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FARC: La clase política rechaza un regreso a las armas

Es un duro golpe para la paz. La decisión del ex número 2 de las FARC, Iván Márquez, de reanudar la lucha armada suscitó fuertes reacciones de parte de la clase política en Colombia.

RFI

  Viernes 30 de agosto 2019 8:28 hrs. 
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Iván Márquez, Jesús Santrich y El Paisa son ahora no sólo prófugos de la Interpol sino también de la Justicia Especial para la Paz de Colombia. Este tribunal creado como mecanismo de justicia especial transicional después de los acuerdos de paz pactados en La Habana dio ya la instrucción a la policía nacional de reactivar las órdenes de capturar a los guerrilleros reincidentes.

El primero en reaccionar al video publicado durante la noche fue Álvaro Uribe. El ex presidente colombiano, que siempre fue un enemigo de los acuerdos de paz, escribió en la madrugada en Twitter: “Aquí no hubo paz sino el indulto para algunos responsables de delitos atroces a un alto costo institucional”.


Por su parte, el también ex presidente Juan Manuel Santos, quien inició y firmó los acuerdos de paz, pidió que sobre estos guerrilleros caiga todo el peso de la justicia: “Le pedimos a la Jurisdicción Especial para la Paz que rápidamente expulse a estos desertores, y a la fuerza pública y a la Fiscalía que sobre ellos hagan recaer todo el peso de la ley”

El presidente Iván Duque anuncia una respuesta

El actual gobierno del presidente Iván Duque se dice preocupado pero no sorprendido por este retorno a las armas. Bogotá teme una futura alianza entre la nueva guerrilla de las FARC y el otro grupo armado colombiano, el ELN, y ve detrás de esta alianza a su vecino venezolano. “No estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a las amenazas criminales de una banda de narcoterroristas que cuentan con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro”, señaló Duque.

Se ha prometido una recompensa de tres mil millones de pesos (800.000 euros) por la captura de los rebeldes. Iván Márquez y sus hombres estarían en Venezuela, según las autoridades colombianas. “He ordenado la conformación de una unidad especial para la persecución de estos criminales con capacidades reforzadas de inteligencia, investigación y movilidad en todo el territorio colombiano. Por cada uno de los delincuentes de ese video se fijará una recompensa de tres mil millones de pesos por información que conduzca a su captura”, dijo el mandatario.

Condena de los dirigentes del partido FARC

Por su parte, los altos mandos de la extinta guerrilla continúan firmes en la voluntad de paz y despliegan esfuerzos para hablarle no sólo a un país sumergido en la zozobra, sino y sobre todo a los más de 10.000 excombatientes que en la Colombia profunda avanzan en procesos de reincorporación a la vida civil.

El exguerrillero Pastor Alape, quien hace parte de la Comisión de Seguimiento y Verificación a la Implementación de los acuerdos de paz (CSIVI), explicó que “ha sido muy alentador los mensajes que hemos recibido de organizaciones, de personalidades frente a nuestro compromiso con la paz, es decir a ese 90% de firmantes del acuerdo de paz que estamos hoy a brazo partido apostándole a la implementación del acuerdo”.

El director del partido político FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, criticó la posición de Márquez en Twitter: “Las grandes mayorías seguimos comprometidos con lo acordado, aun con todas las dificultades o peligros que se avizoran, estamos con la paz”, escribió.

Asimismo, el senador de la FARC Carlos Antonio Lozada, calificó como equivocación y torpeza la decisión de Iván Márquez, Jesús Santrich y El Paisa. Indicó que “consideramos como una gran equivocación la decisión que tomaron Iván Márquez y los otros que aparecen en el video (…) nos parece que hay una desconexión de ellos con la realidad que vive el país”.

Lo cierto es que si bien la disidencia de las FARC no supera el 10%, quienes volvieron a las armas están poniendo en jaque un acuerdo que puso fin a la guerrilla más antigua del continente.

COLOMBIA-FARC-CONFLICT-POLITICS

 

Texto de Natalia Orozco, corresponsal en Colombia.

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