La Fiscalía Regional de Arica y Parinacota abrió en la tarde de ayer una investigación por eventuales apremios ilegítimos que vivieron los conscriptos en Putre, situación que también incluye la muerte de Franco Vargas, ocurrida el sábado 27 de abril pasado, mientras realizaba instrucción militar en la Brigada Huamachuco.
Según consigna hoy El Mercurio, la indagatoria iniciada por la fiscalía surge a partir de la denuncia enviada por el jefe regional del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Miguel Peralta, al fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera.
En el documento, Peralta argumenta que “junto al joven fallecido se encuentran siete soldados hospitalizados tanto en Arica como en el Hospital Militar de Santiago, dos en estado de máxima gravedad, y 38 aislados en la misma unidad militar con un cuadro infeccioso respiratorio”.
El mismo escrito agrega que “esta exposición por parte de funcionarios del Ejército a personas no capacitadas aun para este tipo de entrenamiento, sin las vestimentas adecuadas para enfrentar la situación, conlleva a lo menos investigar hechos de apremios ilegítimos u otros tratos crueles, inhumanos o degradantes establecidos en el artículo 150 D del Código Penal”.
Si bien el Ministerio Público inició la indagatoria, se encuentra evaluando su competencia en el caso, porque este hoy es instruido por la justicia militar.
Durante la misma jornada de ayer, el INDH confirmó que se encuentra preparando una querella contra quienes resulten responsables por el mismo posible delito que denuncia.
Versiones enfrentadas
En el marco de la indagatoria por la muerte del conscripto Franco Vargas, ayer surgió un nuevo antecedente. De acuerdo con la información que publica hoy El Mercurio, en una sesión del concejo municipal de Putre, se conoció el relato del doctor Aldo Rivera, director del Centro de Salud Familiar (Cesfam) de esa comuna, el primer recinto sanitario al que fue llevado Vargas.
Según Rivera, en los registros del consultorio consta que el soldado llegó a las 6:52 horas, en una camioneta del Ejército y “sin previo aviso”, lo que consideró un detalle relevante, porque en el lugar no había un médico presente y hubo que llamarlo de urgencia.
“Se constata que esta persona venía sin signos vitales ni con respuesta a estímulos verbales o físicos”, preciso Rivera. Mientras el personal iniciaba maniobras de reanimación, explicó, se llamó al médico de turno. “Después de seis ciclos de reanimación pulmonar, el médico de turno procede a declarar el fallecimiento del conscripto”, añadió.
Su versión contrasta con la entregada el viernes por el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Rodrigo Pino, quien aseguró que, “de acuerdo con los antecedentes que figuran, el soldado llegó con signos vitales, vivo al Cesfam”.
Según planteó, mientras se esperaba la llegada del médico, una TENS y un enfermero militar iniciaron las maniobras de reanimación, pero “al soldado se le habría generado un paro cardiorespiratorio”.
Luego agregó, el médico “continuó con la reanimación y lamentablemente se constató su muerte a partir de las 7:12 de ese día”.