Tres enormes tijerales de vigas de madera han llegado este martes, 11 de julio, a la Catedral de Notre Dame de París por vía fluvial para la reconstrucción del templo, que quedó parcialmente destruido en el incendio de abril de 2019. De 14 a 16 metros de largo y entre 12 y 13 metros de ancho, las tres estructuras fueron realizadas en madera de roble al interior de talleres especializados, y ensambladas en Ivry-sur-Seine, al sureste de la capital francesa. Desde allí, una barcaza las transportó por el Sena hasta llegar a la catedral, lo que obligó a cerrar durante horas el tráfico fluvial y de superficie a la altura de la Île de la Cité donde se sitúa el famoso monumento inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1991.
La elaboración de estos tijerales fue encargada a la empresa Métiers du Bois, una de las cuatro grandes compañías del grupo de carpinteros encargados de la reconstrucción de la aguja de Viollet-le-Duc que coronaba la catedral. Ellos formarán parte del llamado “bosque” de Notre Dame, es decir, el famoso y reconocido armazón de madera de la nave construido entre los siglos XII. y XIII., el que rodeaba la aguja de la catedral y que quedó completamente destruido en el incendio de 2019.
El primero de ellos, de unas siete toneladas de peso, ya se ha remontado este martes, 11 de julio, para situarlo debajo de la bóveda, y los otros dos se irán colocando a lo largo de estas semanas. Los tres armazones permitirán restablecer “la silueta familiar de la catedral “, afirmó el organismo público encargado de la restauración de Notre Dame, que trabaja con el objetivo de que el monumento pueda reabrir sus puertas al público en diciembre de 2024, casi cinco años después de que se produjera el fatídico incendio en el templo de la capital parisina.
“Queremos restaurar esta catedral tal como fue construida en la Edad Media”, indicó Jean-Louis Georgelin, el general retirado del ejército francés que supervisa los trabajos. Es que si pudiéramos viajar 900 años hacia el pasado, podríamos apreciar a los carpinteros medievales empleando las técnicas de la época en la construcción de la catedral y, de paso, asombrarnos de que estas se estén usando de nuevo hoy para reconstruir el tejado del famoso monumento arrasado por las llamas.
Ahora bien, los carpinteros modernos, al recurrir a las técnicas medievales, han debido trabajar con hachas para ir cortando y modelando los más de 1200 enormes robles talados para transformarlos en toneladas de vigas capaces de sostener el nuevo tejado de Notre Dame. Obviamente, para ellos sí ha sido como viajar en el tiempo, pues esta reconstrucción les ha dado una nueva visión sobre cómo se hacía el trabajo manual en el siglo XIII., cuando sus predecesores superaron los límites de la arquitectura.
Desde el comienzo de la planificación para reconstruir el templo se consideró el uso de herramientas manuales para volver a sostener el tejado como una elección deliberada y meditada. El objetivo ha sido poner especialmente de relieve la asombrosa destreza artesanal de los constructores originales de la catedral y garantizar -a modo de homenaje- que el noble arte de trabajar la madera a mano, que tiene siglos de antigüedad, persista. Además, de haberse empleado las modernas herramientas eléctricas el trabajo se habría hecho más rápido y esa no era la idea.
Aunque no tanto, porque ante lo ajustado del plazo para reabrir la catedral en diciembre de 2024, los carpinteros y arquitectos también echan mano al diseño por computadora y otras tecnologías modernas parea acelerar la reconstrucción. De hecho, a través de la computación se han elaborado planos detallados para los carpinteros, con lo cual se garantiza que las vigas cinceladas a mano encajen perfectamente.
“El objetivo que teníamos era devolver a su estado original la estructura del armazón de madera que desapareció durante el incendio del 15 de abril de 2019”, explicó el arquitecto Remi Fromont, que hizo dibujos detallados de la estructura original en 2012. El armazón reconstruido “es la misma estructura de madera del siglo XIII”, afirmó. “Tenemos exactamente el mismo material: roble. Tenemos las mismas herramientas, con las mismas hachas que se empleaban, exactamente las mismas herramientas. Tenemos los conocimientos técnicos. Y, pronto, regresará al mismo lugar”.