Hasta ahora, el Gobierno solo ha divulgado el texto de la reforma de la salud, que pretende reducir la participación privada en el sistema y ampliar la cobertura a las comunidades más pobres y alejadas, fortaleciendo las capacidades del Estado. Sin embargo, también pretende pasar en el Congreso una reforma laboral y pensional.
Desde el balcón de su oficina, Gustavo Petro llamó a los ciudadanos a las calles y al propio palacio presidencial a movilizarse para presionar la aprobación de estos textos, y en su discurso, resaltó la importancia de la reforma a la salud.
“Hemos presentado la reforma a la salud… que si no hay un sistema de prevención de la enfermedad, somos más vulnerables a la muerte…. (Necesitamos) algo que se llame justicia social”
Miles de obreros, educadores y trabajadores de la salud, entre otros, respondieron a la convocatoria del mandatario, que presenta esta semana la ambiciosa batería de reformas al Congreso.
Petro quiere dar un giro de 180 grados a la política del país, gobernado por la derecha durante más de 200 años.
“El cambio no es posible sin el pueblo, lo que se eligió no fue solamente una persona (…), lo que se hizo en la elección fue volver al pueblo gobierno, fue volver al pueblo poder y eso tiene que expresarse”, agregó frente a simpatizantes que coreaban su nombre y los ministros que ondeaban banderas.
Con instrumentos musicales y pancartas, los manifestantes se concentraron en varias ciudades como Medellín, Cali y Bogotá, la capital, donde las marchas giraron en torno a la reforma del sistema sanitario, la que más ha despertado polémica hasta el momento.
Movilización por la reforma a la salud
Joselyn Pérez, una de las manifestantes, asegura que es entendible la preocupación de la gente: “Es normal que las personas se preocupen porque les van a quitar ese dinero. Nosotros necesitamos que más allá de quién lo administre, haya una garantía de trabajo para todos y de salud para todos”.
El proyecto de ley pretende, entre otras cosas, crear un régimen laboral especial para los trabajadores de la salud y pasar la administración de los recursos desde entidades privadas, las llamadas EPS, al Estado, un cambio que para ciudadanos como Pedro Vargas, es el más importante: “Uno de los sectores que más maneja recursos es el sector salud. Pero todo se queda en quienes son los dueños de las EPS (entidades de salud privadas). Capitalistas, banqueros que están haciendo usufructo, quizás, de un bien público”.
Romary, una profesora de educación nacional, que se encontraba en medio de la movilización, asegura que en su país “la salud no es un derecho sino que es un negocio que está en manos de las EPS y es básicamente lo que se está luchando. Una reforma a la salud que permita que realmente la salud esté en manos del Estado y que le garantice el derecho a todos los colombianos”.
Para ella, el temor de los ciudadanos de que no se aprueben las reformas se basa en que a pesar del cambio del ejecutivo, siendo el primer Gobierno de izquierda en la historia del país, el poder sigue en manos de las clases dominantes de siempre. “Los medios de comunicación los tienen las clases dominantes que desinforman a la gente. Desde el primer día que Petro se posicionó ha habido el temor de que la derecha termine tumbando el gobierno”, agregó.
Fernando Páez, quien estuvo en las movilizaciones en apoyo al Gobierno de Petro, afirma que esas clases dominantes quieren tergiversar la imagen del Gobierno. “Lo quieren desdibujar haciéndolo ver como un Gobierno que va a acabar con la democracia, que va a acabar con la economía, cuando nosotros estamos convencidos que hemos sabido elegir a quien verdaderamente representa los intereses de la población” aseguró.
Opositores y ciertos miembros de los partidos afines al mandatario Petro son críticos con esa modificación en el sistema sanitario; además de sus costos millonarios, señalan la posibilidad de que propicie la corrupción y precarice aún más al gremio médico.
Un grupo de detractores del mandatario portaron pancartas en las que se leía “Petro dictador” y este miércoles los opositores se preparan para salir a las calles en rechazo a la reforma.