por eso, parece que May cargará históricamente con la culpa de la crisis británica causada por un largamente aplazado Brexit, sin embargo, casi hemos olvidado que este fenómeno fue una jugada política de David Cameron, tendiente a pacificar una disputa interna entre los llamados “tories”. Cameron nunca imaginó que al organizar un referéndum nacional, los británicos optarían por dejar la comunidad europea. Así es que una vez conocido el resultado, entregó su renuncia y como, señalan los mismos ingleses, “se  alejó del caos silbando” con la excusa que no quería llevar al país  en una dirección con la que no estaba de acuerdo.

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David Cameron informa que presentará su renuncia al cargo de Primer Ministro luego de saber los resultados del referéndum del Brexit.

 

“El viernes asistiré a la Cámara de los comunes para responder las preguntas que se me formulen, luego, iré al palacio para ofrecer mi dimisión. Así tendremos un nuevo Primer Ministro viviendo en esta casa detrás de mí el miércoles por la noche. Muchas gracias”.

Mientras el legado de  Cameron en el Brexit se ve atenuado por las políticas decididas antes del referéndum, como la legalización del matrimonio homosexual, reformas a salud pública o la controvertida guerra en Siria, para May el Brexit absorbió cualquier otro asunto importante. Así, el partido Conservador debe concentrarse en detener la huida de sus simpatizantes hacia nuevos partidos, como ‘Change UK’ o el ‘Partido Brexit’.  La jefa del Departamento de Política de la Universidad de Surrey, Amelia Hadfield, explica lo que pasa actualmente con el partido gobernante:

A plazo inmediato, existe una discordia interna en el partido Conservador que lo puede llevar a desintegrarse internamente. Además no tenemos una política externa clara. Y como si fuera poco, no hay ningún tipo de estrategia en el plano doméstico.  Parece casi como si el gobierno hubiera abdicado: no hay políticas de asistencia médica, ni de viviendas. Incluso lo que ha pasado con Huawei marca un buen ejemplo, están tan absortos con el Brexit que están fracasando en priorizar la seguridad nacional”.

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Prof. Amelia Hadfield, Universidad de Surrey.

El desastre de los Conservadores se nota más que nada en los resultados de las elecciones del Parlamento Europeo. Nunca antes los conservadores habían tenido tan malos resultados en unas elecciones a nivel nacional. Los tories tienen unos tres siglos de trayectoria y son el partido que más ha gobernado en Reino Unido y también en cualquier otra democracia multipartidaria del mundo.

Además sufrieron esta derrota a manos del nuevo Partido Brexit que, con sus seis semanas de edad, ganó un impresionante tercer lugar en la preferencia de voto. El conglomerado encabezado por Nigel Farage tuvo un éxito repentino parecido a lo que sucedió en el 2014 con el UKIP, liderado por el mismo Farage, partido al que renunció luego del referéndum de salida de la Unión europea por considerar que su trabajo ya estaba hecho.  El ex corredor de bolsa explicó al programa matinal  Good Morning Britain sus razones para volver a la escena política:

‘Yo era un hombre de negocios, no soy político de carrera y recuerden que dimití después de ganar el referéndum, ya que pensaba que mi papel ya había cumplido su rol. Pero soy un apasionado sobre una cosa en el plano político y esa es que creo que este es un gran país y que deberíamos ser autodeterminantes, independientes y  democráticos. Deberíamos volcarnos al  mundo, porque es mucho más que solo Europa, hemos dado la espalda a la Mancomunidad, a los Estados Unidos, y a muchas otras naciones. Nos permitimos ser gobernados por personajes arrogantes como el señor Juncker o el señor Barnier. Creo que seremos libres e independientes y he vuelto a la contienda pública ya que, francamente, estimo que los partidos Laborista y Conservador han traicionado a la gente de este país. Y no voy a parar hasta que logremos la meta de salir de la UE’

Nuevas fuerzas amenazan el clásico bipartidismo británico

Esta oleada de apoyo repentina podría marcar el fin del sistema bipartidista del Reino Unido que ha dominado el entorno político desde siglos. Eso, porque Farage ya anunció su intención de competir con su nuevo partido en el Parlamento, en medio del desencanto tanto respecto de laboristas y conservadores, a la par del hastiamiento popular por los atrasos al proceso del Brexit.

Sin embargo, la jefa del Departamento de Política en la Universidad de Surrey, Amelia Hadfield, considera que el tiempo que transcurre entre una elección y otra puede ser suficiente como para calmar la histeria colectiva y retomar el status quo habitual.

‘Es muy impresionante que él ganara un 33.3 por ciento de la votación con un partido de seis semanas de antigüedad. No obstante, consideremos que el 2014 el UKIP ganó un 27.5 por ciento del promedio nacional, solo 5 por ciento menos de lo que logró el Partido Brexit, pero luego, en las elecciones nacionales solo consiguieron un escaño y eso es porque ambos procesos de votación estuvieron lo suficientemente. Lo mismo puede suceder ahora, pues las elecciones generales sucederán en un tiempo más, a fines de 2021, y quizás el drama del Brexit haya desaparecido y volveremos al panorama tradicional de Laboristas contra Conservadores. Ya que, ahora mismo, ellos no son los jugadores principales, de hecho, son más bien  partidos marginales.’

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Foto @Getty Images

Tal vez la mejor opción para que los Conservadores sobrevivan estas nuevas elecciones generales sea justamente crear un lapsus en  su actividad política pública, pese a las presiones crecientes y a que el tiempo corre en contra.

Además, un cambio en liderazgo no significa automática comenzar de nuevo las negociaciones. El Viceprimer Ministro de la República de Irlanda, Simon Coveney, sugiere que la opción más probable sería negociar una extensión más larga con Bruselas para dar tiempo al nuevo líder de gobierno para llegar a un acuerdo. Los retrasos en la salida ya han causado la participación obligatoria del Reino Unido en las elecciones del Parlamento Europeo y que la Gran Bretaña viva en limbo prolongado, que no le agrada a nadie.

Debe considerarse también el cambio de diputados en el Parlamento Europeo que conlleva que el asunto será retomado en la UE recién en noviembre, fecha para la que probablemente ya se haya  pedido una nueva extensión o  un voto de censura tendiente a lograr un segundo referéndum.

Como ya es habitual en materia de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, no se puede  afirmar con ninguna certidumbre, lo que va a pasar. El nuevo líder Conservador tendrá que abordar el reto, que no ha bajado en intensidad desde el fracaso de May, mientras también deberá dedicarse a retomar las  políticas y preocupaciones domésticas.

El tiempo dirá si el sucesor de la vapuleada Theresa May podrá superar al monstruo del Brexit, que ya ha despachado dos primeros ministros y ha puesto en riesgo la gobernabilidad e identidad de los británicos.

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