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Año XVI, 26 de abril de 2024


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Vecinos de Puente Alto retoman movilizaciones por remate de casas en sector La Cañamera

Vecinos de la Villa Estaciones Ferroviarias de Puente Alto, pertenecientes a las Asambleas Populares, se tomaron las oficinas del Banco Estado y se reunieron con el gerente general, Pablo Piñera, solicitando la paralización de los remates de sus viviendas.

Héctor Areyuna

  Miércoles 16 de enero 2013 20:43 hrs. 
protesta

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Las asambleas populares de Puente Alto se tomaron oficinas del BancoEstado, exigiendo la paralización del remate de sus casas. Se trata de los pobladores de las casas Copeva, construidas sobre el ex vertedero La Cañamera, que reanudaron movilizaciones luego de que el ministerio de Vivienda y Urbanismo decidiera dar la orden de remate.

La dirigente Gabriela Andrade señaló que ante la autonomía con que cuenta el Banco Estado, entendieron que dependía de ellos detener el proceso, y además expusieron su intención de no seguir pagando la deuda, dado el daño generado por la calidad de las viviendas.

“Había conversaciones con el banco, pero decían que no podían hacer nada, que el remate era obligado como la única manera para presionar a la gente. Creemos que hay muchos deudores que no pueden pagar, hay vecinos que sí pueden pagar, pero pedimos pagar lo justo, y eso es no pagar más, por el daño de construir viviendas sobre un vertedero, y por la calidad de las casas que todo el mundo conoce”, declaró.

La vocera de las Asambleas Populares de Puente Alto explicó que no están dispuestos a renegociar sus deudas a 30 años más, y lamentaron que el  Gobierno no se ha hecho cargo del problema, junto con criticar el actuar del Banco.

Andrade declaró que “este gobierno ha demostrado una ignorancia en los problemas que tenemos y han sido muy violentos. Hoy nos dice el Banco que vamos a su casa, y ellos rematan la nuestra. A ellos les duele, pero la violencia la inician ellos, los poderosos”.

Al concluir la ocupación se consiguieron un compromiso de la entidad bancaria para detener los remates al menos por un año, aunque los vecinos sostienen su postura de no renegociar la deuda.

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