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No es cuestión de cariño: El trabajo doméstico y los cuidados como otra forma de desigualdad de género

Información recientemente entregada por Fundación Sol y Comunidad Mujer confirman la gran brecha entre el tiempo que los hombres y las mujeres dedican a este tipo de labores, y también la importancia y el valor que tienen estas tareas.

Diario UChile

  Miércoles 11 de marzo 2020 17:23 hrs. 
trabajo domestico

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Un ámbito en el que históricamente ha existido desigualdad entre hombres y mujeres es el cuidado y las labores domésticas, que en la mayoría de los hogares recaen en las mujeres aun cuando estas puedan tener trabajos remunerados a los que responder en su día a día.

Es en este contexto que Fundación Sol y Comunidad Mujer elaboraron, cada una por su cuenta, dos estudios respecto de esta importante temática.

Desde Fundación Sol se presentará en los próximos días el estudio “No es amor, es trabajo no pagado”, que aborda la diferencia entre el tiempo que dedican hombres y mujeres a estas labores.

Según comentó la investigadora Andrea Sato en entrevista en nuestro noticiero Radioanálisis, el estudio indica, entre otras cosas, que en una semana tipo las mujeres gastan en promedio 41,5 horas de trabajo no remunerado, en comparación a los hombres que es de un 19,17 horas en promedio.

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Andrea Sato. Foto: Fundación Sol.

Además, Andrea Sato señaló que estas labores “son el núcleo central no solo de la reproducción de este modelo, de las familias y de las personas en este sistema, sino también son el núcleo de la desigualdad, y no solo de esta en torno a distribución económica, sino que también una desigualdad que está mucho más invisibilizada, que es en torno al uso de tiempo disponible que tienen las mujeres en este modelo”.

Por su parte, Francisca Barriga, también investigadora de Fundación Sol, indicó que “los hombres tienen al final tiempo subsidiado por las mujeres transversalmente, independiente de su situación económica” y agregó que “las mujeres están resolviendo en ocasiones, a través del dinero, este problema pero eso es también con otras mujeres”.

Ante tal panorama, Andrea Santo comentó que se debe “avanzar en la reflexión en torno a la construcción de roles de género, a quién beneficia, cómo vamos a entender hoy día los hogares, cómo vamos a entender la reproducción de fuerza de trabajo en esos hogares, y también poder establecer una vinculación mucho más profunda en torno a lo que es el trabajo en los hogares domésticos, el cuidado y el trabajo en el mundo asalariado”.

En tanto, desde Comunidad Mujer presentaron un estudio respecto de cuánto se aporta al Producto Interno Bruto (PIB) con los trabajos domésticos y cuidados no remunerados, informando que equivale a un aporte del 22 por ciento del PIB.

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Alejandra Sepúlveda. Foto: Comunidad Mujer.

De esta forma se realizó una valoración económica de este trabajo, superando áreas como la construcción, la minería y los servicios financieros.

Al respecto, Alejandra Sepúlveda, directora de Comunidad Mujer, indicó en entrevista con el programa Semáforo que “es demasiado necesario que este trabajo sea reconocido y sea redistribuido también”.

“¿Por qué estamos hoy día llamando la atención de esto? porque finalmente el cuidado y todas las responsabilidades del hogar hacen que las mujeres enfrenten una carga global de trabajo de al menos 55 horas semanales. Es una brutalidad, está por sobre todos los límites de los parámetros de salud mental, de todas las recomendaciones respecto de la calidad de vida, las mujeres no tienen tiempo para el ocio, tienen una pobreza del tiempo”.

Además, comentó que “necesitamos urgente redistribuir este trabajo, compartir roles equitativamente, y eso es uno de los primeros llamados de este estudio, cómo impulsamos políticas públicas porque hay harto que hacer ahí, un posnatal exclusivo para los hombres, una sala cuna y un sistema de cuidado nacional que sea universal, porque no son solo los hijos, también son los adultos dependientes, las personas mayores y las personas con discapacidad y, además, porque es tremendo que se dé por sentado que porque somos mujeres tenemos la obligación de hacerlo”.

En esa línea, tanto las investigadoras de Fundación Sol como Alejandra Sepúlveda de Comunidad Mujer comentaron que es necesario avanzar en políticas públicas que no solo valoren este trabajo no remunerado, sino también que motiven la distribución de este y, a su vez, se avance en un sistema nacional de cuidado.

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