Callejeando por Santiago: recorrer la ciudad y vivir la experiencia urbana todo el año

Rutas de Santiago, Ruteando y La forma del patrimonio, son tres organizaciones que no solo te invitan a visitar la capital en cualquier momento, sino que te animan a crear comunidad y vincularte con el territorio santiaguino.

Rutas de Santiago, Ruteando y La forma del patrimonio, son tres organizaciones que no solo te invitan a visitar la capital en cualquier momento, sino que te animan a crear comunidad y vincularte con el territorio santiaguino.

El próximo 25 y 26 de mayo se conmemora el Día de los Patrimonios, un evento multitudinario que congrega a millones de personas y que este año cuenta con actividades gratuitas, virtuales y presenciales a lo largo de todo Chile.

Ad portas de esta celebración, que cumple 25 años, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con tres organizaciones que nos invitan a recorrer Santiago durante todo el año, a crear comunidad y a vincularnos con nuestro entorno, para así cuidar y valorar el patrimonio cultural de la ciudad.

Rutas de Santiago y la importancia de callejear

Esta comunidad de amigos y conocidos nació hace seis años cuando dos de sus integrantes hicieron el curso de guías de patrimonios de Santiago. Este año volvieron a retomar sus actividades, luego de paralizar los recorridos momentáneamente debido a la pandemia.

“La idea es un fin de semana o un domingo al mes, elegir algún lugar para conocer o reconocer su historia y su cultura, lo arquitectónico de los barrios de la ciudad de Santiago”, afirma una de las fundadoras de la organización, Alejandra de la Barra. 

Esto, con el objetivo de reencantarse con la ciudad, pues para Alejandra estamos inmersos una crisis de seguridad y lo que hemos hecho como sociedad es no habitar los espacios “entonces, con estas salidas lo que se hace también es, aparte de conocer la historia de los lugares, es poder caminar en libertad, con cierta soltura, callejear, como le llamamos, y disfrutar de lo que nos ofrece Santiago y sus distintos barrios más tradicionales, icónicos e históricos“, añade la fundadora de la organización.

Rutas de Santiago retomó en enero cuando amigos y conocidos se cambiaron a vivir al Barrio Yungay e hicieron una ruta artística por el sector con un grupo de más de 40 personas. Así, continuaron en marzo con el cerro Santa Lucía y en abril hicieron el kilometro cero en Plaza de Armas. Y en mayo, decidieron recomendar a su comunidad algunas rutas dentro del abanico infinito que ofrece el Día de los Patrimonios.

La cofundadora de la organización explica que los recorridos que hacen son gratuitos y lo más importante es “llevar las ganas de caminar entre dos a tres horas”. De esta manera, “el callejeo” esta abierto para que los caminantes puedan contar alguna historia sobre los lugares, algún dato interesante o hagan preguntas.

“Es entretenido porque después en los grupos de WhatsApp que se arman para juntarse y recorrer se entregan los datos que aparecen en la prensa, sobre la historias que estuvimos viendo o alguien aclara algún tema que quedó como pregunta. Se arma una comunidad que le gusta lo mismo, conocer de la historia de Chile o de Santiago, en este caso, precolonial, colonial, republicana y también actual”, agrega De la Barra. 

Ruteando: Rutas patrimoniales como experiencia urbana

El primer recorrido de Ruteando fue en mayo de 2023, cuando un grupo de amigos y profesionales jóvenes ligados al mundo de la arquitectura y el urbanismo decidieron ir más allá de lo teórico. “Teníamos ganas de salir a la ciudad y recorrerla, de compartir con la gente, de acercar a las personas con su entorno”, comenta la cofundadora del proyecto, Francisca Molinos.

Para Francisca, lo más importante es que las personas puedan conocer los lugares donde habitan, hacer uso de los espacios públicos y tener un vínculo con las ciudades.

“El tema también es el disfrute de las ciudades, uno esta super concentrado en ir a trabajar o  ir a estudiar, en volver a la casa, y se pierde un poco esa conexión que se tiene con la ciudad, entonces, no es lo mismo hacer un trayecto, que uno hace todos los días, que realizarlo porque quiero ir a conocer y disfrutar”, señala. 

Sobre sus recorridos, lo interesante de Ruteando, es que no tienen una sola línea para aproximarse a lo lugares, sino que lo que prima es la creatividad. “En ese sentido, entre nosotros somos super apañadores, si alguien tiene una idea, la potenciamos y vamos buscando, pero principalmente tenemos dos maneras de llegar a la ruta”, detalla Molinos. 

De esta forma, llegan a través de una temática, por ejemplo, desde la literatura, el arte o la memoria. También, lo hacen desde un territorio que les interese y a partir de ahí ven los tópicos que podrían abordar. La cofundadora además aplica una tercera forma: “Nos ha pasado harto y nos gusta mucho hacer colaboraciones, por ejemplo, con juntas de vecinos, hacemos el contacto y vamos trabajando en conjunto”.

Las rutas de este proyecto, conformado por seis integrantes, se caracterizan por la construcción colectiva. Molinos relata que lo interesante es que si bien ellos arman la ruta, “nosotros aprendemos muchísimo, no solo en términos teóricos o del conocimiento”.

Al final, nosotros siempre decimos que nuestras rutas patrimoniales son una experiencia urbana y eso también se crea por las diferentes vivencias de todas las personas que van a la ruta, las conversaciones que se dan y nosotros, además de dar la información, nos gusta mucho ese intercambio de experiencias, entonces, generamos diferentes dinámicas para potenciar eso a través de distintas actividades. Por ejemplo, algo que hemos hecho e innovado un poco son los Rutalleres”, cuenta. 

La forma del patrimonio: la construcción y los materiales como protagonistas

Santiago Sáenz es ingeniero estructural especialista en patrimonios. Llegó a los recorridos luego de agarrarle el gusto a la historia cuando estaba en la universidad.

“Me di cuenta que la historia me gusta, pero que soy malo, y que la ingeniería, que no me gusta tanto, se me da bien. Entonces, había un punto intermedio que es este patrimonio arquitectónico, que trae un poquito de ambas cosas“, narra.

La forma del patrimonio está en internet hace más de un año y medio, donde comparte a través de redes sociales sus conocimientos, los que lleva a terreno en tours. Santiago aclara que el objetivo de su iniciativa es “invitar a las personas a que salgan a las calles, a que traten de palpar un poco la ciudad“.

Por ello, explica que “la educación en redes sociales es muy conveniente, es atractiva, pero es necesario tener una especie de educación cara a cara, poder conversar con las personas y que entren a los edificios, los vean, los toquen”.

Para el especialista en patrimonios, es importante que las personas conozcan su entorno y sus ciudades: “En primer lugar, para que valoren y sepan lo relevante de conservar un inmueble. Y en segundo lugar, para que entiendan su envergadura”.

“Este trabajo tiene la idea de poder mostrar distintas cosas a a diferentes personas, tanto en redes sociales, como en los tours. Cosas que quizás no se les hubiese pasado por la cabeza, lugares que nunca pensaron en visitar o temas importantes de algunos edificios que conocían, pero que no sabían que tenían este detallito tan importante, ese es un poco el objetivo final, la protección de inmueble”, añade Saéz.

El creador de La forma del patrimonio cuenta que el protagonista de sus recorridos son los materiales y la construcción, es así como clasifica sus tours y se aproxima a los lugares: “Hay un edificio que es el característico de la construcción de adobe, otro que es la construcción de ladrillo, uno que es mampostería de piedra irregular, hay otro que es de hormigón”, describe.

Sobre sus rutas, Santiago Sáez afirma que su momento favorito, y cuando la gente más se impresiona, consiste en mostrarles una foto histórica del edificio. “Eso a mí me gusta mucho porque en mis tours yo utilizo muchas fotografías y es como ‘oh no puede ser, porque nunca nadie me contó que esto fue así en algún minuto'”, relata.

A Sáez le “gusta mucho que la gente imagine y sueñe sobre el pasado”, pero reconoce que en los tours hay guiar un poco a las personas “para que la imaginación no se desate y piensen cualquier cosa que quizás nunca existió”.





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