“No tenemos problemas con Finlandia y Suecia”, afirmó el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ante la posibilidad de que ambas naciones se sumen a la OTAN como se conoció durante el fin de semana.
La decisión de Finlandia la informó el gobierno que además comentó una conversación telefónica entre Putin y el presidente finés, Sauli Niinistö, donde le habría señalado que “él mata niños con sus bombardeos”.
Según comentó posteriormente el servicio de comunicaciones del Kremlin, el jefe de Estado ruso advirtió que el abandono de Finlandia de su tradicional política de neutralidad “sería un error” ya que no existen amenazas para la seguridad de su territorio.
Mientras, luego una reunión de emergencia del gobierno sueco, la primer ministra Magdalena Andersson, anunció la decisión de su país de sumarse a la OTAN. De hecho, en una conferencia conjunta con el líder del partido de derecha Moderaterna, Ulf Kristersson, la premier manifestó su agradecimiento al mostrar la unidad de la nación escandinava en esta determinación de sumarse al bloque militar.
Sin embargo, el Partido de Izquierda y los Verdes se oponen a la idea, aunque el gobierno socialdemócrata que encabeza Andersson ya cuenta con el respaldo en el Parlamento para sumarse a la entidad, trámite que podría tomar hasta un año hasta que se concrete.
Para Putin, la determinación de ambas naciones consideradas neutrales durante décadas significa un retroceso con consecuencias que durarán años y que podría acarrear una respuesta ante una eventual expansión de la estructura militar de la OTAN en esas naciones.
“Rusia no tiene problemas con esos estados. En ese sentido, una expansión de estos países no crea amenazas directas para nosotros”, comentó Putin durante una reunión con los líderes de los países de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.
De todas formas, agregó que “una expansión de la infraestructura militar en esos territorios sin duda provocaría una respuesta de nuestra parte. Veremos cuál sería en función de las amenazas que se creen para nosotros”.
Putin subrayó que “la Alianza Euroatlántica traspasa su finalidad geográfica, (la región) euroatlántica, está tratando de involucrarse cada vez más activamente en los asuntos internacionales, controlar las situaciones de seguridad internacional e influir sobre ellas -y no de la mejor manera- en otras regiones del mundo. Esto ciertamente requiere una atención adicional de nuestra parte”.
“Es un problema que se crea de manera bastante artificial porque se hace en función de los intereses de la política exterior de Estados Unidos. En general, la OTAN se está usando como una herramienta de política exterior de un país en esencia. Se hace con bastante persistencia, habilidad y agresividad. Todo ello agrava el ya difícil entorno en materia de seguridad internacional”, estimó el presidente ruso.