El Sexting en tiempos de cuarentena: una práctica que aumenta con desamparo legislativo

Bajo las medidas de aislamiento social, aumenta el número de personas que incurren a esta práctica de sobre la que aún no existe marco regulador con perspectivas de género. Un proyecto de ley duerme en el Congreso.

Bajo las medidas de aislamiento social, aumenta el número de personas que incurren a esta práctica de sobre la que aún no existe marco regulador con perspectivas de género. Un proyecto de ley duerme en el Congreso.

Con la entrada de los dispositivos móviles a las relaciones interpersonales, las demostraciones íntimas que se desarrollaban en las experiencias cara a cara, encuentran su extensión bajo las características propias de los esquemas digitales. Es así como la disposición de cámaras y micrófonos en los teléfonos celulares, entre otros artefactos, han dado paso al fenómeno del Sexting, un término que acuña la práctica de compartir, bajo la base del consentimiento, material audiovisual de carácter íntimo y sexual.

El anglicismo es un acrónimo que se conforma por la palabra sex, que significa sexo en inglés y texting, que es el acto de escribir mensajes. El diccionario español jurídico de la RAE lo define como el “Envío de imágenes o mensajes de texto con un contenido sexual explícito a través de un dispositivo electrónico, especialmente de un teléfono móvil”.

Una práctica que si bien no es nueva bajo el contexto de los paradigmas de la revolución digital, encuentra un apogeo muy potente en las circunstancias de aislamiento social y cuarentena en los que nos sitúa la pandemia. La comunicación a través de los dispositivos inteligentes, no solo es una extensión de las relaciones que acontecen en el ámbito presencial, sino la única alternativa de vincularse manteniendo en resguardo el cuidado propio y el de los demás.

Sin prejuicio de lo anterior, estas formas de involucrarse con el otro, tienen sus propios riesgos asociados en lo que respecta a la eventual divulgación publica no consentida de los contenidos que se envían, entre una serie de otras amenazas, y que inscriben principalmente a las mujeres como población de riesgo.

En ese sentido, la violencia patriarcal es un continuo en la vida de las mujeres que se presenta en los más variados espacios, señaló la encargada de comunicaciones de la Red Contra la Violencia hacia la Mujer, Antonia del Solar, aseverando que, este caso, Internet es otra plataforma donde el machismo encuentra otro tipo de claves para manifestarse.

“Constantemente vemos cómo en internet se replica lo que acontece en la vida no virtual, amenazas con connotación sexual o letal a niñas, mujeres y disidencias, difusión de material intimo sin consentimiento o amenazas con hacer público ese contenido, publicación de información privada, como residencia, lugar de trabajo o estudio, número telefónico entre otras”, explicó.

En esa línea, la representante de la Red consideró que, como práctica en sí misma, el Sexting no es el problema, sino más bien la cultura machista que se reproduce constantemente en todos los aspectos de la vida,  con la tolerancia y el convenio que caracteriza a las políticas de Estado.

“El problema es la potencial exposición masiva, la transgresión del consentimiento e intimidad que también se da en el espacio virtual, las pocas políticas que existen tanto de las plataformas disponibles como también las escasas políticas públicas de Estado que mantienen al mundo del internet con una regulación precaria y sin ninguna perspectiva de género, haciendo de este espacio un caldo de cultivo para seguir replicando las practicas patriarcales que vivimos a diario”.

Esta realidad se pudo constatar el 2018, en un informe elaborado por la fundación Datos Protegidos, que evidenció una serie de cifras, que tarde o temprano apremiarían un marco legal que viniera a tributar y garantizar una convivencia segura para las usuarias del espacio virtual.

El estudio relevó que un 40,68% de las mujeres encuestadas recibió imágenes o videos agresivamente sexuales sin que lo solicitaran, mientras que un 13,56% declaró haber sufrido la difusión de imágenes intimas sin consentimiento y un 6,78% denunció la grabación de imágenes intimas sin consentimiento.

“Como en Chile no se garantiza el acceso a educación sexual integral, ha habido situaciones donde niñas acceden a este tipo de prácticas sin tener la suficiente información de cómo resguardarse de pedófilos o agresores que lamentablemente se aprovechan de espacios como estos, o qué medidas tomar en caso de que su material sea difundido sin su consentimiento. Creemos que es importante que este tipo de temas se aborde de manera integral para que todas, todos y todes podamos vivir de maneras seguras y libres nuestras sexualidades”, puntualizó la representante de la Red Contra la Violencia hacia la Mujer.

A modo de recoger la realidad que retrataba este sondeo, es que las diputadas Maite Orsini y Maya Fernández redactaron ese mismo año el proyecto denominado “Ley Pack”¸ que venía a hacerse cargo del vacío legal respecto a la difusión pública del contenido audiovisual que son compartidas, en primera instancia, bajo el consentimiento.

“Hoy, difundir o compartir fotos que se hayan obtenido sin el consentimiento de las personas es un delito y está sancionado en el Código Penal. Sin embargo, cuando esas fotografías son obtenidas con el consentimiento de la otra persona, son sacadas consentidamente o incluso cuando se han auto-tomado y alguien las comparte sin autorización, no es considerado un delito”, explicó la diputada Maite Orsini.

Pese a qué día a día se conocen más casos de víctimas, en su mayoría mujeres jóvenes y niñas, que aún no tienen la protección que merecen, el proyecto de ley aún se encuentra en su segundo trámite constitucional, en circunstancias que el Ejecutivo no renovó su urgencia en el Senado, constató Orsini.

“Cada día que pasamos con este vacío legislativo es un día más de desprotección para las víctimas, sobre todo cuando las interacciones digitales han aumentado por efectos de la pandemia. De hecho nos han llegado muchísimas denuncias de este tipo de casos en redes sociales que han ocurrido justamente en estos últimos meses. Ya hemos identificado una serie de problemas que se producen por el encierro y por la violencia machista. Esto no puede y no debe quedar invisibilizado”.

La iniciativa descansa en el Parlamento, prorrogando la creación de un marco legal que proteja a las victimas cuyas fotos o vídeos íntimos sean compartidos. Un hecho que lamentó la profesional perteneciente a la Asociación de Abogadas Feministas, Abofem, Octavia Martínez, debido a la importancia que guarda, incluso independientemente del contexto de aislamiento social.

“Es un proyecto de increíble relevancia para las mujeres en Chile. Éste es una país donde la libertad sexual no está garantizada ni protegida y en este caso las mujeres que deciden vivir libremente su sexualidad se exponen de manera muy fuerte a que un hombre sin escrúpulos decida compartir este contenido intimo, que fue entregado en confianza, y que se llegue a casos que se llaman porno-venganza, que es que un hombre por el motivo que sea, normalmente por despecho al término de una relación sexo afectiva, comparta contenido para castigar a la mujer. Es por esto que esta clase de proyectos son muy relevantes y apremia que se les dé el peso y la tramitación que corresponde”, advirtió.

La relevancia que guarda esta materia ha llevado a la Agrupación de Abogadas Feministas a no esperar otro segundo en publicitar, a través de sus plataformas digitales, una serie de medidas precautorias que pueden adoptar las mujeres para incurrir a esta práctica de forma segura, entre las que cuentan, no hacer registro de elementos singulares que permitan reconocer a la usuaria que las envía.

Los consejos más básicos son evitar mostrar el rostro o cualquier otro identificador corporal ya sea piercing, tatuajes, cicatrices, evitar mostrar ese tipo de cosas que permitan identificar fácilmente a la persona, también tratar de que estas fotos o contenido intimo se realicen en lugares lo más neutros posible, de manera que tampoco se identifique el lugar. En general jamás guardar este tipo de contenidos en la memoria del celular, obviamente tener protegido con clave el álbum donde se guarden, no guardarlas en la nube y en el caso de guardarlas en la nube, usar un segundo verificador, de manera que sea más difícil de acceder al contenido y al momento de mandarlas tratar de usar aplicaciones en las cuales la foto o vídeo se eliminen una vez vistos, de manera que no puedan ser guardados y compartidos posteriormente”, detalló la abogada.

Finalmente la integrante de la Abofem, invitó conocer más sobre las directrices que la agrupación esta publicando desde sus RRSS y sobre el proyecto de “Ley Pack” boletín N° 12164-07, que descansa en el Senado.





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