Feroz reacción luego de atentado que decapitó aparato de seguridad de Assad
Explosiones, vehículos blindados, helicópteros artillados disparando y varias columnas de humo: este jueves, por quinto día consecutivo, Damasco es una capital en guerra. El atentado la víspera en el que murieron tres altos responsables de la seguridad constituye un duro golpe al régimen.
Jueves 19 de julio 2012 9:02 hrs.
Si la ofensiva lanzada el domingo pasado por el rebelde Ejército Sirio Libre (ESL) en varios barrios de Damasco sorprendió, el atentado contra el corazón mismo del régimen perpetrado este miércoles ha suscitado dudas sobre la capacidad del presidente Assad para mantenerse en el poder.
Porque en el ataque murieron el ministro y el viceministro de Defensa, cuñado del presidente, así como el jefe de la célula de crisis, todos ellos con grado de general. También resultaron heridos el ministro del Interior y el jefe de la Seguridad Nacional.
Haber decapitado de este modo el aparato de seguridad sirio constituye un duro golpe para el Gobierno porque demuestra que la traición ronda la cabeza misma del poder. Según opositores también hay deserciones. Tras el atentado, sin embargo, las autoridades sirias manifestaron su determinación a “limpiar el país de terroristas”.
Sobre el atentado corren dos versiones: un suicida, presuntamente guardaespaldas de uno de los oficiales presentes en la reunión, habría hecho estallar su carga explosiva en plena reunión. Según la otra versión, un guardaespaldas habría introducido una valija llena de explosivos, habría salido de la sala y accionado la bomba. El ataque fue reivindicado por el Ejército Sirio Libre (ELS).
Los enfrentamientos entre ejército y rebeldes continúan en varios barrios de la capital siria mientras que en el plano diplomático no se espera que la comunidad internacional llegue a ponerse de acuerdo para decretar sanciones contra Siria. La votación de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU fue aplazada para este jueves.
Las declaraciones de Rusia no auguran ningún cambio de posición de ese país, principal aliado de Assad. Rusia llamó a “castigar” a los autores del ataque e indicó que la imposición de sanciones equivaldría a dar un “apoyo directo a un movimiento revolucionario”, algo contrario a los mandatos de la ONU. Estados Unidos consideró en cambio que Siria está “perdiendo el control” de la situación.
Por otro lado, el Observatorio de Derechos Humanos (OSD) informó que más de dos centenares de personas, mayoritariamente civiles, fallecieron este miércoles en Siria, 38 de ellas en Damasco.
Si la ofensiva lanzada el domingo pasado por el rebelde Ejército Sirio Libre (ESL) en varios barrios de Damasco sorprendió, el atentado contra el corazón mismo del régimen perpetrado este miércoles ha suscitado dudas sobre la capacidad del presidente Assad para mantenerse en el poder.
Porque en el ataque murieron el ministro y el viceministro de Defensa, cuñado del presidente, así como el jefe de la célula de crisis, todos ellos con grado de general. También resultaron heridos el ministro del Interior y el jefe de la Seguridad Nacional.
Haber decapitado de este modo el aparato de seguridad sirio constituye un duro golpe para el Gobierno porque demuestra que la traición ronda la cabeza misma del poder. Según opositores también hay deserciones. Tras el atentado, sin embargo, las autoridades sirias manifestaron su determinación a “limpiar el país de terroristas”.
Sobre el atentado corren dos versiones: un suicida, presuntamente guardaespaldas de uno de los oficiales presentes en la reunión, habría hecho estallar su carga explosiva en plena reunión. Según la otra versión, un guardaespaldas habría introducido una valija llena de explosivos, habría salido de la sala y accionado la bomba. El ataque fue reivindicado por el Ejército Sirio Libre (ELS).
Los enfrentamientos entre ejército y rebeldes continúan en varios barrios de la capital siria mientras que en el plano diplomático no se espera que la comunidad internacional llegue a ponerse de acuerdo para decretar sanciones contra Siria. La votación de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU fue aplazada para este jueves.
Las declaraciones de Rusia no auguran ningún cambio de posición de ese país, principal aliado de Assad. Rusia llamó a “castigar” a los autores del ataque e indicó que la imposición de sanciones equivaldría a dar un “apoyo directo a un movimiento revolucionario”, algo contrario a los mandatos de la ONU. Estados Unidos consideró en cambio que Siria está “perdiendo el control” de la situación.
Por otro lado, el Observatorio de Derechos Humanos (OSD) informó que más de dos centenares de personas, mayoritariamente civiles, fallecieron este miércoles en Siria, 38 de ellas en Damasco.
Si la ofensiva lanzada el domingo pasado por el rebelde Ejército Sirio Libre (ESL) en varios barrios de Damasco sorprendió, el atentado contra el corazón mismo del régimen perpetrado este miércoles ha suscitado dudas sobre la capacidad del presidente Assad para mantenerse en el poder.
Porque en el ataque murieron el ministro y el viceministro de Defensa, cuñado del presidente, así como el jefe de la célula de crisis, todos ellos con grado de general. También resultaron heridos el ministro del Interior y el jefe de la Seguridad Nacional.
Haber decapitado de este modo el aparato de seguridad sirio constituye un duro golpe para el Gobierno porque demuestra que la traición ronda la cabeza misma del poder. Según opositores también hay deserciones. Tras el atentado, sin embargo, las autoridades sirias manifestaron su determinación a “limpiar el país de terroristas”.
Sobre el atentado corren dos versiones: un suicida, presuntamente guardaespaldas de uno de los oficiales presentes en la reunión, habría hecho estallar su carga explosiva en plena reunión. Según la otra versión, un guardaespaldas habría introducido una valija llena de explosivos, habría salido de la sala y accionado la bomba. El ataque fue reivindicado por el Ejército Sirio Libre (ELS).
Los enfrentamientos entre ejército y rebeldes continúan en varios barrios de la capital siria mientras que en el plano diplomático no se espera que la comunidad internacional llegue a ponerse de acuerdo para decretar sanciones contra Siria. La votación de una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU fue aplazada para este jueves.
Las declaraciones de Rusia no auguran ningún cambio de posición de ese país, principal aliado de Assad. Rusia llamó a “castigar” a los autores del ataque e indicó que la imposición de sanciones equivaldría a dar un “apoyo directo a un movimiento revolucionario”, algo contrario a los mandatos de la ONU. Estados Unidos consideró en cambio que Siria está “perdiendo el control” de la situación.
Por otro lado, el Observatorio de Derechos Humanos (OSD) informó que más de dos centenares de personas, mayoritariamente civiles, fallecieron este miércoles en Siria, 38 de ellas en Damasco.
