Una verdadera batahola diplomática causó la decisión de la Asamblea Nacional Venezolana de inhabilitar a un grupo de parlamentarios chilenos que participarían como observadores del proceso eleccionario que se llevará a cabo en septiembre en ese país.
La controversia comenzó cuando el 13 de junio pasado los senadores chilenos Andrés Allamand (RN) y Patricio Walker (DC) llegaron a Caracas para participar en el encuentro “Parlamentarios del mundo por las Elecciones del 26”, junto a congresistas de derecha de diversos países de Iberoamérica, organizado por el alcalde de oposición, Antonio Ledesma.
En esa oportunidad el parlamentario de la DC declaró públicamente que Venezuela experimentaba una “regresión autoritaria” y habló incluso de la “factibilidad de un fraude electoral”. A esto se sumó resolución que adoptó la semana pasada el Senado chileno de solicitar mayor vigilancia internacional en el proceso electoral venezolano además de la designación de un grupo de parlamentarios para que se desempeñaran como observadores de los comicios.
Las autoridades venezolanas no quedaron indiferentes y el Presidente Hugo Chávez amenazó con no dejar entrar a ninguna comitiva chilena. Ante esto, el diputado venezolano Ricardo Capella comentó a Radio Universidad de Chile que la idea no es vetar la entrada de ninguna comitiva sino que, en el caso de los chilenos, éstos deberían inhabilitarse de su participación, pues ya han manifestado su apoyo hacia un lado en desmedro del otro.
“Si usted viene como observador y es árbitro, no puede opinar sobre ninguno de los contrincantes. Previo al evento, no se puede estar dando su opinión sobre uno de los contendores, por lo que a usted se le inhabilita. Es lo mismo que un árbitro de fútbol dijera que el equipo de A es mejor que el B, hay conflicto de intereses. Por eso, no es que se prohíba. Este es un país libre, democrático, y no le prohíbe la entrada a nadie, pero como observador internacional están inhabilitados por emitir opiniones a favor de una de las partes”, comentó Capella.
Pero las asperezas con Chile no terminan allí. El vicepresidente venezolano, Elias Jaua, se sumó a la polémica señalando que existe “un ataque coordinado desde el exterior, desde el senado fascista de Chile para imponer unos observadores que Venezuela no ha pedido y que no hacen falta”.
En este sentido, el diputado Capella afirmó que estas actitudes no se remiten sólo a nuestro país sino que son reiteradas en el contexto internacional. “Existe una batalla mundial contra lo que está sucediendo aquí y la derecha internacional está haciendo todo lo posible para que este proceso no triunfe”, afirmó.
Finalmente, el parlamentario venezolano indicó que esta polémica sería parte de la estrategia política de la oposición que, apoyándose en la postura internacional, pretende restarle validez al proceso eleccionario.
“La idea de la derecha es desacreditar a nivel internacional el proceso electoral porque tanto en el debate parlamentario y político como en la calle, la oposición no tiene vida, no logra convencer. Entonces urde estas mentiras para ver si la gente lo cree y se convierte en verdad”, manifestó.
Finalmente, Capella precisó que la legislación venezolana establece un Poder Electoral, asimilable a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y que es éste el que reglamenta a los observadores. “Seguramente se convocará a chilenos, pero no pueden venir predispuestos a decir algo sin haber visto nada porque eso quiere decir que se parcializaron con un sector”, concluyó.
Una verdadera batahola diplomática causó la decisión de la Asamblea Nacional Venezolana de inhabilitar a un grupo de parlamentarios chilenos que participarían como observadores del proceso eleccionario que se llevará a cabo en septiembre en ese país.
La controversia comenzó cuando el 13 de junio pasado los senadores chilenos Andrés Allamand (RN) y Patricio Walker (DC) llegaron a Caracas para participar en el encuentro “Parlamentarios del mundo por las Elecciones del 26”, junto a congresistas de derecha de diversos países de Iberoamérica, organizado por el alcalde de oposición, Antonio Ledesma.
En esa oportunidad el parlamentario de la DC declaró públicamente que Venezuela experimentaba una “regresión autoritaria” y habló incluso de la “factibilidad de un fraude electoral”. A esto se sumó resolución que adoptó la semana pasada el Senado chileno de solicitar mayor vigilancia internacional en el proceso electoral venezolano además de la designación de un grupo de parlamentarios para que se desempeñaran como observadores de los comicios.
Las autoridades venezolanas no quedaron indiferentes y el Presidente Hugo Chávez amenazó con no dejar entrar a ninguna comitiva chilena. Ante esto, el diputado venezolano Ricardo Capella comentó a Radio Universidad de Chile que la idea no es vetar la entrada de ninguna comitiva sino que, en el caso de los chilenos, éstos deberían inhabilitarse de su participación, pues ya han manifestado su apoyo hacia un lado en desmedro del otro.
“Si usted viene como observador y es árbitro, no puede opinar sobre ninguno de los contrincantes. Previo al evento, no se puede estar dando su opinión sobre uno de los contendores, por lo que a usted se le inhabilita. Es lo mismo que un árbitro de fútbol dijera que el equipo de A es mejor que el B, hay conflicto de intereses. Por eso, no es que se prohíba. Este es un país libre, democrático, y no le prohíbe la entrada a nadie, pero como observador internacional están inhabilitados por emitir opiniones a favor de una de las partes”, comentó Capella.
Pero las asperezas con Chile no terminan allí. El vicepresidente venezolano, Elias Jaua, se sumó a la polémica señalando que existe “un ataque coordinado desde el exterior, desde el senado fascista de Chile para imponer unos observadores que Venezuela no ha pedido y que no hacen falta”.
En este sentido, el diputado Capella afirmó que estas actitudes no se remiten sólo a nuestro país sino que son reiteradas en el contexto internacional. “Existe una batalla mundial contra lo que está sucediendo aquí y la derecha internacional está haciendo todo lo posible para que este proceso no triunfe”, afirmó.
Finalmente, el parlamentario venezolano indicó que esta polémica sería parte de la estrategia política de la oposición que, apoyándose en la postura internacional, pretende restarle validez al proceso eleccionario.
“La idea de la derecha es desacreditar a nivel internacional el proceso electoral porque tanto en el debate parlamentario y político como en la calle, la oposición no tiene vida, no logra convencer. Entonces urde estas mentiras para ver si la gente lo cree y se convierte en verdad”, manifestó.
Finalmente, Capella precisó que la legislación venezolana establece un Poder Electoral, asimilable a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y que es éste el que reglamenta a los observadores. “Seguramente se convocará a chilenos, pero no pueden venir predispuestos a decir algo sin haber visto nada porque eso quiere decir que se parcializaron con un sector”, concluyó.
Una verdadera batahola diplomática causó la decisión de la Asamblea Nacional Venezolana de inhabilitar a un grupo de parlamentarios chilenos que participarían como observadores del proceso eleccionario que se llevará a cabo en septiembre en ese país.
La controversia comenzó cuando el 13 de junio pasado los senadores chilenos Andrés Allamand (RN) y Patricio Walker (DC) llegaron a Caracas para participar en el encuentro “Parlamentarios del mundo por las Elecciones del 26”, junto a congresistas de derecha de diversos países de Iberoamérica, organizado por el alcalde de oposición, Antonio Ledesma.
En esa oportunidad el parlamentario de la DC declaró públicamente que Venezuela experimentaba una “regresión autoritaria” y habló incluso de la “factibilidad de un fraude electoral”. A esto se sumó resolución que adoptó la semana pasada el Senado chileno de solicitar mayor vigilancia internacional en el proceso electoral venezolano además de la designación de un grupo de parlamentarios para que se desempeñaran como observadores de los comicios.
Las autoridades venezolanas no quedaron indiferentes y el Presidente Hugo Chávez amenazó con no dejar entrar a ninguna comitiva chilena. Ante esto, el diputado venezolano Ricardo Capella comentó a Radio Universidad de Chile que la idea no es vetar la entrada de ninguna comitiva sino que, en el caso de los chilenos, éstos deberían inhabilitarse de su participación, pues ya han manifestado su apoyo hacia un lado en desmedro del otro.
“Si usted viene como observador y es árbitro, no puede opinar sobre ninguno de los contrincantes. Previo al evento, no se puede estar dando su opinión sobre uno de los contendores, por lo que a usted se le inhabilita. Es lo mismo que un árbitro de fútbol dijera que el equipo de A es mejor que el B, hay conflicto de intereses. Por eso, no es que se prohíba. Este es un país libre, democrático, y no le prohíbe la entrada a nadie, pero como observador internacional están inhabilitados por emitir opiniones a favor de una de las partes”, comentó Capella.
Pero las asperezas con Chile no terminan allí. El vicepresidente venezolano, Elias Jaua, se sumó a la polémica señalando que existe “un ataque coordinado desde el exterior, desde el senado fascista de Chile para imponer unos observadores que Venezuela no ha pedido y que no hacen falta”.
En este sentido, el diputado Capella afirmó que estas actitudes no se remiten sólo a nuestro país sino que son reiteradas en el contexto internacional. “Existe una batalla mundial contra lo que está sucediendo aquí y la derecha internacional está haciendo todo lo posible para que este proceso no triunfe”, afirmó.
Finalmente, el parlamentario venezolano indicó que esta polémica sería parte de la estrategia política de la oposición que, apoyándose en la postura internacional, pretende restarle validez al proceso eleccionario.
“La idea de la derecha es desacreditar a nivel internacional el proceso electoral porque tanto en el debate parlamentario y político como en la calle, la oposición no tiene vida, no logra convencer. Entonces urde estas mentiras para ver si la gente lo cree y se convierte en verdad”, manifestó.
Finalmente, Capella precisó que la legislación venezolana establece un Poder Electoral, asimilable a los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y que es éste el que reglamenta a los observadores. “Seguramente se convocará a chilenos, pero no pueden venir predispuestos a decir algo sin haber visto nada porque eso quiere decir que se parcializaron con un sector”, concluyó.
