Miles de policías crearon una zona de seguridad destinada a mantener lejos a los manifestantes para que Merkel pueda reunirse sin problemas con el primer ministro conservador Antonis Samaras y con el presidente Carolos Papoulias.
Sindicatos, partidos de izquierda y miles de ciudadanos la recibieron con huelgas y manifestaciones. Los sindicatos han convocado una huelga de las 12 del mediodia hasta las 3 de la tarde y una manifestación en la plaza Sintagma, en las afueras del Parlamento.
La jefa del gobierno alemán, muy impopular en Grecia, fue criticada en Alemania por no haber visitado Atenas hasta ahora durante la crisis, contrariamente a lo que hicieron el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el jefe de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.
El lunes, la oficina de Merkel anunció que la canciller llevará un mensaje de apoyo a los recortes “ambiciosos” que ya fueron aplicados por Atenas y para alentar a las autoridades de ese país para que continúen por ese camino. Samaras recibirá a Merkel en el aeropuerto de Atenas a las 10H30 GMT y ambos se reunirán a las 11H15 GMT. Después hablarán con la prensa.
Por otro lado, la zona euro pidió la víspera a Grecia demostrar su determinación para cumplir con las reformas exigidas por Bruselas “antes del 18 de octubre”, día en que se celebrará la cumbre de dirigentes europeos que puede determinar el futuro del país en la unión monetaria.
“Necesitamos que Grecia haga más”, dijo a su lado, la jefa del FMI, Christine Lagarde. El gobierno de Antonis Samaras se encuentra desde junio a la espera del informe de la troika (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) para obtener un nuevo tramo de ayuda, clave para revitalizar su devastada economía.
Grecia necesita cuanto antes el pago de cerca de 31.500 millones de euros, del total de la asistencia financiera internacional de 130.000 millones de euros que le fue concedida el pasado invierno. Pero el pago de ese tramo depende de las conclusiones del informe de la troika.
La situación del gobierno griego parece haber llegado a un callejón sin salida: el país recibe cada vez más presión por parte de sus principales acreedores, y por otro lado se enfrenta a un creciente malestar e indignación social, con un desempleo que alcanza el 23% de su población activa.
Miles de policías crearon una zona de seguridad destinada a mantener lejos a los manifestantes para que Merkel pueda reunirse sin problemas con el primer ministro conservador Antonis Samaras y con el presidente Carolos Papoulias.
Sindicatos, partidos de izquierda y miles de ciudadanos la recibieron con huelgas y manifestaciones. Los sindicatos han convocado una huelga de las 12 del mediodia hasta las 3 de la tarde y una manifestación en la plaza Sintagma, en las afueras del Parlamento.
La jefa del gobierno alemán, muy impopular en Grecia, fue criticada en Alemania por no haber visitado Atenas hasta ahora durante la crisis, contrariamente a lo que hicieron el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el jefe de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.
El lunes, la oficina de Merkel anunció que la canciller llevará un mensaje de apoyo a los recortes “ambiciosos” que ya fueron aplicados por Atenas y para alentar a las autoridades de ese país para que continúen por ese camino. Samaras recibirá a Merkel en el aeropuerto de Atenas a las 10H30 GMT y ambos se reunirán a las 11H15 GMT. Después hablarán con la prensa.
Por otro lado, la zona euro pidió la víspera a Grecia demostrar su determinación para cumplir con las reformas exigidas por Bruselas “antes del 18 de octubre”, día en que se celebrará la cumbre de dirigentes europeos que puede determinar el futuro del país en la unión monetaria.
“Necesitamos que Grecia haga más”, dijo a su lado, la jefa del FMI, Christine Lagarde. El gobierno de Antonis Samaras se encuentra desde junio a la espera del informe de la troika (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) para obtener un nuevo tramo de ayuda, clave para revitalizar su devastada economía.
Grecia necesita cuanto antes el pago de cerca de 31.500 millones de euros, del total de la asistencia financiera internacional de 130.000 millones de euros que le fue concedida el pasado invierno. Pero el pago de ese tramo depende de las conclusiones del informe de la troika.
La situación del gobierno griego parece haber llegado a un callejón sin salida: el país recibe cada vez más presión por parte de sus principales acreedores, y por otro lado se enfrenta a un creciente malestar e indignación social, con un desempleo que alcanza el 23% de su población activa.
Miles de policías crearon una zona de seguridad destinada a mantener lejos a los manifestantes para que Merkel pueda reunirse sin problemas con el primer ministro conservador Antonis Samaras y con el presidente Carolos Papoulias.
Sindicatos, partidos de izquierda y miles de ciudadanos la recibieron con huelgas y manifestaciones. Los sindicatos han convocado una huelga de las 12 del mediodia hasta las 3 de la tarde y una manifestación en la plaza Sintagma, en las afueras del Parlamento.
La jefa del gobierno alemán, muy impopular en Grecia, fue criticada en Alemania por no haber visitado Atenas hasta ahora durante la crisis, contrariamente a lo que hicieron el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y el jefe de la Eurozona, Jean-Claude Juncker.
El lunes, la oficina de Merkel anunció que la canciller llevará un mensaje de apoyo a los recortes “ambiciosos” que ya fueron aplicados por Atenas y para alentar a las autoridades de ese país para que continúen por ese camino. Samaras recibirá a Merkel en el aeropuerto de Atenas a las 10H30 GMT y ambos se reunirán a las 11H15 GMT. Después hablarán con la prensa.
Por otro lado, la zona euro pidió la víspera a Grecia demostrar su determinación para cumplir con las reformas exigidas por Bruselas “antes del 18 de octubre”, día en que se celebrará la cumbre de dirigentes europeos que puede determinar el futuro del país en la unión monetaria.
“Necesitamos que Grecia haga más”, dijo a su lado, la jefa del FMI, Christine Lagarde. El gobierno de Antonis Samaras se encuentra desde junio a la espera del informe de la troika (Unión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo) para obtener un nuevo tramo de ayuda, clave para revitalizar su devastada economía.
Grecia necesita cuanto antes el pago de cerca de 31.500 millones de euros, del total de la asistencia financiera internacional de 130.000 millones de euros que le fue concedida el pasado invierno. Pero el pago de ese tramo depende de las conclusiones del informe de la troika.
La situación del gobierno griego parece haber llegado a un callejón sin salida: el país recibe cada vez más presión por parte de sus principales acreedores, y por otro lado se enfrenta a un creciente malestar e indignación social, con un desempleo que alcanza el 23% de su población activa.