Más de 870 hectáreas de áreas protegidas del Amazonas fueron deforestadas para actividades de minería ilegal, sólo en los primeros cuatro meses de este año. Así lo pudo constatar, usando imágenes satelitales, Greenpeace Brasil, lo que significa un aumento del 80% comparado con el mismo periodo de 2019. También las reservas indígenas del Amazonas vieron un aumento de la destrucción de sus tierras, en este caso del 13%, para minería ilegal.
“Desde enero hasta abril hubo un proceso de intensificación del Amazonas. La gran mayoría de estos proyectos mineros están teniendo lugar dentro de las áreas protegidas, en tierras indígenas y de conservación”, denuncia Carolina Marçal dos Santos, de la campaña Amazonas de Greenpeace Brasil.
“Los proyectos mineros en tierras indígenas están prohibidos por ley. Existe una intensificación de los proyectos mineros ilegales dentro de áreas protegidas, y eso en contra del objetivo principal de estos territorios, que es la conservación de la naturaleza”, recalca.
“Durante este período de pandemia, las pocas fiscalizaciones que se hicieron en las tierras indígenas dieron lugar al despido de los coordinadores que las hicieron, lo que muestra la postura del gobierno federal en este sentido”, agrega Dos Santos.
La deforestación toma lugar en plena pandemia del coronavirus. Brasil es el segundo país más castigado en el mundo superando los 53.800 muertos y casi un millón 200.000 casos. Entre las poblaciones más afectadas están los pueblos originarios y las actividades de minería ilegal en el Amazonas aumentan el riesgo.
“Los invasores de las tierras indígenas son potenciales vectores del coronavirus. La actividad minera ilegal suma así una capa más de riesgo en un contexto que ya es muy problemático, porque contamina los ríos, los suelos, y trae muchos daños a la salud y a la estructura social”, concluye la vocera de Greenpeace.
Varias organizaciones ambientalistas alertan que 2020 podría ser uno de los años más destructivos para la mayor selva tropical del planeta. Desde principios de año, la deforestación ha alcanzado más de 2.000 km2 , un 34% más que en el mismo período de 2019.