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¿Son traidores los talibanes?

En el concepto de Estado Islámico (EI) sí lo son. La razón es simple: negociaron un acuerdo de paz con Estados Unidos y eso habría precipitado la crisis actual. En los despiadados y brutales ataques suicidas del jueves cerca de la llamada puerta Abbey del aeropuerto del Kabul, no sólo hubo estadounidenses y civiles destrozados por la explosión, también hubo milicianos talibanes, aseguró Estado Islámico en un comunicado divulgado por su agencia, Amaq, a través de su canal en Telegram.

Luis Hernán Schwaner

  Viernes 27 de agosto 2021 16:08 hrs. 
taliban

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En su jactanciosa reivindicación, Estado Islámico, grupo aún más extremo que los propios talibanes, asegura que uno de los atacantes pasó sin mayores dificultades los controles de seguridad del Taliban y también los de Estados Unidos, pudiendo llegar hasta sólo cinco metros de distancia de un grupo de soldados estadounidenses, traductores y colaboradores y allí hizo detonar los explosivos que llevaba adheridos a su cuerpo.

El objetivo del ataque era, desde luego, asesinar a la mayor cantidad de soldados estadounidenses posible, junto a sus aliados afganos. El comunicado de la filial afgana de Estado Islámico -conocida como “Khorasán”, en referencia al viejo nombre de la región- incluyó la foto de uno de los presuntos militantes que se inmolaron, el que posa con un cinturón de explosivos frente a la bandera negra del grupo ultra radicalizado, aunque el mensaje no menciona al segundo suicida ni a los atacantes armados.

Al finalizar el jueves sangriento, las primeras investigaciones de fuentes oficiales (talibanas y estadounidenses) han ido arrojando luz sobre lo sucedido. Aunque el Pentágono afirma que ocurrió una sola explosión, aparentemente fueron dos los atacantes suicidas que se hicieron estallar en medio de la multitud que espera desde hace días afuera del recinto aéreo, con la esperanza de poder abordar alguno de los vuelos de evacuación internacionales. Después de las explosiones y en medio de la espantosa carnicería humana y del caos desatado en el lugar, hombres armados que se encontraban entre la multitud abrieron fuego de metralla contra hombres, mujeres, niños y ancianos que huían despavoridos y cegados por el humo.

El trágico saldo se selló -hasta ahora- con 161  personas que perdieron la vida, entre ellas 90 civiles afganos y 13 militares de Estados Unidos. El número de heridos de diversa condición supera los 150, de ellos también 15 soldados estadounidenses. Muchos de los heridos que están siendo atendidos en los hospitales, entre ellos el importante Wazir Akbar Khan son niños o adolescentes, heridos por esquirlas o traumatizados por la onda explosiva. Algunos no saben todavía que sus padres figuran entre los muertos o desaparecidos. La situación sanitaria en Kabul es de tal urgencia que el principal portavoz de los talibanes, Zabihulla Mujahid, informó por redes sociales que todas las trabajadoras del servicio público de salud (enfermeras, médicas y auxiliares) a partir de ahora podrán “asistir a sus funciones con regularidad en la capital y en las provincias”, levantando así una de las draconianas  restricciones impuestas a las mujeres por el régimen integrista.

En Washington, la respuesta no se hizo esperar y el presidente Joe Biden prometió este jueves que Estados Unidos cobrará venganza contra los responsables de la matanza en el aeropuerto de la capital de Afganistán. Agregó que había pedido al Pentágono que desarrolle planes para contraatacar.

“No perdonaremos. No olvidaremos. Los perseguiremos y los haremos pagar”, prometió un Biden visiblemente emocionado y con la voz entrecortada, en un discurso a la nación desde la Casa Blanca, después de que 13 soldados estadounidenses murieran y otros 18 resultaran heridos, enlos ataques en las cercanías del aeropuerto de Kabul, que el grupo Estado Islámico (EI) ha reivindicado.

Durante el discurso televisado, el presidente dijo no tener ningún indicio de que los talibanes se confabularan para este atentado con los militantes del grupo yihadista Estado Islámico para ejecutar el mortal atentado. Biden reiteró que Estados Unidos continuará con la evacuación, agregando que los “terroristas no van a ganar” y se mostró abierto a enviar más tropas para a Afganistán garantizar el puente aéreo.

Actualmente hay unas cinco mil personas en el aeropuerto esperando abordar alguno de los aviones de evacuación, según cálculos del Pentágono. Otros miles intentan sortear el estricto control de los talibanes en los caminos de acceso. Si lo logran, se acercan a los muros del recinto aéreo, blandiendo papeles y pugnando por convencer a los militares de que sus documentos están en regla.

Muy pocos logran entrar.

(Imagen: RFI – AFP: Javier Tanveer)

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