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Teresa Valdés en la antesala del 8M: “Las mujeres somos las más afectadas con este modelo neoliberal”

En conversación con nuestro medio, la socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad hizo un análisis de la situación política de las mujeres en la previa de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer.

Tomás González F.

  Domingo 7 de marzo 2021 16:05 hrs. 
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Desde hace varios años que en nuestro país la conmemoración del Día Internacional de la Mujer dejó de ser una mera efeméride y se transformó en el hito principal con que el movimiento feminista ha dado inicio a años de movilización, lucha y reivindicaciones. En ese contexto, este lunes 8 de marzo no será la excepción y se ha tornado aún más importante en la antesala del histórico proceso constitucional que Chile iniciará en abril.

En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, la socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, Teresa Valdés, integrante también de la Asamblea Feminista Plurinacional, hizo un análisis de la situación política y de las mujeres en la previa de la conmemoración de un nuevo Día Internacional de la Mujer, abordando los principales triunfos y desafíos para el movimiento feminista.

“Lo que uno tiene que visualizar de cada 8 de marzo es que, de alguna manera, evaluamos cuánto hemos avanzado y todo lo que queda pendiente, los problemas que aparecen como nuevos”.

¿Cuánto se ha avanzado desde el año pasado?

“Sin duda que tenemos mucho que “celebrar”, y voy a decirlo entrecomillas porque es un relativo siempre, porque las mujeres en este país, gracias al movimiento de las mujeres, hemos logrado que el mecanismo para la elaboración de la nueva Constitución sea paritario. Ese es el resultado de toda una trayectoria, pero también desde 2018 en adelante, el mayo feminista, la participación en la revuelta de octubre, la presencia de las mujeres en todo eso ha hecho que en definitiva no se pueda pensar en hacer una nueva Constitución sin la presencia del 50% de mujeres.

Eso es algo que es el resultado de un trabajo y, por lo tanto, una ganancia, un éxito que hemos tenido. Pero que al mismo tiempo nos plantea muchísimos desafíos porque no es garantía, no sabemos cuáles son las mujeres que van a llegar. Tenemos que celebrar también el interés extraordinario de las mujeres por ser candidatas, podemos discutir cuán complejo es en términos de la eficacia la elegibilidad, pero es extraordinaria la cantidad de mujeres, de todos los sectores y grupos, que han decidido que quieren ser parte de la elaboración de la nueva Constitución. Eso es un escenario también construido colectivamente, de empoderamiento de las mujeres, de sentir que tienen mucho que aportar. Entonces, toda esa parte es totalmente positiva”.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinadora Feminista 8M convocó para el pasado 8 de marzo una gran huelga general feminista, con intervenciones a lo largo de todo el país. Foto: Agencia UNO.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinadora Feminista 8M convocó para el pasado 8 de marzo una gran huelga general feminista, con intervenciones a lo largo de todo el país. Foto: Agencia UNO.

¿La parte negativa?

“La parte más compleja es lo que nos ha mostrado la pandemia. La pandemia ha sido una situación súper fuerte y dolorosa, porque tenemos muchas personas fallecidas, más de 20 mil, y estamos con números muy elevados de contagios y muertes diarias, lo que ha significado un costo para las mujeres extraordinarios. Ha puesto en blanco y negro cómo funciona nuestra sociedad, que funciona sobre los hombros de las mujeres, que cuando se trata de todas las tareas del cuidado, reproducción y sustentabilidad de la vida, están sobre los hombros de las mujeres. Y eso, que es así todos los días, ahora se ve muy fuerte porque cuando no están los colegios, cuando no están los jardines, no se puede salir a trabajar, ¿quiénes ponen el hombro y desarrollan todas las tareas? Se espera de las mujeres que hagan todo, que resuelvan todos los problemas aunque no haya recursos, aunque deban hacerlo desde la cocina con un niño colgando mientras están respondiendo algún tema laboral. Entonces, de verdad es impactante cómo se visualiza que nuestra sociedad está sobre los hombres de las mujeres, y eso en forma no reconocida, no pagada y con costos en términos de la salud de las mujeres.

También, desgraciadamente, con elevados casos de violencia, porque estar encerrados en espacios muy reducidos, con familia y todo, agudiza las tensiones y agudiza las condiciones en las cuales se ejercen las relaciones de poder. Se ejerce poder que termina en violencia. Entonces, la pandemia ha mostrado muy gráficamente las deudas y los pendientes”.

En términos generales, ¿cuáles son las principales deudas y pendientes que ha dejado en evidencia la pandemia?

“Esos pendientes tienen que ver con un orden social y una cultura que es lo que llamamos técnicamente la división sexual del trabajo. Esto de que las mujeres, por haber parido, por tener útero, pareciera que estamos obligadas de por vida a hacer todas las tareas de reproducción, que no es solo tener los hijos. Toda actividad de cuidado se asocia y se exige de las mujeres, y cuando las mujeres estamos saliendo masivamente del mercado de trabajo, porque las remuneraciones son bajas y porque es un espacio donde , resulta que se suma a las tareas, no se comparte. No ha habido un cambio sustantivo relacionado a la redistribución de esas tareas de cuidado con los hombres, con las parejas o quienes corresponde. Eso es un tema que es un pendiente tremendo.

También en términos socio-económicos, la precarización de la vida. Hemos tenido una precarización en la vida de las mujeres, todo esto que estoy contando que significa una exigencia adicional, si a eso le ponemos el tema económico, la cosa es más dura todavía. No solo tenemos unos ingresos que son en promedio 30% inferior a los de los hombres, sino que, además, la pandemia mostró que hay un retroceso en términos de inserción en los mercados de trabajo que pensamos que puede ser hasta de 10 años de retroceso respecto de la participación económica. Eso todo redunda en precarización de la vida. O sea, no es porque sí que se generaron los montones de ollas comunes, algunas de las cuales todavía siguen existiendo, frente a la no respuesta del Estado de hacerse cargo de los costos de esta pandemia”.

La votación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que buscaba establecer paridad de género en un eventual órgano constituyente estuvo marcado por la presión de las organizaciones feministas que llegaron hasta el Congreso en Valparaíso. Foto: Agencia UNO.

La votación en la Cámara de Diputados del proyecto de ley que buscaba establecer paridad de género en el órgano constituyente estuvo marcado por la presión de las organizaciones feministas que llegaron hasta el Congreso en Valparaíso. Foto: Agencia UNO.

“Entonces, tenemos la precarización de la vida de las mujeres, pero tenemos también otras deudas que son muy significativas, que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos. En esta pandemia tenemos desinformación respecto de cómo se ha afectado el acceso de las mujeres a la anticoncepción, pero sí sabemos que han habido algunos temas como que fallan los métodos, las pastillas que llegaron de forma defectuosa y al menos 100 mujeres que quedaron embarazadas contra su voluntad. Y todavía no tenemos el derecho a la decisión libre de las mujeres sobre su reproducción. O sea, mujeres que conscientemente están evitando un embarazo y que quedan embarazadas por falla de un método que es responsabilidad del productor, resulta que el Estado sigue obligándote a continuar con ese embarazo y a ser madre. Entones, el que la maternidad no sea voluntaria sigue mostrando una desigualdad profunda entre las mujeres y los hombres”.

¿Cómo se unen estas demandas del movimiento feminista con el momento constituyente que vive el país?

“Las mujeres feministas estamos trabajando hace mucho rato. O sea, cuando nosotras dijimos que teníamos que estar en la elaboración de una nueva Constitución es porque veníamos desde hace mucho tiempo. Ya desde el gobierno de la expresidenta Bachelet, cuando se hicieron los encuentros locales autoconvocados, las mujeres nos organizamos y elaboramos un conjunto de propuestas. Entonces, son muchos años desde que las mujeres estamos pensando en una Constitución que se haga cargo de reconocer a las mujeres como la mitad de la población. No como en la Constitución actual, en donde somos definitivamente sujetos secundarios. No solo no somos nombradas, más allá de que ahora después de muchos años de lucha logramos que se dijera que hombres y mujeres somos iguales ante la ley. Una Constitución que incluya al conjunto de la población, partiendo por las mujeres, lo venimos pensando.

Todas las cosas que te estoy contando están en las propuestas feministas que hemos elaborado y por eso hay tantas candidatas en ir. Porque sí, tenemos mucho interés, porque queremos que la igualdad sea una igualdad efectiva y no una igualdad de oportunidades, ni esas cosas de disminución, ni de un poquitito de igual a las mujeres, no. Queremos igualdad efectiva, que sea eficaz, que sea garantizada por el Estado y para eso, obviamente, tenemos que tener un Estado que su estructura promueva activamente la igualdad. Esa es la diferencia”.

Teresa Valdés es socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, además de ser integrante de la Asamblea Feminista Plurinacional. Foto: Archivo.

Teresa Valdés es socióloga y coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, además de ser integrante de la Asamblea Feminista Plurinacional. Foto: Archivo.

¿En qué se traduce eso?

“Eso se desglosa obviamente hacia la paridad. La paridad en todas las instancias de decisión, no solo en los poderes del Estado, sino que en todas las instituciones públicas. También a nivel local, también en las empresas privadas. O sea, tenemos que ir hacia mirar el mundo como que la sociedad está integrada por hombres y mujeres, es decir, siempre y en toda instancia. Y porque va a ser mucho mejor para todos, no es porque sea una cuestión ideológica, no, porque está demostrado que cuando se incorpora la visión, la experiencia que tenemos las mujeres por el lugar que nos ha dado la sociedad, efectivamente las soluciones son mejores. Eso es beneficio para todas y todos, sobre todo para niños, niñas y adolescentes, y todas las personas que requieren más atención”.

En ese sentido, ¿qué tipo de Constitución es la que busca propiciar el movimiento feminista en este proceso constituyente?

“Obviamente que nos interesa un Estado social de derechos, porque las mujeres somos las más afectadas con este modelo neoliberal. O sea, esta privatización de todos los servicios y el que todo dependa de los salarios, que esté todo salarizado, la protección social, todo eso afecta a las mujeres porque somos las que estamos en el mercado de trabajo en condiciones más precarias. Las trabajadoras de casa particular, por ejemplo, sector particularmente afectado en la pandemia, y que obviamente no tiene las condiciones para lo que ofrece este modelo de protección social basado en los salarios.

Las mujeres que no tienen contrato de trabajo están fuera de prácticamente de todo lo que ha entregado el gobierno frente a la pandemia porque también depende de los salarios, eso deja afuera a las mujeres de forma automática. Entonces, el pensar en un Estado social de derechos que, obviamente, garantice la salud y la educación, no el acceso a través de privados, sino el derecho efectivo a la salud, educación, ojalá a la vivienda, ojalá a algún ingreso básico garantizado para las personas, todo eso es algo que nosotros queremos dejar plasmado en la Constitución. Ni qué decir sobre el derecho a una vida sin violencia, ni qué decir del derecho a decidir en forma soberana sobre nuestro cuerpo y la maternidad. Todo lo que te he contado son temas que estamos visualizando para esa nueva Constitución”.

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