“El colapso hace semanas es crítico. Siempre decimos que vivimos en situación de catástrofe, de crisis permanente. La ocupación de camas UCI normalmente es el 100 por ciento, puesto que atendemos casi a un millón de habitantes. Esta crisis, lo que nos demuestra, es que no estamos preparados”. Así introduce la entrevista Mauricio Navarro, kinesiólogo y dirigente de los y las trabajadoras del Hospital San José.
El centro asistencial de la red pública, que atiende a nueve comunas de la zona norte de la capital, desde hace años se ve superada durante los inviernos. La gran dificultad que tienen es una población que, año a año, crece, no siendo suficientes los recursos humanos y de infraestructura disponibles.
A esa condición permanente se le suma el del Covid-19. Al respecto, Navarro responsabiliza a las autoridades locales por no haber tomado medidas a tiempo. “Vemos cómo, todavía, hay camas desocupadas no por falta de pacientes, sino porque todavía se están reconvirtiendo. A eso me refiero cuando hablo de poca preparación”, relata.
Para el profesional, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros espacios hospitalarios, el equipo directivo comenzó muy tarde con los trabajos. “Eso nos conflictúa porque en el servicio de urgencia hay pacientes internados en sillas por hasta tres días, sin abrigo, sin alimentación y sin aislamiento, como lo dicta el protocolo”, denuncia.
Además del colapso, la preocupación recae en las fotos filtradas el pasado viernes, en el que se mostraban bolsas con presuntos cadáveres apilados en un pasillo del recinto. “Como trabajadores lamentamos llegar a estas instancias. Nos duele que se hayan publicado esas fotografías, porque siempre hemos solicitado que se otorgue una atención digna a los pacientes. Exponer estos cuerpos no corresponde, tampoco corresponde que los cuerpos estén en estos pasillos. Anatomía patológica es uno de los puntos de crisis hospital”, indicó.
Según explicó durante la conversación, por los retrasos e, incluso, fallos en las pruebas de PCR no saben si entre esos pacientes fallecidos había casos positivos de Covid. “Había pacientes que murieron por problemas respiratorios”, confirma, reiterando que aún no conocen los resultados de los exámenes.
“Hay un número creciente de fallecidos y no tenemos las condiciones para tener estos cuerpos. Pedimos un container mortuorio y, lamentablemente, no sé si ha llegado al hospital. Vemos que, a nivel ministerial y local, hay una tremenda improvisación”, agrega respecto de una situación que viven a diario.
El personal tampoco está protegido. “Sabemos que tenemos los recursos, pero no están siendo entregados de la mejor manera. He expuesto al director la necesidad de que el personal que trabaja en urgencia cuenten con la máxima protección posible, como la mascarilla N95. Probablemente, los protocolos no consideran su uso, pero llega población a preguntar por otras cosas y, al tiempo, el paciente relata que es portador o vive con alguien con Covid”.
Sin embargo, dice que el director, el médico Luis Escobar, se ha negado al uso de esta mascarilla. “El riesgo permanente existe en todo nivel. Perdimos la trazabilidad. Estamos expuestos a este virus. Tenemos un desgaste emocional y psíquico. El temor de saber que no tenemos todas las medias de protección, mella la atención que se puede hacer”.
En Chile -continúa- “estamos viviendo una pandemia por Covid, pero una epidemia neoliberal que las autoridades no han querido resolver”.