Cinco meses después de revelarse el escándalo de Democracia Viva, la diputada Catalina Pérez (suspendida de su militancia en RD) habló por primera vez en profundidad sobre el caso que involucra a su expareja Daniel Andrade -entonces representante legal de la fundación- y su exjefe de gabinete Carlos Contreras, quien como seremi de Antofagasta visó los millonarios convenios.
El caso fue revelado públicamente el viernes 16 de junio por el medio digital Timeline de Antofagasta, en un reportaje que informó que n dos meses la fundación de pareja de la diputada Pérez se adjudicó $426 millones en convenios con Seremi de Vivienda de Antofagasta.
En entrevista con La Tercera, señaló que “han sido meses bien complejos, dolorosos, difíciles. He tenido que rearmar varios aspectos de mi vida a nivel personal y a nivel político. Siento que he tenido que partir de cero, pero estoy mejor, recomponiéndome. Espero que los procesos de investigación vayan avanzando, no tengo nada que ocultar: no me he robado nada, no he intercedido por ninguna fundación y con esa convicción sigo adelante”.
Consultada si sabía cómo funcionaba la fundación, respondió que “jamás me interioricé de los aspectos operacionales o de los aspectos financieros de Democracia Viva. Evidentemente, sabía en qué trabajaba mi pareja. Sabía que tenía una fundación que desarrollaba trabajo territorial en distintos lugares de Chile. Participé de actividades de la fundación, como participo diariamente de actividades de muchísimas fundaciones. Era vicepresidenta de la Cámara, además, ¿no?”.
También aseguró que denunció los hechos “la primera semana de junio, cuando me llega la información, inmediatamente me comunico con autoridades de partido y de gobierno y le pido a mi equipo que recurra a Contraloría. Luego esto se conoce públicamente la semana siguiente. Yo siempre lo comuniqué todo al partido, todo lo que yo iba sabiendo lo iba comunicando. Nunca guardé información para mí”.
Además, aseguró que “ahora, viéndolo en perspectiva, no tenía conocimiento de la mayoría de las cosas. Nunca supe el monto de los convenios, la modalidad de asignación, cómo se entregaban estos recursos que eran vía trato directo, qué requisitos eran necesarios para que esto se estableciera”.
“Todo lo que conocemos hoy día, que es una modalidad que además ahora, al parecer, sabemos no opera solamente en Antofagasta, sino que operaba en las 15 regiones del país, según lo que Contraloría ha podido señalar, no era algo que fuera parte de mi conocimiento“, añadió.
Consultada sobre su imagen de niña símbolo de la corrupción, respondió que “me dan mucha angustia las cosas que se han dicho sobre mí. Trabajo desde los 16 años. No tengo miedo a partir de nuevo en ningún caso, pero sí me parece escalofriante lo que se ha dicho”
Agregó que “pararme a decir que no he robado plata, que no he ejercido tráfico de influencias, que no me he beneficiado de ninguna manera, me parece muy doloroso. Pero creo que como todo en la vida se arregla trabajando con persistencia y con la tranquilidad de que las investigaciones judiciales van a avanzar”.