Úvula, fotolibro de la artista y fotógrafa conocida como Emilia Insecta, es un proyecto desarrollado durante los últimos tres años y que tiene como base la propia experiencia de la autora habitando la selva valdiviana –específicamente Chaihuín–, lugar inmerso en ríos, mar, bosques y seres que inspiran esta investigación.
Todo comenzó durante la pandemia en base a preguntas ecológicas y filosóficas, ¿Cómo un virus, un ente invisible, puede acabar con la humanidad? ¿Qué importancia tiene el micromundo en nuestra construcción de la realidad?
En entrevista con Radio Universidad de Chile, Emilia Duclos describió una de las imágenes para entender “este viaje”.
La también periodista afirmó que está “convencida de que toda reflexión entra primero por los sentidos”.
La obra intenta abrir preguntas sobre cómo observamos y contemplamos el micromundo y comparte una experiencia que invita a activar la imaginación y la reflexión a través de la imagen, poesía y texturas desde el sur de Chile.
“Nada está dicho de manera exacta. Cómo nos relacionamos con aquellos seres invisibles, da algunas luces y respuestas sobre el origen de la vida, como nos conformaron desde un principio…Hasta hoy, siguen presentes en nuestros cuerpos. La mayor parte de la vida es bacterial y microscópica” comentó.
A través también de la investigación científica, Emilia intentó presentar este universo con códigos propios para conectar con emociones primitivas a través del arte.
“Entender la materia orgánica y no orgánica como parte de un mismo entramado. En el planeta ya convivimos con bastante basura y este libro cuestiona ese lugar porque también tiene láminas de biomaterial que están mutando constantemente” reflexionó.
La iniciativa contó con diferentes colaboradores. Entre ellos, relató el trabajo con el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (Labva). La fotógrafa recordó que “con ellos ya había trabajado y los invité a qué desarrolláramos 250 láminas para el libro”. ¿Con qué materiales? El agar-agar y la carragenina (derivados de algas), intervenidos con pigmentos naturales y elementos orgánicos como trozos de algas, arcilla, etc.
Constanza Araya, fotógrafa y artista, fue quien lideró el proceso de edición y relato visual del libro. Estela Morales fue la encargada de diseñar y diagramar, y Martina Pedreros la editora de todos los textos que acompañan las imágenes. Participó también Jorge Díaz, biólogx y activista transfeminista con el que la autora del libro mantuvo durante tres meses una correspondencia vía correo electrónico.
Pandora Labtextil fue la encargada de crear los envoltorios del fotolibro “Úvula”, de la microeditorial Tinta Negra, asemejando las membranas celulares. Éstas consisten en bolsas de algodón estampadas a mano con tintes naturales.
Luego de ser lanzado en las ciudades de Valdivia y Temuco, el fotolibro se presentó en Santiago con música en vivo y una lectura poética. La actividad fue en el espacio Sala de Máquinas, espacio-taller dedicado a la imagen fotográfica, ubicado en Barrio Bellavista.
Posteriormente, quedará disponible en la Biblioteca Nacional para su observación y a la venta en la Librería Nacional. También fue parte durante este mes del Festival Latinoamericano de Artes y Tecnologías en Concepción.
“En el micromundo podemos encontrar tal vez más respuestas sobre el origen de la vida y sobre nuestra pequeñez en la existencia que en el universo” concluyó Emilia Insecta.
Úvula, fotolibro de la artista y fotógrafa conocida como Emilia Insecta, es un proyecto desarrollado durante los últimos tres años y que tiene como base la propia experiencia de la autora habitando la selva valdiviana –específicamente Chaihuín–, lugar inmerso en ríos, mar, bosques y seres que inspiran esta investigación.
Todo comenzó durante la pandemia en base a preguntas ecológicas y filosóficas, ¿Cómo un virus, un ente invisible, puede acabar con la humanidad? ¿Qué importancia tiene el micromundo en nuestra construcción de la realidad?
En entrevista con Radio Universidad de Chile, Emilia Duclos describió una de las imágenes para entender “este viaje”.
La también periodista afirmó que está “convencida de que toda reflexión entra primero por los sentidos”.
La obra intenta abrir preguntas sobre cómo observamos y contemplamos el micromundo y comparte una experiencia que invita a activar la imaginación y la reflexión a través de la imagen, poesía y texturas desde el sur de Chile.
“Nada está dicho de manera exacta. Cómo nos relacionamos con aquellos seres invisibles, da algunas luces y respuestas sobre el origen de la vida, como nos conformaron desde un principio…Hasta hoy, siguen presentes en nuestros cuerpos. La mayor parte de la vida es bacterial y microscópica” comentó.
A través también de la investigación científica, Emilia intentó presentar este universo con códigos propios para conectar con emociones primitivas a través del arte.
“Entender la materia orgánica y no orgánica como parte de un mismo entramado. En el planeta ya convivimos con bastante basura y este libro cuestiona ese lugar porque también tiene láminas de biomaterial que están mutando constantemente” reflexionó.
La iniciativa contó con diferentes colaboradores. Entre ellos, relató el trabajo con el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (Labva). La fotógrafa recordó que “con ellos ya había trabajado y los invité a qué desarrolláramos 250 láminas para el libro”. ¿Con qué materiales? El agar-agar y la carragenina (derivados de algas), intervenidos con pigmentos naturales y elementos orgánicos como trozos de algas, arcilla, etc.
Constanza Araya, fotógrafa y artista, fue quien lideró el proceso de edición y relato visual del libro. Estela Morales fue la encargada de diseñar y diagramar, y Martina Pedreros la editora de todos los textos que acompañan las imágenes. Participó también Jorge Díaz, biólogx y activista transfeminista con el que la autora del libro mantuvo durante tres meses una correspondencia vía correo electrónico.
Pandora Labtextil fue la encargada de crear los envoltorios del fotolibro “Úvula”, de la microeditorial Tinta Negra, asemejando las membranas celulares. Éstas consisten en bolsas de algodón estampadas a mano con tintes naturales.
Luego de ser lanzado en las ciudades de Valdivia y Temuco, el fotolibro se presentó en Santiago con música en vivo y una lectura poética. La actividad fue en el espacio Sala de Máquinas, espacio-taller dedicado a la imagen fotográfica, ubicado en Barrio Bellavista.
Posteriormente, quedará disponible en la Biblioteca Nacional para su observación y a la venta en la Librería Nacional. También fue parte durante este mes del Festival Latinoamericano de Artes y Tecnologías en Concepción.
“En el micromundo podemos encontrar tal vez más respuestas sobre el origen de la vida y sobre nuestra pequeñez en la existencia que en el universo” concluyó Emilia Insecta.
Úvula, fotolibro de la artista y fotógrafa conocida como Emilia Insecta, es un proyecto desarrollado durante los últimos tres años y que tiene como base la propia experiencia de la autora habitando la selva valdiviana –específicamente Chaihuín–, lugar inmerso en ríos, mar, bosques y seres que inspiran esta investigación.
Todo comenzó durante la pandemia en base a preguntas ecológicas y filosóficas, ¿Cómo un virus, un ente invisible, puede acabar con la humanidad? ¿Qué importancia tiene el micromundo en nuestra construcción de la realidad?
En entrevista con Radio Universidad de Chile, Emilia Duclos describió una de las imágenes para entender “este viaje”.
La también periodista afirmó que está “convencida de que toda reflexión entra primero por los sentidos”.
La obra intenta abrir preguntas sobre cómo observamos y contemplamos el micromundo y comparte una experiencia que invita a activar la imaginación y la reflexión a través de la imagen, poesía y texturas desde el sur de Chile.
“Nada está dicho de manera exacta. Cómo nos relacionamos con aquellos seres invisibles, da algunas luces y respuestas sobre el origen de la vida, como nos conformaron desde un principio…Hasta hoy, siguen presentes en nuestros cuerpos. La mayor parte de la vida es bacterial y microscópica” comentó.
A través también de la investigación científica, Emilia intentó presentar este universo con códigos propios para conectar con emociones primitivas a través del arte.
“Entender la materia orgánica y no orgánica como parte de un mismo entramado. En el planeta ya convivimos con bastante basura y este libro cuestiona ese lugar porque también tiene láminas de biomaterial que están mutando constantemente” reflexionó.
La iniciativa contó con diferentes colaboradores. Entre ellos, relató el trabajo con el Laboratorio de Biomateriales de Valdivia (Labva). La fotógrafa recordó que “con ellos ya había trabajado y los invité a qué desarrolláramos 250 láminas para el libro”. ¿Con qué materiales? El agar-agar y la carragenina (derivados de algas), intervenidos con pigmentos naturales y elementos orgánicos como trozos de algas, arcilla, etc.
Constanza Araya, fotógrafa y artista, fue quien lideró el proceso de edición y relato visual del libro. Estela Morales fue la encargada de diseñar y diagramar, y Martina Pedreros la editora de todos los textos que acompañan las imágenes. Participó también Jorge Díaz, biólogx y activista transfeminista con el que la autora del libro mantuvo durante tres meses una correspondencia vía correo electrónico.
Pandora Labtextil fue la encargada de crear los envoltorios del fotolibro “Úvula”, de la microeditorial Tinta Negra, asemejando las membranas celulares. Éstas consisten en bolsas de algodón estampadas a mano con tintes naturales.
Luego de ser lanzado en las ciudades de Valdivia y Temuco, el fotolibro se presentó en Santiago con música en vivo y una lectura poética. La actividad fue en el espacio Sala de Máquinas, espacio-taller dedicado a la imagen fotográfica, ubicado en Barrio Bellavista.
Posteriormente, quedará disponible en la Biblioteca Nacional para su observación y a la venta en la Librería Nacional. También fue parte durante este mes del Festival Latinoamericano de Artes y Tecnologías en Concepción.
“En el micromundo podemos encontrar tal vez más respuestas sobre el origen de la vida y sobre nuestra pequeñez en la existencia que en el universo” concluyó Emilia Insecta.
