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Inauguran exposición artística a 85 años del arribo del Winnipeg en la U. de Chile

Con motivo de conmemorar un año más de este hito de solidaridad internacional, además, se presentó la segunda edición de "2000 del Winnipeg. Diario de a bordo" de Josu Chueca.

Monserrat Lorca

  Sábado 14 de septiembre 2024 12:02 hrs. 
Winnipeg L-33

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En un trabajo colaborativo establecido entre la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile y la institución vasca Intxorta 1937 Kultur Elkartea, esta jornada se presentó la segunda edición del libro que rescata la historia de refugiados españoles a bordo del Winnipeg en 1939.

La instancia consideró la exposición de su autor, Josu Chueca Intxusta, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco. Al respecto, señaló que “dentro de la triste historia de la Guerra Civil Española y los hechos que le acompañaron, este libro e historia que presentamos es un ejemplo bonito que ocurrió en 1939 y este es el motivo que plasma el libro”.

Para la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba, la U. de Chile abre sus puertas para recibir estas actividades en el marco de la conmemoración de los 85 años de la llegada del Winnipeg a Chile. “Lo hacemos en esta semana tan significativa y dolorosa para nuestro país, cuando conmemoramos los 51 años del golpe de Estado en Chile, que tuvo como una de sus más dolorosas consecuencias el exilio de miles de chilenos. Por ello, la proeza del Winnipeg nos resuena intensamente”.

En tanto, el delegado del Gobierno Vasco en Chile, Perú y Colombia, Rafael Kutz, destacó que en esta segunda edición se presenta una ampliación muy grande de archivos conseguidos en Chile. “Pero, además, vemos cómo esto se complementó con la exposición visual de Cecilia Zabaleta, que ayuda a promocionar de una manera más directa y más fácil para el público, el poder entender qué fueron los diarios de a bordo, cómo se enlaza con el drama del exilio, cómo se engarza con la esperanza de llegar a este nuevo territorio que los acoge, por lo que creo que la combinación de ambas va a ayudar a que esto llegue a un público más amplio, más general”.

Durante la actividad se presentó la experiencia que se vivió en la travesía del Winnipeg, en donde también surgieron actividades culturales y recreativas, incluido el canto, que unió a un grupo de exiliados vascos liderados por Ramón de Muguruza, formando un coro que se convirtió en un espacio de encuentro, de expresión y de resistencia. Al llegar a Chile, este coro se fusionó con el Orfeón Vasco de Santiago, una agrupación preexistente, dando origen al Coro Vasco de Chile, agrupación artística que presentó su arte durante la jornada.

Asimismo, la presentación del libro consideró la participación de Juan Ramón Garai Bengoa, quien desde 1986 trabaja en la recuperación de la memoria histórica. Comenzó su trabajo como miembro de Oktubre Taldea y desde entonces, investiga todo lo relacionado con la resistencia al fascismo. “Parece ser que el destino nos ha contactado con aquellos heridos de la época al poder reflotar sus huellas”, sugirió en sus primeras palabras.

En esa línea, Garai recordó en la presentación los primeros hitos que permitieron la publicación de este libro. “Cuando Josu nos dijo que encontró los diarios del Winnipeg en París, dijimos que sí, que se debían publicar, por lo que hicimos las gestiones correspondientes con el gobierno Vasco, quienes aceptaron nuestra propuesta y nos ayudaron con la exposición. Así fue como todo comenzó a andar”, explicó.

En tanto, el autor de la publicación, Josu Chueca Intxusta resaltó en su presentación la contingencia del contexto del exilio, el que hoy es posible evidenciar en casos como guerras que acontecen en la actualidad. “El exilio significa la muerte civil”, recalcó el profesor de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco.

Sobre ese dolor, el académico resaltó que todos los golpes de Estado “llevan a la muerte, a la destrucción y al exilio. Vemos que hay gente que tiene que escapar.” Tal fue el caso de la Guerra Civil Española, en donde el exilio abarcó al conjunto de la sociedad: niños, niñas y mujeres. Se calcula en 450 mil las personas que debieron marcharse hasta la frontera francesa, “a una frontera que recibió a las personas, pero con condiciones, con campos de concentración”.

2000 del Winnipeg. Diario de a bordo

Con el objetivo de rescatar la memoria en Euskadi, el investigador Josu Chueca realizó un trabajo a fondo de investigación en el Archivo de Francia, lugar en donde encontró ejemplares de un periódico inédito que se desarrolló durante 26 días de los 30 que duró la expedición que zarpó desde costas francesas un 4 de agosto de 1939.

Con más de 2000 tripulantes a bordo y con una diversidad social presente, fue posible encontrar en el Winnipeg este diario que se organizaba en escritos murales de tres páginas, con seis ejemplares por día. El contenido variaba desde historias particulares, hasta noticias del contexto internacional que marcaba la prensa sobre el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial. Gracias a la comunicación por radio, fue posible dar a conocer las principales noticias de España y Europa.

Esta nueva edición presentada en la U. de Chile recopila importantes antecedentes de casi 2000 pasajeros, sumando casi 500 fotografías y relatando en algunos casos detallados nombre completo, lugar de origen, edad, oficio, militancia política, entre otros datos históricos de quienes iban a bordo.

“Diario de a bordo. Cartografía interior”: Exposición artística

La jornada continuó en el Salón de Imaginarios con la inauguración de la exposición “Diario de a bordo” de la artista visual Cecilia Zabaleta y su curador, Roberto Fuertes. Memoria, historia y reflexión sobre la vida y el exilio, son parte de este relato que estará disponible hasta el 20 de enero de 2025, de martes a jueves de 15:00 a 18:00 horas y viernes de 14:30 a 16:00 horas.

Basada en documentación de archivo, la exposición de Zabaleta se compone de 26 obras que hacen el recorrido por cada uno de los 26 días del diario de a bordo, con la información que aporta el documento y su contenido, en confluencia con documentación biográfica de las y los pasajeros. Para la artista visual, esta exposición “intenta acercarse a un imaginario colectivo interior de los pasajeros y es una búsqueda del sentir más íntimo de las y los exiliados que venían en el Winnipeg”.

Nieta de un sobreviviente de la guerra y tripulante del Winnipeg, Zabaleta planteó que esta obra también habla del significado de vivir y del sobrevivir, como parte de la resistencia que vivió su abuelo. “Había en ellos una herida, que a otra generación nos ha tocado destapar, como una especie de sanación transgeneracional, o como dice Juan Ramón Garai, al menos a través de la memoria, hacer un gesto de reparación”.

Para Zabaleta, esta obra también es una reflexión necesaria en relación a los desplazamientos forzados y la violencia política. “Todas las formas de violencia son hechos que no pueden sernos indiferentes, por lo que debemos como sociedad avanzar hacia una cultura que defienda y promueva activamente la paz y los derechos humanos”.

Asimismo, el curador de la obra, Roberto Fuertes, repasó la relevancia artística y de memoria que conlleva esta obra. “Se nos presenta una propuesta artística de gran valor compositivo, tanto en el uso de los elementos, como en la elaboración discursiva de las obras y el contenido de las mismas”. En tanto, Fuertes destaca que esta obra coloca en diálogo la tríada: arte, memoria y archivo, “en una propuesta narrativa que subraya el valor de las artes para abordar temáticas de memoria y colocar en circulación en el presente las huellas del exilio”.

Sobre la historia del Winnipeg

El 4 de agosto de 1939 zarpó desde costas francesas el barco carguero Winnipeg. A bordo, más de 2000 refugiados españoles huían de la barbarie desatada durante la Guerra Civil Española al mando de Francisco Franco. Con destino al puerto de Valparaíso, la expedición se extendió durante 30 días.

Durante el gobierno del entonces presidente Pedro Aguirre Cerda, se designó como cónsul especial de inmigración española a Pablo Neruda. Su misión fue relevante: coordinar el apoyo humanitario que brindó Chile a más de 2000 españoles que sufrieron los embates del exilio en su tierra natal. La primera y gran acción consistió en coordinar los esfuerzos necesarios para trasladar vía marítima a este grupo desde Pauillac, Francia, hasta Chile.

Durante 30 días la embarcación movilizó a niños, niñas, adultos y personas mayores. Una generación diversa en donde la variedad de orígenes logró el encuentro entre pares de nacionalidad. Se estima que doscientos cincuenta eran de origen vasco.

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