En medio de tenso clima Ecuador elige a su nuevo Presidente o Presidenta
La elección presidencial del 20 de agosto y su segunda vuelta este 15 de octubre son los primeros comicios en la historia ecuatoriana que se realizan bajo un estado de excepción, decretado tras el asesinato de uno de los candidatos presidenciales.
Viernes 13 de octubre 2023 19:31 hrs.
Estas elecciones fueron convocadas tras el decreto presidencial del Gobierno de Guillermo Lasso, en el que se activó un mecanismo constitucional, denominado “muerte cruzada”, que otorga la facultad de convocar a elecciones extraordinarias (las primeras desde 1940) para renovar la Presidencia, Vicepresidencia y Asamblea Nacional. Pero como el 20 de agosto ninguno de los binomios logró ser elegido en primera vuelta, este domingo 15 de octubre se debe realizar el balotaje entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, a saber: Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana; y Daniel Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional, conformada por el Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER. Una vez más la izquierda y la derecha se confrontan.
En mayo de este año, a raíz del estallido mediático del Caso Encuentro, en el que salieron a la luz los vínculos del gobierno de Lasso con la mafia albanesa, la Asamblea Nacional empezó a tramitar un juicio político en contra del presidente Lasso, por peculado. Éste había sido elegido en 2021 para ejercer la primera magistratura por un período que debería haber concluido en 2025; no obstante, y tras una votación aprobatoria, el juicio político contra Lasso se inició el 16 de mayo, con la comparecencia del propio presidente de la República ante el parlamento. Sin embargo, en una maniobra política de manual, Guillermo Lasso expedía el Decreto 741, ordenando la disolución de la Asamblea Nacional, y convocando a elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias para completar el período constitucional, proceso conocido como “muerte cruzada“.
En la ocasión, Lasso argumentó que la disolución de la Asamblea Nacional obedecía a la grave crisis política que atravesaba el país, así como a la consiguiente conmoción interna, no requiriendo para su dictamen del consentimiento previo de la Corte Constitucional. De inmediato, legisladores de la Izquierda Democrática y Partido Social Cristiano solicitaron a la mencionada Corte que dictaminara que el decreto del Presidente era inconstitucional, demanda que no fue admitida por la Corte. Esa fue la génesis del proceso que hoy enfrenta a las urnas, por segunda vez en el año, a los ciudadanos y ciudadanas del Ecuador.
En cuanto a los dos contendores que se enfrentan este domingo, la candidatura presidencial del Movimiento Revolución Ciudadana (RC) fue originalmente para el exvicepresidente Jorge Glas. Pero éste declinó la postulación y postuló en su lugar a su correligionaria Luisa González como candidata presidencial de la izquierda, consiguiendo ésta la primera mayoría en la primera vuelta de la presidencial.
Durante la etapa de pre-campaña, Luisa González se enfocó en recorrer el país junto a su binomio y los candidatos a asambleístas en caravanas en vehículos y bicicletas. La principal propuesta de González, ha sido retomar el proyecto político del gobierno de Correa, con la recuperación de las obras públicas construidas en aquel gobierno y la eficiencia en las instituciones públicas. En el ámbito de la seguridad plantea declarar emergencia de seguridad nacional y una inversión inicial de 500 millones de dólares para la lucha de la fuerza pública contra la delincuencia; además, propone reestructurar los ministerios del Interior y de Gobierno, y purgar las fuerzas de seguridad, entre las medidas más importantes.
Por su parte, Daniel Noboa, también ex asambleísta e hijo del empresario Álvaro Noboa, se encontraba formando su tienda política propia, llamada Acción Democrática Nacional (ADN), al momento del llamamiento a elecciones. Como su agrupación política aún no estaba por entonces inscrita en el Comité Nacional Electoral, presentó su candidatura presidencial bajo el patrocinio del Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER (anteriormente llamado Alianza PAIS). Dicha coalición política fue inscrita con el nombre de la agrupación política de Noboa.
El candidato derechista ha enfocado su campaña en recorrer el país de forma tradicional, promocionando su imagen en redes sociales, promoviendo el trabajo social y médico realizado por las fundaciones del Grupo Noboa de su padre coordinados por su madre Annabella Azín y su labor como asambleísta cuando fue Presidente de la Comisión de Desarrollo Económico.
Entre sus principales propuestas, se encuentran: invertir en infraestructura para mejorar las condiciones de los centros penitenciarios, establecer regulaciones para proteger datos personales y capacitaciones, así como recursos para que el sistema judicial y las fuerzas de seguridad puedan enfrentar y prevenir delitos cibernéticos. No obstante, en su plan de gobierno es notoria la ausencia de políticas contra el narcotráfico y el crimen organizado, los dos problemas más acuciantes a nivel país en Ecuador hoy día.
Estas elecciones fueron convocadas tras el decreto presidencial del Gobierno de Guillermo Lasso, en el que se activó un mecanismo constitucional, denominado “muerte cruzada”, que otorga la facultad de convocar a elecciones extraordinarias (las primeras desde 1940) para renovar la Presidencia, Vicepresidencia y Asamblea Nacional. Pero como el 20 de agosto ninguno de los binomios logró ser elegido en primera vuelta, este domingo 15 de octubre se debe realizar el balotaje entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, a saber: Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana; y Daniel Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional, conformada por el Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER. Una vez más la izquierda y la derecha se confrontan.
En mayo de este año, a raíz del estallido mediático del Caso Encuentro, en el que salieron a la luz los vínculos del gobierno de Lasso con la mafia albanesa, la Asamblea Nacional empezó a tramitar un juicio político en contra del presidente Lasso, por peculado. Éste había sido elegido en 2021 para ejercer la primera magistratura por un período que debería haber concluido en 2025; no obstante, y tras una votación aprobatoria, el juicio político contra Lasso se inició el 16 de mayo, con la comparecencia del propio presidente de la República ante el parlamento. Sin embargo, en una maniobra política de manual, Guillermo Lasso expedía el Decreto 741, ordenando la disolución de la Asamblea Nacional, y convocando a elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias para completar el período constitucional, proceso conocido como “muerte cruzada“.
En la ocasión, Lasso argumentó que la disolución de la Asamblea Nacional obedecía a la grave crisis política que atravesaba el país, así como a la consiguiente conmoción interna, no requiriendo para su dictamen del consentimiento previo de la Corte Constitucional. De inmediato, legisladores de la Izquierda Democrática y Partido Social Cristiano solicitaron a la mencionada Corte que dictaminara que el decreto del Presidente era inconstitucional, demanda que no fue admitida por la Corte. Esa fue la génesis del proceso que hoy enfrenta a las urnas, por segunda vez en el año, a los ciudadanos y ciudadanas del Ecuador.
En cuanto a los dos contendores que se enfrentan este domingo, la candidatura presidencial del Movimiento Revolución Ciudadana (RC) fue originalmente para el exvicepresidente Jorge Glas. Pero éste declinó la postulación y postuló en su lugar a su correligionaria Luisa González como candidata presidencial de la izquierda, consiguiendo ésta la primera mayoría en la primera vuelta de la presidencial.
Durante la etapa de pre-campaña, Luisa González se enfocó en recorrer el país junto a su binomio y los candidatos a asambleístas en caravanas en vehículos y bicicletas. La principal propuesta de González, ha sido retomar el proyecto político del gobierno de Correa, con la recuperación de las obras públicas construidas en aquel gobierno y la eficiencia en las instituciones públicas. En el ámbito de la seguridad plantea declarar emergencia de seguridad nacional y una inversión inicial de 500 millones de dólares para la lucha de la fuerza pública contra la delincuencia; además, propone reestructurar los ministerios del Interior y de Gobierno, y purgar las fuerzas de seguridad, entre las medidas más importantes.
Por su parte, Daniel Noboa, también ex asambleísta e hijo del empresario Álvaro Noboa, se encontraba formando su tienda política propia, llamada Acción Democrática Nacional (ADN), al momento del llamamiento a elecciones. Como su agrupación política aún no estaba por entonces inscrita en el Comité Nacional Electoral, presentó su candidatura presidencial bajo el patrocinio del Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER (anteriormente llamado Alianza PAIS). Dicha coalición política fue inscrita con el nombre de la agrupación política de Noboa.
El candidato derechista ha enfocado su campaña en recorrer el país de forma tradicional, promocionando su imagen en redes sociales, promoviendo el trabajo social y médico realizado por las fundaciones del Grupo Noboa de su padre coordinados por su madre Annabella Azín y su labor como asambleísta cuando fue Presidente de la Comisión de Desarrollo Económico.
Entre sus principales propuestas, se encuentran: invertir en infraestructura para mejorar las condiciones de los centros penitenciarios, establecer regulaciones para proteger datos personales y capacitaciones, así como recursos para que el sistema judicial y las fuerzas de seguridad puedan enfrentar y prevenir delitos cibernéticos. No obstante, en su plan de gobierno es notoria la ausencia de políticas contra el narcotráfico y el crimen organizado, los dos problemas más acuciantes a nivel país en Ecuador hoy día.
Estas elecciones fueron convocadas tras el decreto presidencial del Gobierno de Guillermo Lasso, en el que se activó un mecanismo constitucional, denominado “muerte cruzada”, que otorga la facultad de convocar a elecciones extraordinarias (las primeras desde 1940) para renovar la Presidencia, Vicepresidencia y Asamblea Nacional. Pero como el 20 de agosto ninguno de los binomios logró ser elegido en primera vuelta, este domingo 15 de octubre se debe realizar el balotaje entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta, a saber: Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana; y Daniel Noboa, de la coalición Acción Democrática Nacional, conformada por el Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER. Una vez más la izquierda y la derecha se confrontan.
En mayo de este año, a raíz del estallido mediático del Caso Encuentro, en el que salieron a la luz los vínculos del gobierno de Lasso con la mafia albanesa, la Asamblea Nacional empezó a tramitar un juicio político en contra del presidente Lasso, por peculado. Éste había sido elegido en 2021 para ejercer la primera magistratura por un período que debería haber concluido en 2025; no obstante, y tras una votación aprobatoria, el juicio político contra Lasso se inició el 16 de mayo, con la comparecencia del propio presidente de la República ante el parlamento. Sin embargo, en una maniobra política de manual, Guillermo Lasso expedía el Decreto 741, ordenando la disolución de la Asamblea Nacional, y convocando a elecciones presidenciales y legislativas extraordinarias para completar el período constitucional, proceso conocido como “muerte cruzada“.
En la ocasión, Lasso argumentó que la disolución de la Asamblea Nacional obedecía a la grave crisis política que atravesaba el país, así como a la consiguiente conmoción interna, no requiriendo para su dictamen del consentimiento previo de la Corte Constitucional. De inmediato, legisladores de la Izquierda Democrática y Partido Social Cristiano solicitaron a la mencionada Corte que dictaminara que el decreto del Presidente era inconstitucional, demanda que no fue admitida por la Corte. Esa fue la génesis del proceso que hoy enfrenta a las urnas, por segunda vez en el año, a los ciudadanos y ciudadanas del Ecuador.
En cuanto a los dos contendores que se enfrentan este domingo, la candidatura presidencial del Movimiento Revolución Ciudadana (RC) fue originalmente para el exvicepresidente Jorge Glas. Pero éste declinó la postulación y postuló en su lugar a su correligionaria Luisa González como candidata presidencial de la izquierda, consiguiendo ésta la primera mayoría en la primera vuelta de la presidencial.
Durante la etapa de pre-campaña, Luisa González se enfocó en recorrer el país junto a su binomio y los candidatos a asambleístas en caravanas en vehículos y bicicletas. La principal propuesta de González, ha sido retomar el proyecto político del gobierno de Correa, con la recuperación de las obras públicas construidas en aquel gobierno y la eficiencia en las instituciones públicas. En el ámbito de la seguridad plantea declarar emergencia de seguridad nacional y una inversión inicial de 500 millones de dólares para la lucha de la fuerza pública contra la delincuencia; además, propone reestructurar los ministerios del Interior y de Gobierno, y purgar las fuerzas de seguridad, entre las medidas más importantes.
Por su parte, Daniel Noboa, también ex asambleísta e hijo del empresario Álvaro Noboa, se encontraba formando su tienda política propia, llamada Acción Democrática Nacional (ADN), al momento del llamamiento a elecciones. Como su agrupación política aún no estaba por entonces inscrita en el Comité Nacional Electoral, presentó su candidatura presidencial bajo el patrocinio del Movimiento Pueblo, Igualdad y Democracia y el Movimiento MOVER (anteriormente llamado Alianza PAIS). Dicha coalición política fue inscrita con el nombre de la agrupación política de Noboa.
El candidato derechista ha enfocado su campaña en recorrer el país de forma tradicional, promocionando su imagen en redes sociales, promoviendo el trabajo social y médico realizado por las fundaciones del Grupo Noboa de su padre coordinados por su madre Annabella Azín y su labor como asambleísta cuando fue Presidente de la Comisión de Desarrollo Económico.
Entre sus principales propuestas, se encuentran: invertir en infraestructura para mejorar las condiciones de los centros penitenciarios, establecer regulaciones para proteger datos personales y capacitaciones, así como recursos para que el sistema judicial y las fuerzas de seguridad puedan enfrentar y prevenir delitos cibernéticos. No obstante, en su plan de gobierno es notoria la ausencia de políticas contra el narcotráfico y el crimen organizado, los dos problemas más acuciantes a nivel país en Ecuador hoy día.
