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Indefinida situación política en España

El Parlament catalán aprobó condicionar la investidura del candidato socialista, Pedro Sánchez, a que "se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones" para celebrar un referéndum de independencia de Catalunya.

Luis Hernan Schwaner

  Viernes 29 de septiembre 2023 17:45 hrs. 
pedro sánchez

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Los dos principales partidos separatistas de Cataluña condicionaron a la realización de un plebiscito independentista su apoyo a una nueva investidura del presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, precisamente cuando el Congreso español rechazaba por segunda vez la investidura del líder de la derecha, Alberto Núñez Feijóo.  

De ese modo, Parlament catalán ha aprobado poner como condición absoluta para votar por la investidura del candidato socialista, a que Sánchez “se comprometa a trabajar para hacer efectivas las condiciones” para celebrar un referéndum de independencia de Catalunya.

La propuesta aprobada fue presentada por los partidos Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya, y aprobada con el apoyo de estas dos formaciones y los votos en contra de los derechistas del Partido Popular y los ultraderechistas de Vox, así como la abstención de otros grupos políticos. 

El documento, que Junts y ERC cerraron a última hora de la noche del jueves, reafirma la voluntad de Parlament de resolver el conflicto catalán por la vía política y democrática, para refrendar así el mandato que emanó del referéndum del 1° de octubre de 2017, el que, según su propuesta, sería sustituido por ese nuevo referéndum, pero acordado esta vez con el Estado español. 

Aunque desde ya, la propuesta de Junts y ERC ha generado malestar en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que reclama discreción y prudencia en las negociaciones para la investidura y que, junto al Partido Socialista de Catalunya (PSC), declararon en un comunicado emitido también este viernes que por ese camino “no hay avance posible”.

El fracaso de la derecha

En tanto ello sucedía en Barcelona, en Madrid, Alberto Núñez Feijjó, líder del Partido Popular español (de derecha), fracasaba por segunda vez en tres días en su intento por obtener el apoyo del poder legislativo para llegar a la presidencia del gobierno, pese a que su partido obtuvo la mayor cantidad de bancas en la elección nacional de julio pasado. 

Es gracias a ello que el Partido Popular, con 137 bancas, constituye desde entonces el bloque parlamentario más grande en el Congreso de los Diputados, pero como esa condición no le basta para elevar a su líder a la Presidencia del gobierno, debió pedir el respaldo del ultraderechista Vox y de dos otros dos pequeños partidos de derechas. Aún así, en la votación del Congreso de los Diputados -la cámara baja del parlamento- Alberto Núñez Feijóo obtuvo este viernes 173 votos a favor y 177 en contra, aproximadamente los mismos que dos días antes.

Su derrota política le da al dirigente socialista Pedro Sánchez, cuyo partido obtuvo el segundo bloque parlamentario en la elección de julio, la posibilidad de regresar al Palacio de la Moncloa, siempre y cuando logre obtener el apoyo de varios partidos menores, entre ellos, ya veíamos, de los partidos independentistas catalanes, aunque éstos hayan puesto la vara muy alta.

Por ahora, la presidenta del Congreso, Francina Armengol, ya ha cumplido este viernes con la formalidad de informar al rey Felipe VI el resultado de esta votación, con el fin de que el monarca vuelva a abrir una ronda de consultas con los representantes de las formaciones que tienen escaños en el Congreso y pudiera proponer un nuevo candidato.

Pedro Sánchez, quien ha sido presidente del gobierno durante cinco años y actualmente es el presidente en funciones (interino) hasta la formación de un nuevo gobierno, sabe que la elección de julio pasado dio lugar a un Congreso de 350 legisladores, pero de 11 partidos, una realidad política poco definida y compleja, lo que le dificulta tanto a él como a Núñez Feijóo el pedregoso camino al poder.

Es cierto que el gobierno que concluye Sánchez ha llevado adelante medidas audaces en materia de derechos de las mujeres, cambio climático y otras áreas, que son temas promovidos permanentemente por las izquierdas españolas e internacionales. Pero se vió obligado a convocar a la elección de julio después de que el PSOE, su partido, obtuviera los peores resultados en años en las elecciones locales y regionales, pero también ante el avance inusitado de la ultraderecha en la arena política.

Para ganar un nuevo período, el político centroizquierdista de 51 años debe obtener el apoyo de partidos de izquierda, regionalistas y separatistas. Las negociaciones en tal sentido se han desarrollado durante semanas porque, si no se forma un nuevo gobierno antes del 27 de noviembre, España tendrá que ir a una nueva elección nacional el 14 de enero.

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