Tres son los seguros de salud sustitutivos que existen hoy en nuestro país: Fuerzas Armadas, Isapres y FONASA, concentrando este último a un 78 por ciento de los pacientes, mientras las Isapres retienen al 16 por ciento de éstos.
La estructura de este sistema de salud se basa en un bajo gasto público (32 por ciento) y un alto gasto de bolsillo (37 por ciento), comparado con otros países de la OCDE, lo que afecta particularmente a la población adscrita al seguro público. Asimismo, el sector isapre, al seleccionar por riesgo a sus afiliados, afecta el financiamiento de FONASA, que concentra a la población con mayor morbilidad y mayores necesidades sociales, y que recibe una cantidad importante de migración desde isapres durante la adultez tardía o enfermedad de los pacientes, por lo que se termina haciendo cargo de una población con gran carga de enfermedad, que durante sus años más sanos entregó sus cotizaciones a las isapres.
Estas condiciones, reveladas en detalle esta mañana por una comisión de expertos de la Escuela de Salud Pública (ESP) de U. de Chile y el Colegio Médico, generan un financiamiento poco equitativo entre el seguro público y los privados, y es por ello que surge entre estas dos instituciones la iniciativa de plantear una propuesta al financiamiento a la salud que reforme el sistema y que pueda ser debatida por diversos actores e instituciones del país.
“Cuando vemos a nuestros pacientes empobrecidos, endeudados, discriminados por ser enfermos, ancianos o mujeres, efectivamente hay algo en el sistema que tenemos que resolver”, dijo Izkia Siches, presidenta del Colegio Médico en la presentación de la propuesta.
Junto con señalar que esta es una oportunidad para que miremos el sistema en su conjunto, “podamos ver sus falencias y también podamos trabajar en sus fortalezas”, Siches advirtió en que para poder hacer estas definiciones “necesitamos responder algunas preguntas como sociedad: ¿En Chile vamos a entender el concepto de salud y enfermedad como un concepto individual o lo vamos a hacer de forma colectiva? ¿Cada enfermo se va a hacer cargo de sus padeceres o nos vamos a hacer cargo como sociedad de nuestros enfermos, de nuestros ancianos, de nuestras mujeres que hoy por el solo hecho de tener útero son discriminadas en nuestro país?”.
“Esperamos que esto sea parte de una discusión país. Nos angustia que las personas sepan que la calidad y la atención de salud en Chile dependa de la capacidad de pago”, señaló Patricia Frenz, directora de la Escuela de Salud Pública, quien también intervino antes de la exposición de la propuesta. “Hoy deberíamos estar pensando de otra manera respecto a lo que podemos decir del sistema de salud”, agregó. Agradeciendo el trabajo a todos quienes trabajaron en la elaboración de la propuesta, Frenz destacó en sus palabras la labor que históricamente ha tenido la ESP para la salud pública de Chile, fundada hace 75 años, y la cual tuviera un rol clave en la gestación de la ley que creó el Servicio Nacional de Salud.
Sobre la propuesta
Los académicos de la ESP, Cristóbal Cuadrado y Francisca Crispi, fueron los encargados de presentar la “Propuesta de Reforma Integral al Financiamiento de la Salud”.
El diagnóstico de la situación actual, fue expuesto por Crispi, quien entre otros puntos explicó la actual estructura de financiamiento, la crisis de legitimidad de las isapres, las inequidades de acceso y la selección de riesgo de los seguros actuales. Respecto al gasto actual del sistema de salud chileno, Crispi afirmó: “Vemos que el componente público es muy bajo en comparación al resto de los países de la OCDE, y por el otro lado, el gasto de bolsillo es muy alto con un 37 por ciento, versus un 19 por ciento en la OCDE. Esto es negativo porque el gasto de bolsillo es regresivo y afecta mayoritariamente a las familias de menores recursos. El principal componente de este gasto es de medicamentos con un 39 por ciento, lo que indica una protección financiera inadecuada de nuestro sistema de salud, especialmente en el área de medicamentos”, afirmó Crispi.
Respecto a la estructura de fragmentación y segmentación de la población en el sistema, que se divide entre los seguros isapres, Fonasa y las Fuerzas Armadas, Crispi señaló: “Vemos que estos seguros tienen carácter de sustitutivos, o sea, las personas están en un seguro o en otro. Esto presenta una diferencia importante con respecto a otros países desarrollados de la OCDE, en el cual estos seguros tienen carácter de complementarios”.
Tras la presentación sobre la situación actual, Cristóbal Cuadrado presentó la propuesta de la comisión, que plantea como uno de sus principales ejes la creación de un Seguro Único de Salud para la población. “Tenemos que ser capaces de explicitar un plan que sea universal de salud, y que sea capaz de decirle a los ciudadanos cuáles son todas las garantías que ellos pueden reclamar al seguro único, con estándares de calidad, de oportunidad y de protección financiera suficientes, que permitan avanzar en garantizar el acceso a la salud como un derecho”, dijo el especialista.
El Seguro Único de Salud regiría para todas las personas que viven en el territorio nacional, teniendo como uno de sus objetivos avanzar en el corto plazo en la reducción del gasto de bolsillo de la población, así como a mejorar la oportunidad de la atención, avanzando en establecer garantías de tiempos máximos en el que el seguro tenga que hacerse cargo.
Sobre las isapres, dentro de la propuesta se plantea que éstas abandonen su rol como seguros sustitivos dentro de la seguridad social. “Eso implica que el espacio que van a tener va a ser en el aseguramiento complementario, entregando beneficios que no están incluidos del plan de salud universal, en que personas que tengan capacidad de pago podrían querer tener acceso con una cobertura de previsión financiera distinta”, indicó el especialista.
El Seguro Único de Salud, terminaría con la segmentación y fragmentación del sistema, permitiendo en palabras de Cuadrado, “que de una vez por todas el sistema de salud chileno no deje a nadie atrás y que la lógica que tenga sea una lógica sustentable, social y económicamente en el tiempo”.
Discusión de la iniciativa
Presente en la actividad, el senador y presidente de la Comisión de Salud del Senado, Guido Girardi, valoró la entrega de esta propuesta y aseguró que “el gran desafío que tenemos por delante es justamente entender que las políticas públicas no se pueden seguir haciendo entre las cuatro paredes del parlamento, sino que requieren este planteamiento colaborativo”. Asimismo, advirtió que “hay una deuda con Chile” en este ámbito y que actualmente “tenemos todas las condiciones y todas las capacidades para trabajar juntos y ofrecerle a este país un proyecto de salud que se haga cargo de este desafío”.
Aunque no pudo estar presente en la ceremonia, el diputado y presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Juan Luis Castro, envió un saludo a los participantes, señalando que el financiamiento de la salud en Chile “ha sido un problema histórico en que permanentemente la queja por la falta de recursos, y a la vez, la queja por problemas de gestión nos ha acompañado por mucho tiempo por una profunda insatisfacción de los usuarios. Valoro enormemente que el Colegio Médico haya tomada esta iniciativa, estoy dispuesto a que lo conversemos en la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, porque es ineludible pensar en una reforma más profunda al sistema de salud chileno”.
Tras la exposición del proyecto, los ex ministros de Salud, Jaime Mañalich, Helia Molina, Jorge Jiménez de la Jara, y el senador Guido Girardi ofrecieron un análisis de ésta, en un panel que fue moderado por la doctora Soledad Martínez, jefa del Programa de Políticas, Sistemas y Gestión en Salud de la ESP.