Los errores en la entrega de datos referentes a los despidos del mes de enero fueron solo la punta del iceberg de los problemas en la Dirección del Trabajo.
Luego de la renuncia del exdirector del trabajo, Mauricio Peñaloza, los trabajadores de la Asociación Nacional de Funcionarios del Trabajo de Chile (Anfuntch), salieron a denunciar una serie de situaciones que al parecer demuestran que la fiscalización nunca partió por casa.
Pero volvamos a la gota que rebalsó el vaso. Un error en las estadísticas celebradas por el Gobierno es algo que, para la presidenta del Consejo Regional Metropolitano de Anfuntch, Orietta Fuenzalida, al menos en las últimas gestiones de la DT, nunca había ocurrido.
Así, en conversación con nuestro medio, Fuenzalida explicó cómo es que este caso demostraría las fallas existentes en la relación de las autoridades con los funcionarios del ente fiscalizador.
“Antes se tomaba en cuenta la experiencia de los funcionarios para hacer la producción de datos. Tenemos departamentos operativos, de atención a usuarios, de fiscalización, de relaciones labores; de modo que, cada vez que un director del trabajo o un ministro aborda cierta temática se cercioran antes de que los contenidos estén lo suficientemente refrendados por quienes manejan los temas operativos”, indicó.
Sin embargo, para Fuenzalida, esta desconexión partió incluso desde que la gestión actual empezó a trabajar el proyecto de modernización de la Dirección del Trabajo, denominado “La DT en tus manos”, y que traía consigo serios riesgos para la fuerza laboral del país.
Y es que el proyecto que fue valorado como parte de la agenda de modernización impulsada por el Gobierno, incluía controversiales medidas como la emisión del finiquito electrónico, que iba en disonancia con lo advertido en el Código del Trabajo.
Así, sin un ministro de fe o un inspector del trabajo de por medio, dicho finiquito ponía en riesgo el compromiso de pago por parte del empleador y lo ponía al borde de la ilegalidad.
No obstante, según Fuenzalida, al igual que en la entrega de las estadísticas de enero, este caso tampoco incluyó un diálogo con los funcionarios.
“Queremos recalcar que no se puede hacer una modernización sin los funcionarios. Se hacen modernizaciones en distintos ámbitos del quehacer nuestro: en la conciliación, en la fiscalización, y no se consulta a quienes hacen ese trabajo. Después, en la práctica, se ve todo tipo de desaguisados que repercuten en los trabajadores”, criticó.
La semana pasada, desde la Anfuntch se emitió un comunicado en el que se dejaba claro que, los problemas de la gestión liderada por Peñaloza no se acabarán con su renuncia, puesto que había un equipo de confianza detrás de él, y que incluía a sus jefes de gabinete, Isadora Rauld y Rodrigo Sanhueza.
El riesgo de esto, precisó Fuenzalida, es que ambos personajes podrían ser blindados y traspasados a otros cargos de peso en la DT.
“Ellos son responsables de una mala gestión y deben irse. Pero hay algo que ha pasado desde otras administraciones, hay que decirlo: se termina un gobierno y los jefes de gabinete, los asesores continúan trabajando y con remuneraciones altas, pasando a llevar a muchos funcionarios que esperan el momento de ascender, de que se les reconozcan sus méritos”, agregó.
Finalmente, la presidenta del Consejo Regional de Anfuntch manifestó que la gestión encabezada por Peñaloza representaba una mirada empresarial que se intentó imponer en la Dirección del Trabajo, y que perdió el norte respecto de la misión central de dicho órgano, que es velar por los derechos de las y los trabajadores.